lunes, 25 de noviembre de 2019

CELEBREMOS ADVIENTO - Booklet litúrgico


La palabra adviento proviene del latín adventus que significa venida, advenimiento; adventus es la traducción al latín de la palabra griega parusía (παρουσία), que se usaba para designar la venida o la llegada de un personaje.

Adviento, entonces, significa venida o llegada y es la estación del año eclesiástico que precede a las de Navidad y Epifanía. En Adviento la iglesia se prepara para celebrar la venida del Señor Jesucristo, en tres sentidos:
  • Su primera venida, que es el tema central de la Navidad.
  • Su venida al final de los tiempos.
  • Su venida al corazón de cada creyente
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Este es el primero de una serie de folletos explicativos que tienen como propósito fomentar y enriquecer las tradiciones litúrgicas de la iglesia.
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lunes, 23 de septiembre de 2019

EL PRINCIPIO REGULATIVO NO ME HACE ADORADOR



SOLUCIONES RADICALES
Los humanos somos fácilmente inclinados hacia los extremos. Piense en el fenómeno del péndulo: de pronto queda atascado a uno de los lados, entonces aplicamos fuerza para liberarlo, y lo vemos circular en dirección opuesta… hasta que se atora del otro lado.

Considere cómo algunos grupos cristianos aplican 1 Timoteo 2:9: “En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos" [NVI] - Ahí lo tienes. Sin peinado de cabello, sin joyas de oro, sin perlas. Y si eso no fuera lo suficientemente claro, 1 Pedro 3:3 lo dice nuevamente: “Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos” [NVI]

...Bueno, ¿no es claro que las mujeres deben ser sencillas? Ellas no deben usar ningún tipo de maquillaje, no deben peinarse el cabello y definitivamente no deben usar joyas de oro, perlas o ropa hermosa.

Del mismo modo, hay grupos cristianos que, reconociendo los peligros del alcohol y sabiendo que "los borrachos no heredarán el reino",  propusieron lo que consideraron la solución más simple posible: los cristianos no deben tomar bebidas alcohólicas. Punto.

Así mismo, aunque con menos frecuencia en la historia, han habido grupos que, al ver las advertencias bíblicas frecuentes contra la inmoralidad sexual, insisten en que el celibato es un requisito, y no solo para el clero sino para todos los miembros.

Se podría decir que en estos casos, la "solución" radical es definitivamente preferible al problema radical: es mejor tener mujeres cristianas simples que damas indecentes; mejor beber nada que ahogarse de borracho; mejor ser célibe que sexualmente promiscuo. Pero ningún estudiante cuidadoso de la Escritura estaría satisfecho de dejar que las cosas se encuentren en cualquiera de estos dos extremos.
¿Por qué entonces aceptamos el mismo tipo de ultimátum de los defensores del Principio Regulativo de Adoración {PRA}? "Es una o la otra", dicen - ¿La regla de adoración de Roma (llamado “principio normativo”) o la “legítima” regla de adoración? (supuestamente, el “principio regulativo”)
“El contraste es claro", dice uno de los principales defensores modernos del PRA. "Uno dice: lo que no está prohibido está permitido; el otro dice: lo que no está ordenado está prohibido".
Pero consideremos, que en los casos anteriores, todos podemos ver una tercera vía.
En el primer caso: sabemos que Dios creó a la mujer como "decoradora" por naturaleza. Lo que le está ordenando es mantener ese instinto bajo control. Además, puede embellecerse mejor con moderación mientras se enfoca en el desarrollo de un carácter "hermoso".  Vaya, ¡Dios no está en contra del adorno femenino! Cuando el sirviente de Abraham le dio a Rebecca vestidos, joyas de oro y plata (Génesis 24:53), no se le dieron para que las pusiera en una vitrina. Y en todas partes en la Escritura leemos de la normatividad de una novia que se adorna para su esposo.

En el segundo caso, cuando leemos las instrucciones de Dios a los israelitas y el permiso para gastar una porción de diezmo anual en cualquier tipo de licor que quisieran (Dt.14:26), o cuando leemos que Dios es alabado por el vino que hace felices a los hombres (Salmo 104:14-15), o cuando leemos que Jesús proporcionó enormes cubas de vino Merlot para los convidados a una fiesta, entonces nos damos cuenta de que a la “solución” radical (abstinencia total) se le perdieron unos datos.

