martes, 4 de agosto de 2009

Orgullo - Parte 1 - Fuera el Pavorreal

Echemos fuera al Pavorreal

Como dijimos, para representar las diversas ramificaciones del corazón salvaje, tomaremos prestada la imagen de 7 animales.
El día de hoy comenzaremos con uno que no es feo sino todo lo contrario, es uno de los más bonitos.
Hoy vamos a tomar prestada la imagen del PAVO REAL.
Con el PAVO REAL, queremos representar una raíz muy peligrosa del corazón salvaje.
Lo que la hace tan peligrosa no es que sea horripilante, sino todo lo contrario. Es agradable, es muy sutil, es de lo más normal en el corazón salvaje.


Es la raíz del ORGULLO.
¿Quién no disfruta sentirse como pavo real?
¿A quien no le agrada que lo chuleen y alaguen?

Desde pequeñitos descubrimos que es agradable ser el centro de atención.
Y conforme crecemos, vamos descubriendo más y más maneras de atraer la atención de los demás.
Pero éste gusto por la simpatía y la buena opinión de los demás no es algo que aprendemos. Es algo que está enraizado en el corazón salvaje.
Llámale como quieras, pero el orgullo es peligroso.
Es tan peligroso; que fue el primer pecado.

Isaías 14:12-14
12¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

Estos versículos hacen alusión a lo que era nuestro gran enemigo antes de ser expulsado del cielo.
Era un ángel especial, era un ángel de alto rango.

Pero el orgullo tiene la peculiaridad de que nunca se sacia. El orgullo quiere más; el pavo real no se conforma con un poco de atención, quiere toda la atención para él.
Así que lo uno llevó a lo otro.
El orgullo llevó a la envidia.
¿Quién era más importante que Satanás?
¿Quién recibía toda la honra? DIOS, así que Satanás se rebeló contra DIOS, creyendo que podría ponerse al tú por tú con él.
TODO por orgullo. Esa es la peligrosidad del corazón orgulloso.

Cada vez que albergamos más y más orgullo, queda de manifiesto el corazón salvaje. Haremos lo que sea con tal de satisfacer al orgullo.

Cuando Jesús nos llama, nos transforma y nos enseña a no ser orgullosos sino humildes.
Esa es una de las características que estamos llamados a buscar: La humildad. Es todo lo opuesto al orgullo.

El orgullo busca los aplausos del hombre, la humildad busca agradar a Dios.
El orgullo levanta la frente, la humildad agacha el rostro.
El orgullo presume todo lo que pueda, la humildad es discreta y reservada.
El orgullo demanda que le sirvan, la humildad se ofrece para servir.
Un verdadero cristiano le dice NO al orgullo y SÍ a la humildad.


Un cristiano verdadero persevera en ser humilde
ECHEMOS FUERA AL ORGULLO

Hay muchas formas de orgullo; el corazón salvaje se rebela de muchas formas. Pero en el poder de Dios podemos echar fuera al pavo real que llevamos dentro.

1. Echemos fuera al Orgullo Vanidoso.
Ésta forma de orgullo es muy sutil y la más común.
Alguien dijo “las mujeres somos vanidosas por naturaleza”… quizá, pero Dios transforma nuestra naturaleza.
La verdad es que no sólo las damas; hombres y mujeres, niños y ancianos, todos llevamos un pavo real en el corazón.
Es la razón por la cual nos encanta mirarnos al espejo, es la razón por la cual se gastan miles y millones de pesos en maquillaje, ropa y accesorios.
Los publicistas saben eso; por eso la pregunta que ponen en nuestra mente, comercial tras comercial es ¿TE IMAGINAS COMO TE VERÍAS CON…? Éste carro, ésta ropa, éste cuerpo, éste título, ésta potencia, éste glamour, etc…

Así es la vanidad; nos hace creer que somos los más importantes y que merecemos la atención y admiración de cuanta gente nos rodea.

Es el orgullo vanidoso el que nos hace desear lo elogios, los aplausos, la admiración, la estima e incluso la popularidad.
Es el orgullo vanidoso el que nos hace fantasear con ser la actriz de la televisión, el galán de la telenovela, la modelo del anuncio o el actor del comercial.
Y así de sutil e inocente como podría parecer una simple fantasía, así de peligroso y destructivo es alimentar al pavo real que llevamos dentro.