En el tercer caso.. bueno, está bastante claro que el sexo dentro del matrimonio no solo está bien, sino que es una "norma" maravillosa de nuestro Dios grande y generoso. (1Cor.7:3-NTV)

En todos los casos, sabemos que ambas posiciones, el problema planteado (indecencia / ebriedad / promiscuidad) y la solución ofrecida (mujeres desaliñadas / abstinencia / celibato) son posturas radicales y contrarias al pueblo de Dios. Sin embargo, muchos parecen ignorar esta dinámica ("solución" no-bíblica radical para un problema radical) cuando se trata del Principio Regulativo de la Adoración. ¿El problema radical y la “solución” radical son realmente nuestras únicas opciones, o es solo otro caso del fenómeno del péndulo?

Ahora recuerde: hemos afirmado que en todos los casos la "solución" radical debe preferirse al "problema" original. Pero tenemos que  admitir que cada una de las soluciones propuestas no nos ofrece en realidad una alternativa que alcance a sintetizar TODA la enseñanza de las Escrituras sobre cualquiera de los temas planteados. La respuesta a la anti-música del rap no es el silencio, por mucho que se prefiera el silencio al problema. ¡Hay otras soluciones!


LA SOLUCIÓN RADICAL EN LA REFORMA
En la época de la Reforma, lo que causó náuseas en los cristianos piadosos fue la proliferación de los excesos y supersticiones romanas en la adoración – para lo cual propusieron una solución radical, pero no del todo apropiada; el Principio Regulativo de la Adoración: “si no es ordenado en la Escritura para la adoración, está prohibido en la adoración”. A veces se resume en: Sólo lo que Dios ha ordenado está permitido.

¡Este movimiento pendular de los reformadores fue sin duda un soplo de aire fresco! Trajo luz contra la noche oscura, limpió las toxinas del culto reformado como dos meses de verdura fresca limpian las venas de un enfermo cardiovascular. ¡Funcionó! Salieron las reliquias, la mariolatría, la adoración de los santos, las indulgencias, las novenas y cosas por el estilo; llegó una adoración clara, accesible, salvadora de almas, edificante y centrada en la Palabra.

Aunque es excelente y bienvenido en su situación histórica, el Principio Regulativo de alguna manera se liberó de sus amarres y adquirió vida propia en ciertos círculos reformados y presbiterianos. Muchos consideraron que no era simplemente una buena palabra sobre adoración, sino la última palabra, de hecho, la última palabra de Dios sobre el tema. Y como suelen hacer los hombres, los fanáticos, que vieron en este principio la única forma de acercarse aceptablemente a Dios, comenzaron a extenderlo y aplicarlo cada vez más rigurosamente. Al igual que el abstemio adepto de Alcohólicos Anónimos que rechaza no solo el licor, el vino y la cerveza, sino también los dulces de ron - el estricto Regulativo buscó mosquitos para colar, y como era de esperar, los encontró abundantes. Los camellos, sin embargo, a menudo se pasaron por alto.

Todo lo que no podía pasar la prueba algo arbitraria de "si no está ordenado, está prohibido" se veía con grave sospecha, como algo que causaría, o comenzaría a causar que las iglesias reformadas regresen a Babilonia. Y así, entre algunos, el PRA significa no solo prohibir la Navidad y la Semana Santa, sino también instrumentos musicales, canto, excepto textos bíblicos, ¡Vaya!  Solo ciertos textos de las Escrituras, a saber, los Salmos, se pueden cantar en la adoración (algunos dicen dentro o fuera de la adoración). No pocos rechazan incluso el uso de credos en la adoración, y algunos llegan a desaprobar la oración corporativa del “Padre Nuestro” en el culto cristiano.

Podría haber insertado aquí otros fundamentos utilizados por sus promotores para defender el Principio Regulativo de Adoración, pero quiero ir directo al grano: aunque infinitamente preferible para los problemas que en su momento tuvo que combatir, el Principio Regulativo de Adoración se queda corto de transmitir todo lo que Dios ha dicho en las Escrituras sobre la regulación de la adoración. Plantea un falso dilema que, sorprendentemente, ha embaucado a batallones completos de compañeros soldados.

OTRAS OPCIONES
El regulativista dice que las alternativas son: "Lo que no está prohibido está permitido" o "Lo que no está prescrito está prohibido". Esto simplemente no es cierto. No se trata de "o mujeres indecentes o mujeres feas". No se trata de "o borracho o abstemio". No es "o promiscuo o célibe". ¡Hay otras opciones!

En lo que respecta a un principio de adoración aceptable, al menos otra posibilidad se presenta inmediatamente después de la reflexión más informal, una posibilidad que, con suerte, se demostrará que es la alternativa correcta al principio romano: "Lo que no está ordenado podría ser permitido, dependiendo de otras consideraciones". Definir cuáles son esas "otras consideraciones" es lo que espero cubrir eventualmente. Pero por ahora consideremos cuán limitado es el PRA en sí mismo cuando se examina a la luz de las Escrituras.