El orgullo vanidoso se vuelve una obsesión; que comprende al menos 3 preocupaciones básicas:

a. Lo que parezco
El orgullo vanidoso nos lleva a hacer de nuestra apariencia una prioridad.
Hoy palabras como “metrosexual” son comunes.
Problemas como la anorexia y la bulimia están enraizados en ésta mentalidad.
Hay un lema cada vez más famoso: “Antes muerta que sencilla”
Como el pavorreal, deseamos ser bellos, guapos, atractivos y agradables a la vista.
Hay cierta medida de normalidad; no quiere decir que debamos descuidar nuestra apariencia; el problema es cuando la apariencia personal se vuelve un asunto más importante que nada.
La belleza no se fabrica, se cultiva: no en el cuerpo sino en el corazón.

1 Timoteo 2:9-10 – BLS
9 También deseo que las mujeres se vistan con decencia, sencillez y modestia. Que no llamen la atención con peinados exagerados ni poniéndose ropa muy cara, ni que usen costosas joyas de oro o adornos de perlas. 10Al contrario, la gente debe admirarlas por las buenas cosas que hagan, como se espera de las mujeres que aman y respetan a Dios.

Proverbios 31:30 – BAD - Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.

De nada sirve lucir elegante, a la moda o sofisticado, si el corazón sigue siendo salvaje…

Proverbios 11:22 – PDT - Anillo de oro en hocico de un cerdo
es la mujer bella de poco cerebro.


JESÚS es ejemplo de HUMILDAD
Isaías 53:2-3
2Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

Una manera de matar al Pavorreal es no darle tanta importancia al espejo; fuimos creados para darle gloria a Dios, no a nosotros mismos.
La pregunta más importante no es ¿Cómo me veo? Sino ¿Cómo me ve Jesús?

b. Lo que poseo
Otra manera en que alimentamos el orgullo vanidoso; es preocupándonos por nuestras posesiones. Como decimos “Dinero mata carita”
“Quizá no sea un galán, quizá no me acomode la moda; pero tengo un buen trabajo, una buena casa, puedo pagarme lo que se me antoje… y me gusta presumirlo”

Desde pequeños quizá se manifiesta ésta actitud; ¿Nos llegaron muchos regalos en navidad?
Hay que presumirlos. ¿Nos pudieron comprar ropa nueva? Hay que presumirla.
¿Entramos de vacaciones? El primer día nos pasan al frente a contar a dónde nos fuimos a pasear.
“Yo me fui a Cancún… A mí me llevaron a Disney World, Yo fui a Guanajuato… Yo llegué a decir: A mí me llevaron a San Luis a hacer deporte extremo (subir la sierra, dormir en el suelo, bañarse en el río, comer nopales)”

Nos gusta presumir lo que tenemos.
¿Es malo poseer comodidades?
NO; es malo ponerlas en primer lugar y depender de ellas para ser felices.

Proverbios 11:4 – PDT - El día del juicio las riquezas no servirán de nada, pero la justicia salva de la muerte.

Proverbios 23:4-5 - PDT
4No arruines tu salud por las riquezas, más bien sé sabio y deja esa obsesión. 5En un momento las tienes y luego se esfuman; vuelan tan rápido, que parece que tuvieran alas como las águilas.

JESÚS
Filipenses 2:6 - 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Una manera de matar al Pavorreal es restarle importancia a las posesiones.
Y despojarnos de ellas si se requiere; y compartirlas si nuestros hermanos necesitan.
Para eso se instituyó el Diezmo en la Iglesia de Jesús. Cada vez que nos presentamos para adorar; al dar nuestra ofrenda o diezmo; es como arrancarle una pluma más al pavorreal. Recordemos que no se puede servir a Dios y a las riquezas.

c. Lo que conozco
Ésta es la opción de los que no son ni guapos ni ricos… Reconozco que de aquí alimenté mucho al pavorreal de mi corazón salvaje.
Nunca fui popular y la fortuna de mi papá (que es pastor) nunca me tocó… Pero cómo me encantaba presumir mi “Talento especial”
Mis trofeos académicos, mis medallas al mérito escolar, mis diplomas de primer lugar eran la base de mi estima personal.
En realidad, fue hasta que Dios me llamó a su servicio; que en el seminario, a base de pruebas y humillación entendí que puedo ser inteligente; pero siempre necesitaré la sabiduría de Dios.
No importa cuan inteligente pueda ser, o cuánto pueda memorizar doctrinas, libros y textos; el ministerio requiere más que buena memoria (para mí ha sido una prueba)
Quizá para algunos lo sea.