Ofreceré siete razones generales para que las personas reformadas rechacen la proposición de que la Escritura enseña el Principio Regulativo de Adoración.

Pero tenga en cuenta cuidadosamente estas acotaciones:

1) No estoy argumentando en contra del tipo de culto que se encuentra en las iglesias que se sujetan rigurosamente al PRA. En mi opinión, es muy superior a la mayoría de las otras formas de culto existentes (de las cuales estoy al tanto). El PRA es un error, pero si tiene que cometer un error, este es preferible.

2) Al argumentar en contra del principio Regulativo de la adoración, me separo de muchos de mis colegas, la mayoría de los cuales tienden a abrazar el PRA, eligiendo solo discutir si se aplica de manera demasiado rigurosa o flexible en esta o aquella circunstancia. Pero no, mi argumento no es acerca de la aplicación del principio, sino que el PRA en sí mismo no es bíblico.

Podemos comenzar a ver que esto es así cuando examinamos los argumentos típicos utilizados por los regulativistas al intentar establecer su caso. El examen mostrará que su caso es débil.


EL DÉBIL FUNDAMENTO DEL PRINCIPIO REGULATIVO DE LA ADORACIÓN.
Los regulativistas suelen aislar los supuestos textos de "prueba" de sus contextos más amplios. Este uso de las Escrituras es cuestionable en el mejor de los casos, y engañoso en el peor. En lugar de proporcionar una base firme para su principio, este método muy selectivo sugiere que está construido sobre arena.

Prácticamente en toda la literatura regulativista recurre a los mismos textos una y otra vez, casi siempre, sin una consideración honesta de sus contextos. Tal desconsideración debería servir para revelar que no prestan ningún tipo de apoyo al principio que supuestamente prueban. En resumen, el regulativista no emplea textos: los aísla y acomoda. Consideremos algunos de sus favoritos para ver si esto no es así.

Levítico 10:1-11.
Especialmente los versículos 1 y 2. Nadab y Abiú tomaron sus incensarios, les prendieron fuego, añadieron incienso y ofrecieron fuego “ilícito”, “extraño”, "ajeno" o “foráneo” al Señor, que luego los convirtió en hombres en llamas. Este versículo es citado hasta el cansancio por los regulativistas como prueba de que "si no se ordena, está prohibido".

Pero una simple consulta con Éxodo 30:9 muestra el verdadero carácter de su pecado:
No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación”

Bueno, ¡Eso nos muestra algo importante! Nadab y Abihu no hicieron simplemente algo que no se les ordenó, hicieron algo expresamente prohibido. Este pasaje afirma incluso el principio que los regulativistas rechazan -  "Si no está prohibido, está permitido", dicen los del otro extremo. Bueno, pues en este caso su principio (conocido como “principio normativo”) tiene también fundamento: estaba prohibido, por lo tanto, no estaba permitido. Simple, ¿eh? Aquí no hay un argumento sólido a favor exclusivamente del PRA.

Además, hay una fuerte sugerencia en el relato (v.8-9) de que los chicos estaban borrachos cuando realizaron su locura. Es plausible que en estado de embriaguez no lograron distinguir entre lo sagrado y lo común (v.10). Dios proporcionó una lección objetiva. Pero sea o no así, su pecado claramente consistió en hacer lo que Dios había prohibido expresamente. No hay aquí fundamento contundente para el PRA.

Del mismo modo, los regulativistas descontextualizan a los Profetas. Su empleo de la acusación de Isaías contra la hipocresía de Israel, por ejemplo, es muestra del tipo de "prueba" que ofrecen. La larga lista de cargos contra Israel en el capítulo 1 se reduce (convenientemente) a una sola acusación – "Cuando vengas a presentarte ante Mí, ¿Quién ha requerido esto de tu mano?" (v. 12) – y Así, pretenden respaldar su punto de vista.

Bueno, consideremos el supuesto argumento: ¿Quién exigió lo que se dice que Israel ha estado haciendo? Si aquí se encuentra el fundamento para sostener el principio regulativo, deberíamos esperar que el profeta lea una lista rebosantes de censuras contra las innovaciones hechas por el hombre. Y ¿Qué dice el pasaje que Israel estaba haciendo?