Romanos 1:22 - Profesando ser sabios, se hicieron necios

Proverbios 26:12 – PDT
Tiene más esperanza un bruto, que el que se cree muy sabio.

¿Estoy diciendo que no es importante estudiar?
¿Deberíamos entonces ser mediocres en la escuela?
Nada de eso; estudiemos, aprendamos, si alguno tiene falta de sabiduría pídala a Dios, seamos los mejores estudiantes; pero NUNCA para nuestra auto-glorificación, sino para la gloria de Dios.
Papás: enseñen a sus hijos a poner a Jesús antes que la escuela. Padres, enseñen a sus hijos a poner su carrera y vocación al servicio de la Iglesia.

EL CONOCIMIENTO NO ES LA NORMA PARA ESTAR CON JESÚS
1 Corintios 1:26 – PDT - Ahora, fíjense hermanos: según las normas humanas, no hay entre ustedes muchos sabios, tampoco muchos que tengan influencias, ni que pertenezcan a familias importantes. Pero a pesar de todo, Dios los ha llamado.

V27-28 – BLS - Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada.

V29 – PDT - Dios hizo esto para que nadie
pueda alabarse a sí mismo delante de él.


d. Lo que he logrado
Uno pensaría que el orgullo vanidoso es exclusivo de los jóvenes; pero no. conforme vamos perdiendo lo guapos; vamos descubriendo otra manera de alimentar al pavorreal.
Llega el momento en que ya no presumimos nuestra apariencia, ni nuestro conocimiento; sino nuestros logros.
Miramos hacia atrás y decimos:
“¡Ah… si que la hice en grande!
Me jubilé; tengo mi casa, les di todo a mis hijos, tengo nietos; tengo mucha experiencia; es que la vida me ha tratado muy bien”
Los logros del pasado se vuelven la comida del pavorreal.
Podrá haber muchachillos atractivos; podrá haber sabelotodo; pero la manera en que acallamos su orgullo y exaltamos el nuestro es decirles: “Cuando llegues a mi edad y hayas logrado más que YO, entonces me avisas”
Colosenses 3:23 - Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.

Proverbios 27:2 - Alábete el extraño, y no tu propia boca;
El ajeno, y no los labios tuyos.

JESÚS CAMBIA TODA LA ESCALA DE VALORACIÓN.
Filipenses 3:8
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

Analicémonos:
¿Cuáles son los logros de los que más te enorgulleces? Dale gracias a Jesús por ellos.
Una manera más de matar a éste corazón salvaje es preguntarnos desde ahora ¿Para quién estoy haciendo esto? ¿Para Jesús o para mí?
Si lo hago para Jesús, vale la pena hacerlo, si lo hago para mí entonces es en vano.


2. Echemos fuera al Orgullo relacional.
(A QUIÉN conozco)
Muy profundo está ésta clase de orgullo.
Como dije; el pavorreal no es precisamente un animal feo o monstruoso; es bonito.
Pero cuando el orgullo se ha apropiado de nuestra alma; el corazón es más salvaje que nunca.

Una variante del orgullo, es lo que llamaría el orgullo RELACIONAL. Como lo dice el nombre; es la clase de orgullo que se alimenta de las RELACIONES.
A quien conozco, con quien me codeo, quienes son mis “contactos”, quienes son mis “influencias” o “palancas”.

¿Has visto a los borrachitos que graban al momento de ser detenidos? Muchos presumen sus influencias: “Soy hijo del director de la canaka” (Me dio risa cuando lo vi en TV; pero luego meditaba en ello. Nos parecemos en mucho)

Nosotros también tendemos a presumir nuestras “palancas”. Nosotros disfrutamos de presumir a nuestros “conocidos”
“Ah sí… lo que pasa es que el presidente y yo fuimos juntos a la escuela”
“¿Tuviste que hacer fila para inscribir a tus hijos?... ¿Yo? No yo me tomo un café con el director y asunto arreglado, es que somos bien amigos”

Nos gusta mencionar nombres interesantes
“La otra vez pude hablar con el hno. Chuy Adrián Romero (Así le decimos los amigos)”

Incluso exageramos nuestra cercanía, muchos hasta inventas amistades que no existen…

Cuando mi orgullo me hace pensar que soy muy importante para mis amistades.

Lucas 14:7-11 - PDT
7 Jesús vio cómo los invitados escogían los lugares de honor en la mesa. Entonces les contó una historia:
8 "Cuando alguien te invite a una boda, no te sientes en el lugar de honor, porque alguien más importante que tú pudo haber sido invitado también. 9 El que te invitó vendrá y te dirá: 'Dale tu lugar a este hombre'. Entonces tendrás que sentarte en un lugar aún menos importante que el primero, y te sentirás avergonzado. 10 "Al contrario, cuando seas invitado, ve y siéntate en el lugar menos importante, para que cuando venga el que te invitó, te diga: 'Amigo, siéntate aquí, este lugar es mejor'. Qué honor tendrás frente a todos los que estén presentes. 11 Porque el que se cree muy importante será humillado, y al que se humilla se le dará importancia".

Así llega a pasar; y el Señor es experto en humillar a los altivos.
Otra variante de éste orgullo relacional ocurre cuando hacemos lo más que se pueda para ganarnos el favor de las personas.
Como “Favor con favor se paga” podríamos vernos tentados a cultivar amistades sólo para tener a quién pedirle un favor después…

Cuando el orgullo me invita a quedar bien con aquellos que me conviene.

Lucas 14:7-11 - PDT
12 Entonces Jesús dijo al fariseo que lo había invitado: -Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites sólo a tus amigos, tus hermanos, tus familiares o tus vecinos ricos. En otra ocasión ellos te devolverán la invitación, y esa será tu recompensa.
13 En lugar de eso, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos. 14 Qué bendición para ti que ellos no tengan cómo pagarte, porque recibirás tu pago cuando llegue la resurrección del pueblo de Dios.

Jesús nos da su propio ejemplo:
Lucas 7:36 - 36Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Jesús no hacía acepción de personas, así como aceptaba la invitación de la gente distinguida, aceptaba la presencia de los más pecadores.

Piensa en esto:
Pudiendo haberse escogido a papás de renombre, escogió como padres a un carpintero y a una campesina.
Pudiendo haber llamado a grandes maestros para ser discípulos, escogió a pescadores y ladrones.
No le importó el tipo de gente que venía a él, a todos recibió; no buscó el favor de la alta alcurnia, no buscó caerle bien a los líderes, no pretendió hacer uso de sus palancas… fue humilde.


¿Cómo lo aplicamos?
Matemos al pavorreal, el orgullo relacional no va con nosotros. Los cristianos no dependemos de influencias o palancas: nuestra palanca está en el cielo, sentado en su trono.
Si tiene conocidos, aprécielos pero NO por cuanto tengan o cuanto puedan ayudarle, sino sólo porque estamos llamados a ser amigos de la gente.
No haga acepción de personas; no trate a las personas según su apariencia o según su “importancia”. Trátelos como quisiera que a usted lo trataran. Trátelos como si fueran el mismo Jesús.

3. Echemos fuera al Orgullo Vengador
(LO que hago para defender a mi orgullo herido)

Todos nosotros sabemos lo mal que es ser humillado, sentir que nos ven la cara; ver que todos se ríen y no sabemos que es de nosotros.

No nos gusta ser agarrados en bajada; que piensen de nosotros como débiles, como ignorantes, como fuera de lugar.

Y cuando nos pasa; cuando alguien saca provecho a costa de nosotros, cuando alguien nos vacila o se burla de nosotros, cuando alguien rompe una promesa que nos hizo, cuando alguien nos traiciona; una de nuestras estrategias de defensa es sacar al pavorreal que llevamos dentro.

“A mi no me vas a ver la cara”
“Elegiste a la persona equivocada para divertirte”
“No sabes con quien te estas metiendo”
“Me las vas a pagar”…

Quizá todas estas expresiones tienen un común denominador:
Orgullo Herido, Orgullo ofensivo.
Orgullo que busca venganza.
Orgullo que se va a desquitar.
Orgullo que se las va a cobrar…

Pero no nos dejemos dominar por ésta variante de orgullo.
Podríamos argumentar que es hacer justicia;
Que es defensa propia, que es legítimo nuestro enojo.
Pero cuando actuamos así estamos cediendo al corazón salvaje en vez de ser imitadores de Jesús.

Mateo 5:38
38Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.


Jesús mostró humildad en ésta área.
1 Pedro 2:23 - Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.