1) Traían ofrendas (como Dios lo ordenó)
2) Quemaban incienso (como Dios lo ordenó)
3) Celebraban festivales de luna nueva (como Dios lo ordenó-Nm.10:10, 28:11)
4) Guardaban los sábados (como Dios lo ordenó)
5) Celebraron fiestas designadas (como Dios lo ordenó)
6) Hacían oraciones (nuevamente, como Dios lo ordenó)

Cuando Dios pregunta: "¿Quién ha requerido esto de tu mano?", Si el énfasis está en "¿Quién requirió?", La respuesta es: "¡Dios!" Pero si el énfasis está en "tu mano", ¡Ah!, ahora encontramos el significado de la acusación. El pecado de Israel en Isaías 1 no consistió en un error en forma religiosa, es decir, en traer a la adoración algo que él no ordenó. ¡Él ordenó todo lo que Isaías enumera! - Por el contrario, su pecado fue que lo trajeron con las manos equivocadas. Sus manos, dice Dios, estaban ensangrentadas (v.15), ¡Pero pensaron que una simple ceremonia religiosa los limpiaría! Esta es la versión de Isaías del Salmo 50, especialmente el v.16-17: Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca? Pues tú aborreces la corrección…”

Isaías no culpa a Israel por violar el PRA, sino por su apestoso e hipócrita formalismo. ¡Hicieron todas las cosas que Dios pidió, excepto convertirse de corazón! Isaías 1 es una llamada de atención a los formalistas religiosos, está bien, pero no tiene nada que decir en apoyo del PRA.

Consideremos ahora Jeremías 7 - a los regulativistas les gusta citar el versículo 24: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante”

Una vez más, el contexto simplemente pasa por alto al pretender que este sea un argumento a favor del PRA ¡Pero cómo ayuda  cuando se proporciona el contexto! (v.21-24):

Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed la carne.
Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante.

Para nuestra sorpresa ¡El contexto más amplio del pasaje, si dice algo sobre la adoración, no lo dice en apoyo del PRA!  - Dios dice exactamente lo contrario: "Presentarse ante mí con la forma y las normas correctas, pero dejar tu corazón en casa, no es aparecer ante mí en absoluto". La forma meticulosamente atendida sin un corazón hecho nuevo no tiene valor. Dios menosprecia sus propias formas designadas cuando no hay coherencia con la vida de los ofrendantes. Esta es una manera de hablar judía, empleada igualmente por Jesús y Pablo en las Escrituras del Nuevo Testamento, cuando Dios habla de esta manera, no debe tomarse como un menosprecio absoluto, sino relativo para establecer un punto. Es como si estuviera diciendo: "¿Quién pidió tales sacrificios? ¿Yo? No. ¡Yo pedí tus corazones!"

Un par de citas más de "los expedientes regulativistas" demostrarán, espero, que su uso típico de los textos bíblicos es arbitrario y, por lo tanto, como prueba deben descartarse:

Otra “prueba” que usan los Profetas defensores del PRA reclutados en el seminario de la fragmentación bíblica es de Jeremías. Cito a un destacado regulativista:
"El Señor declaró (por Jeremías) - Este pueblo malvado, que se niega a escuchar mis palabras, camina en la imaginación de su corazón…”

Wow, seguro suena como una prueba del PRA, ¿No? "Todo lo que no se ordena está prohibido", y la imaginación de los hombres cae en esa categoría de “lo que no se ordena”
…Pero, pero, espera un minuto… echemos un vistazo al verso original en su totalidad:

Este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno. (Jer.13:10)

Bueno, eso dice algo más -  caminaban tras sus propios corazones hacia la idolatría, adoraban explícitamente a otros dioses, estaban haciendo algo expresamente prohibido. Por lo tanto, aquí nuevamente hay un pecado adecuadamente cubierto por ese "otro" principio (normativo) tan temido: “No puedes hacer lo que Dios prohíbe”.

Sin embargo, el defensor del PRA dice que: "La razón dada para esta fuerte condena [de que se convertirían en buenos para nada] es que ofrecieron adoración que Dios nunca ordenó ni dijo, ni siquiera vino a su mente" (Él aquí hace referencia a Jer.19:5) "La apostasía de Israel de la adoración verdadera", dice nuestro amigo, se puede resumir en estas palabras: “que no les ordené” - como Israel no estaba satisfecho con hacer lo que Dios ordenó, y solo lo que Dios ordenó, entonces fueron condenados por su creatividad profana.

Esto es evidentemente falso – según el pasaje, Israel fue condenado explícitamente, NO por no seguir el PRA sino por hacer lo que Dios había prohibido. Adoraban a los ídolos. Eso es lo que Dios dice que hicieron. Pero lo que Dios dice es editado por los defensores de PRA para cumplir con una conclusión que han determinado de antemano que se debe alcanzar.

Encontrar tan poco apoyo en las Escrituras para un principio que en su momento trajo mucha bendición a la cristiandad fue aparentemente problemático para sus defensores. ¿Su solución? Forzar las Escrituras para que se ajusten al principio.

Quizás su acomodamiento más brusco ocurre con Jeremías 19:5, aludido anteriormente. El verso editado ("Ofrecieron adoración 'que nunca ordené ni dije, ni se me ocurrió") lleva a los lectores a creer que la desaprobación de Dios de lo que Israel hizo estuvo enraizada en esto: “Hicieron algo, que aunque fue inocuo, yo no había ordenado, violando así el PRA”

Pero de hecho, lo que se condena es… bueno, léelo tú mismo: Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento”

Ya dije antes que en algún momento el PRA adquirió vida propia. Esto se evidencia en la influencia controladora que ha ejercido sobre la metodología exegética de muchos de sus paladines. Los mismos textos son descontextualizados y mal aplicados de manera similar en prácticamente todos sus ensayos y publicaciones (¡Mejor acostúmbrate!).

Tan firmemente aferrado a este principio se encuentra un ministro destacado de entre sus filas que llegó al grado, con toda seriedad, de afirmar que cantar Himnos (aparte de los salmos) en el culto cristiano, a la vista de Dios es el equivalente moral del sacrificio de niños. – Y usó Jeremías 19:5 como prueba...
Yo no puedo dejar de preguntarme si su religión es la misma que la mía, ¡Qué diferentes son nuestros enfoques de las Escrituras!

Por lo tanto, esta es la primera razón para rechazar la proposición de que la Escritura tajantemente prescribe el Principio Regulativo de la Adoración:

#1 – Los regulativistas ignoran constantemente el contexto bíblicos de los pasajes que citan.

#2 – {Próximamente}

Traducción de Samuel Hernández de “All I Really Need to Know About Worship... I Don't Learn from the Regulative Principle” Parte 1-  Por Steve M. Schlissel

miércoles, 18 de septiembre de 2019

¿QUEBRANTÓ JESÚS EL PRINCIPIO REGULATIVO DE LA ADORACIÓN?




En esta cuarta publicación, que comenzó con la discusión de si la salmodia exclusiva es el estándar para el canto congregacional o sólo una preferencia basada en un modelo litúrgico del siglo XVIII, vamos a considerar el "principio regulativo de la adoración", principal argumento de quienes proponen la salmodia exclusiva como la norma y tachan de ilícita la entonación de himnos y el uso de instrumentos en el culto cristiano.
Esta vez, citaré directamente las palabras de David y Tim Bayly, en una traducción que hago a continuación de su artículo “The problem with the regulative principle”:

El Principio Regulativo de la Adoración es una importante aportación de la teología reformada al ámbito de la adoración. En pocas palabras, el Principio Regulativo enseña que cualquier forma de adoración no ordenada expresamente por Dios en las Escrituras es ilícita y, por lo tanto, idólatra.

La Confesión de Fe de Westminster establece el Principio Regulativo en estos términos:
“Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por EL mismo, y está tan limitado por su propia voluntad revelada, que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, bajo ninguna representación visible o en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras” {XXI-I}

Entre las pruebas bíblicas para esta parte de la Confesión de Westminster se encuentra Éxodo 20:4, el segundo mandamiento que prohíbe la idolatría.

A pesar de mi aprecio por las intenciones de los reformadores al formular el Principio Regulativo, me preocupa cada vez más que el Principio Regulativo tal como lo concibe actualmente la comunidad reformada dice demasiado y no lo suficiente en su definición de adoración idólatra.

Demasiado, en el sentido de que define como ilícita cualquier forma de adoración no ordenada positivamente en la Palabra de Dios, y visto de esa manera, el Principio Regulativo terminaría acusando a Cristo mismo de idolatría.

Asumimos que todo lo que Cristo hizo en la adoración estuvo de acuerdo con una aplicación estricta del Antiguo Pacto del Principio Regulativo. ¿Pero  fue así?

JESÚS ASISTÍA A LA SINAGOGA EN DÍA DE REPOSO, PERO ¿DÓNDE SE PRESCRIBIÓ ESO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO?
Las Escrituras nos dicen que Jesús fue a la sinagoga en Galilea el sábado como era su costumbre, y allí leyó públicamente la Palabra de Dios, explicando el significado de Isaías para la gente reunida. En cualquier iglesia reformada, tal acción sería vista como un ejemplo para el culto cristiano. Sin embargo, ¿En qué parte del Antiguo Testamento encontramos una orden bíblica expresa para la adoración a la Sinagoga? ¿Dónde se ordena positivamente la adoración pública de rutina fuera del ámbito de la adoración en el templo y las fiestas públicas?