Echemos fuera al pavorreal.
No devolvamos mal por mal.
Seamos imitadores de Jesús.

4. Echemos fuera al Orgullo religioso
(LO que hago aparentemente por DIOS)

El espíritu de pavorreal es tan sutil que hasta infecta la esfera religiosa. Podríamos vernos tentados a sentirnos como pavorreal por aquello que hacemos aparentemente para Dios.

En una Iglesia cumplieron años de haber fundado la congregación; desde entonces hasta la fecha la membrecía había crecido y ahora había más que al principio. Hubo un culto especial y se estaban tomando la foto; pero se pidió “que sólo los fundadores salgan en la foto” (¿Cómo que los fundadores nadamás?)

En lo personal me siento incómodo cuando me invitan al aniversario de alguna iglesia o sociedad; muchas veces parece más una sarta de adulación para “los fundadores, los que han sido directivos, los que donaron las bancas o el terreno” cuando en realidad la gloria debería ser para JESÚS el dueño y señor de la Iglesia.

Debemos ser muy cuidadosos, de que todo lo que hagamos, especialmente aquello que hacemos como Iglesia, apunte hacia Jesús y no hacia nosotros.

Jesús mismo en su tiempo se enfrentó a personajes que llevaban una vida muy religiosa en apariencia; pero lo hacían no para Dios sino para ser vistos; los conocemos con el nombre de FARISEOS.

Mateo 6:1 - PDT
"Cuidado con lo que hacen. No hagan algo bueno ante la gente sólo para que los demás los vean pues así no recibirán ninguna recompensa de su Padre que está en el cielo.

Mateo 6:2 – BLS
"Si uno de ustedes ayuda a los pobres, no se ponga a publicarlo en las sinagogas y en los lugares por donde pasa la gente; eso lo hacen los hipócritas, que quieren que la gente los alabe. Les aseguro que ese es el único premio que recibirán.

Mateo 6:5 – BLS
"Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa.
Mateo 23:5 – PDT
"Ellos hacen cosas buenas sólo para que la gente los vea. Realmente se la pasan tratando de mostrar lo religioso que son. Llevan en la frente cajitas de cuero con porciones de las Escrituras. Hacen esas cajitas cada vez más grandes y se ponen ropa especial cuando oran.
Filacterias.
Era un pequeño estuche de cuero que contenía cuatro pasajes del A.T. (Ex 13:1–10, 11–16; Dt 6:4–9; 11:13–21) que los judíos acostumbraban llevar en la frente o en el brazo.
Los flecos. Se llevaban en los bordes del manto en obediencia a Nm 15:37–41

Es muy fácil ser orgulloso religioso.
Pensar que YO estoy bien, que son los mundanos los que deberían cuidarse.
Pensar que no soy tan malo si cargo una Biblia, o si voy a campamentos.
Pensar que tengo acceso al cielo porque escucho música cristiana, soy líder de la “congre”, fui al seminario, he leído muchos libros “cristianos”.
Pero por amor de Dios, matemos a ése pavorreal.
No somos mejores que nadie, lo único que nos hace diferentes es que Jesús nos extendió su mano misericordiosa y nos sacó de la escoria del mundo; no para presumirlo, sino para darle gracias y reflejar su amor y carácter.

Jesús mostró humildad en ésta área.
Lucas 5:31-32
31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Jesús no sólo vino a predicar el mensaje de amor de Dios, nos mostró con su vida el amor de Dios.
No se hizo el santurrón; Jesús vivió lo que enseñaba.
Lo acusaron de juntarse con ladrones, prostitutas, leprosos y gente vulgar, pero NUNCA lo acusaron de ser un RELIGIOSO HIPÓCRITA.

Nunca lo distinguió su manera de vestir, o su manera de orar. Lo distinguió su corazón; un corazón que amó a los débiles, que sirvió hasta el sacrificio, que buscó a los pobres y enfermos… su religión no sólo era un sermón sino su manera de vivir.

1 Juan 2:3
3Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si hacemos lo que él nos manda. 4Alguien puede decir: "Yo conozco a Dios", pero si no obedece sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en su vida.

EN CONCLUSIÓN
Para ser como Jesús hay que matar al pavorreal.
Busquemos la humildad; luchemos contra el corazón salvaje.
Desechemos el orgullo; hacerlo tiene una gran recompensa; dejará de preocuparnos la opinión de la gente y nos preocuparemos de la única opinión que importa: la de Jesús.

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