JESÚS PARTICIPÓ DE UNA FIESTA NO PRESCRITA POR DIOS MISMO, SIN CENSURARLA.
La participación de Cristo en la adoración de la sinagoga no es el único lugar donde las Escrituras registran la adoración de Cristo, que parece no cumplir estrictamente con las exigencias del Principio Regulativo.
En Juan 10 leemos que Jesús fue al Templo de Jerusalén en la Fiesta de la Dedicación (Hanuka), una fiesta que celebra la victoria macabea sobre Antíoco Epífanes, no una de las fiestas de culto judío ordenadas bíblicamente.


JESÚS DEMANDÓ RESPETO Y MOSTRÓ CELO POR UN TEMPLO QUE NO FUE REALMENTE REGULADO POR DIOS MISMO.
Finalmente, y quizás lo más sorprendente, Jesús adoraba en un templo que muchos consideraban en su día como defectuoso e ilegítimo por varias razones importantes:
Primero, el lugar santísimo del templo de Herodes era estéril, carecía del arca del pacto y del propiciatorio, junto con las tablillas, la vara de Aarón y la jarra de maná del tabernáculo y el templo originales.
En segundo lugar, el templo de Herodes fue construido por una persona mitad idumeo y mitad samaritano que pretendía ser heredero del trono de David.
Tercero, no hay registro del templo de Herodes que alguna vez haya disfrutado de la gloria shekinah de Dios experimentada tanto por el templo de Salomón como por el tabernáculo.

Estas deficiencias del Templo de Herodes causaron que partes de la nación judía rechazaran su legitimidad. El rechazo a la adoración en el segundo templo era un tema común entre los esenios y se debate si la comunidad de Qumran observó algún sacrificio en el segundo templo.

¿QUEBRANTÓ JESÚS EL PRINCIPIO REGULATIVO DE LA ADORACIÓN?
Por una aplicación estricta del Principio Regulatorio, la conclusión de que la adoración en el Templo de Herodes era ilegítima y, por lo tanto, idólatra, parece inevitable.
Sin embargo, así como Jesús adora en la sinagoga sin objeción, también adora sin objeción en el templo de Herodes.
Lo que Jesús objeta en el templo no es el Sagrado Lugar Santísimo o el sacerdocio ilícito, sino la venta de animales y el cambio de dinero en los patios exteriores.

Por lo tanto, parecería que cuando los defensores del Principio Regulatorio afirman que una actividad de adoración es idólatra a menos que esté expresamente ordenada en la Palabra de Dios, dicen más de lo que dijo Cristo.

Sobre la base del Principio Regulatorio, las iglesias reformadas se han opuesto firmemente a otras prácticas de adoración, considerándolas idólatras;  que van desde la celebración de las fiestas de la iglesia (Pascua y Navidad) hasta el canto de canciones no bíblicas y el uso de instrumentos en general e instrumentos específicos en particular.

Tales objeciones parecen extremas a la luz del ministerio terrenal de Cristo.
Jesús seguramente rechaza formas de adoración pero sobre la base del pecado en el corazón, no sobre la base del incumplimiento de las prescripciones formales positivas en la ley del Antiguo Testamento. ¿De qué otra forma tenemos sentido que Jesús limpie los atrios del templo de mercaderes y cambistas (un oficio anticipado y aprobado en Deuteronomio 14:24-26) y al mismo tiempo acepte los sacrificios en un templo no regulado por Dios?

NO HAY POR QUÉ SER EXTREMISTAS.
Esto no significa que el Principio Regulativo no tenga cabida en la adoración Reformada, solo que el Principio Regulativo debe ser manejado con cautela, y que nuestra exigencia de que cada elemento en la adoración se base en una prescripción Bíblica expresa no se lleve más allá de lo que Cristo mismo lo llevó. (La honestidad también debería obligarnos a admitir que los defensores de una aplicación rigurosa del Principio Regulativo con frecuencia logran encontrar una justificación Bíblica para las prácticas de adoración que simplemente reflejan sus propios gustos).

NOTA: Los subtítulos del artículo han sino añadidos.

lunes, 16 de septiembre de 2019

LA SALMODIA EXCLUSIVA NO ES LA NORMA




Esta es la tercera parte de una serie de publicaciones que inicié como reacción al sectarismo y legalismo que resultan de pretender hacer de la práctica litúrgica conocida como “salmodia exclusiva” el estándar rector para determinar si lo que hacemos en el culto cristiano es genuino “sacrificio de alabanza” o un blasfemo “fuego extraño”.
En la primera publicación, utilicé el calificativo de “neo-puritanos” para referirme a quienes promueven la idea de que usar himnos “no inspirados” (alabanzas, coros, himnos) es ilícito, contraviene a lo estipulado por Dios, profana el día del Señor y es “fuego extraño”.  He señalado que muchos defensores de la salmodia exclusiva llegan al punto de rechazar (y calificarlo de profano) el uso de instrumentos musicales (cualesquiera que sean) en el culto público.

¿Por qué uso el calificativo de “neo-puritanos”?  Uso el calificativo “neo-puritano” con la misma libertad con que estos a quienes he acusado de idólatras de la tradición histórica han tildado de “neo-calvinistas” a los que no enarbolen el “principio regulativo” con el rigor que demandan, con la misma generalidad con que han llamado “congregacionalistas” o “denominacionalistas” a quienes muestran cierta flexibilidad con asuntos como la observancia del calendario litúrgico y la entonación de himnos no canónicos, con expresiones como “ustedes no son reformados de verdad” o “eso no es presbiterianismo”. Yo  entiendo que, por la polémica que genera un encuentro de ideas entre bandos opuestos, ninguna etiqueta le acomoda a los aludidos – etiquetas que se han acuñado en otros escenarios de debate como “hipercalvinista”, “amilenialista” e “hiperpactualismo” tienen como propósito señalar una particularidad, pero no son del todo abarcadoras –  Yo igualmente les llamaría “hiperpuritanos”, “himnofóbicos” o “psalteriomaniáticos”, pero terminé usando el de la publicación; se aceptan sugerencias.

Se ha señalado que las publicaciones anteriores incluyen ironía y sátira; censurando el tono de las mismas con la idea de que esto le quita “seriedad” a las palabras. Yo digo que la ironía y la sátira por sí mismas no son ni falacias, ni pecados, ni motivo para aminorar la seriedad de un asunto.  Comparto aquí el link a un artículo titulado “ASÍ HABLAN LOS PASTORES” que presenta argumentos bíblicos para el uso de la sátira, la ironía y el humor por parte de los pastores, con base en que la Biblia y Jesús mismo hizo uso de este recurso comunicativo.
En la segunda publicación, acusé de LEGALISTAS a los mismos “neo-puritanos”, particularmente por su insistencia en llamar “ilícita” a la inclusión de himnos en la liturgia y por tildar de “fuego extraño” al culto congregacional que no se sujete a su modelo de “salmodia exclusiva” (sólo salmos – preferentemente de un salterio histórico, cero instrumentos y cero himnos). Si todo quedara en considerar la salmodia exclusiva como una mera preferencia, un modelo entre otros que igualmente podrían ser aceptables para el culto cristiano, pienso que no habría problema ni polémica – pero aquí es donde salta el carácter legalista de quien piensa que sólo la salmodia exclusiva es aceptable dentro del culto; en que juzga de sacrílego un servicio de adoración teniendo su preferencia particular como estándar (y por consecuencia lo impone a la liturgia, si es que esta quiere ser aceptable y legítima).
No ha faltado quienes dicen “pero la salmodia exclusiva NO ES LEGALISMO, quizá sea un error, pero no es legalismo” – dicen esto porque operan bajo la idea de que legalismo es “tratar de justificarse delante de Dios por las obras” – Ésta es una definición general de lo que podríamos llamar legalismo, pero no sólo esto es legalismo; pretender justificarse por las obras es legalismo en el contexto soteriológico, podría decirse que este es el legalismo al estilo JUDAIZANTE (contexto de Gálatas) pero el legalismo abarca otros contextos; Jesús acusó a los fariseos de su época de hacer su justicia “para ser vistos” y “para ser alabados por los hombres” (Mt.6:1-2), su móvil más que soteriológico era antropocéntrico. También los acusó de “hipócritas” pues por una parte aplicaban un rigor extremadamente minucioso  (legalismo) sobre detalles como el diezmo del comino, pero no estaban dispuestos a aplicar (convenientemente) el mismo rigor en otros aspectos igual de importantes (Mt.23:23) – su legalismo consistía no sólo en considerarse justos por los motivos incorrectos, sino en imponer sus criterios personales como norma de vida para los demás, ya sea ordenando lo que en realidad no estaba ordenado (como cuando inventaron las filacterías para “cumplir” correctamente con la ley- Mt.23:4) o prohibiendo lo que en realidad estaba permitido (como cuando calificaron de “ilícita” la simple labor de arrancar espigas de trigo crudas para saciar el hambre, ya que era “día de reposo”) – según Mt.12:7 – considero que estos pasajes nos brindan apoyo para ampliar la definición de “legalismo” más allá de su connotación soteriológica (legalismo “judaizante”) – y nos presentan una variable del mismo mal, que podría llamarse “legalismo farisáico”.

En Mat.23.4, Jesús señala el mal de los fariseos, pues “atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y LAS PONEN SOBRE LOS HOMBROS DE LOS HOMBRES” -  A esto me refiero al decir que el legalismo ocurre cuando se ORDENA lo que en realidad no está ordenado – a lo más, puede ser útil, puede ser loable, puede ser incluso admirable; pero no por eso es obligatorio. ¿Es bueno orar antes de los alimentos? Claro que sí, es útil para ejercitar la gratitud, para reconocer la providencia de Dios, es una disciplina espiritual – pero ¿Es obligatorio? ¿Diríamos que todo cristiano debe rigurosamente orar antes de introducir el más mínimo bocado de alimento a su cuerpo? NO, eso sería legalismo; imponer lo que la Biblia en sí misma no prescribe – Ahí mismo incluiría la práctica de un tiempo devocional matutino, del “altar familiar”, de tener dos cultos (mañana y tarde) los domingos, de leer la biblia completa en un año – son prácticas útiles, piadosas, e incluso ejemplares; pero no de carácter obligatorio; e insistir en que quien los las practica vive ilícitamente, sería una forma  más de legalismo.

En Mat.12:7, Jesús responde a los fariseos que acusaron a sus discípulos de hacer algo “ilícito” diciendo: “Si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, NO CONDENARÍAIS A LOS INOCENTES” en este caso, los fariseos no están ordenando lo que no era obligatorio (como en el ejemplo anterior) sino prohibiendo lo que en realidad no estaba prohibido. La ley prohibía ocuparse en trabajos que rompieran con el propósito del día del Señor, pero no establecía particularidades para todos los aspectos de la vida. ¿Podía caminarse en el día de reposo? ¿Podía atenderse un parto en día de reposo? ¿Podían practicarse las relaciones sexuales en día de reposo?, temas como estos caían en trivialidades a causa de la actitud legalista de los fariseos; que poco a poco fueron compilando una serie de comentarios y “reglamentos” (conocidos como  “midrash”)  que se volvieron más importantes que la ley misma, y su obediencia, a pesar de ser “tradición de hombres” fue impuesta como obligatoria (Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres - Mat 15:9) – quienquiera que no se sometiera a estas ingeniosas reglas, sería acusado de desobediente a Dios; este es el segundo aspecto del legalismo, prohibir lo que NO está prohibido; condenando así a quien en realidad no ha quebrantado sino un estándar meramente humano.

De lo anterior, sostengo que proponer la salmodia exclusiva como el estándar normativo para el canto congregacional; juzgando a quienes cantan himnos de ofrecer “fuego extraño”, termina siendo una forma más de LEGALISMO, ya que la biblia NO condena el canto de alabanzas o himnos, NI establece el contenido de los salmos como norma única para el canto congregacional – aunque los promotores de la salmodia exclusiva apelarán al “principio regulativo” para sustentar su preferencia litúrgica, pero será en una próxima publicación que abordaremos el asunto del “principio regulativo”.
Por ahora termino con un asunto que lleva el legalismo de la salmodia exclusiva a su grado superlativo, a saber, la prohibición de usar instrumentos musicales en el canto congregacional. Aunque habrá algunas mínimas excepciones, la mayoría de los promotores de la salmodia exclusiva están de acuerdo en que no sólo se debe evitar el uso de himnos (sin importar que sean sanos en cuanto a su doctrina), sino que también debe eliminarse el uso de los instrumentos musicales. ¿La justificación? No, no viene de la Biblia en sí, sino de un apego a la tradición litúrgica de los calvinistas de Ginebra y los presbiterianos de Escocia; repito, la base de su justificación es principalmente mantener apego no a la biblia, sino a una tradición litúrgica del siglo XVII. Ahí lo tiene; se requiere lo que no está requerido (salmodia exclusiva sin instrumentos) y se prohíbe lo que en realidad está permitido (himnos e instrumentos).

¡Todo un caso de legalismo! Y apenas es la punta del iceberg; porque con este aferramiento a la herencia histórica, por encima de la Biblia misma y el uso desorbitado del “principio regulativo” para normar la jota y la tilde de cada elemento y circunstancia de la adoración cristiana, surgirán por allá de diciembre los mismos que condenan el canto de himnos y el uso de instrumentos, condenando las velas de adviento, los pinos de navidad, los pesebres y las reuniones temáticas con motivo del Nacimiento del Salvador, Jesucristo.
Habrá que ir al meollo de esta moderna “midrash” neo-puritana.
(PRÓXIMAMENTE).

lunes, 9 de septiembre de 2019

¿LEGALISMO EN TU SALMODIA EXCLUSIVA?




En un primer comentario me referí a quienes tratan de darse aires de reformadores infiltrando en la iglesia presbiteriana de México propuestas litúrgicas basadas en un arraigo cuasi idolátrico de los estándares históricos de la iglesia, pero tristemente con ausencia de validez bíblica.
Tal es el caso de la “salmodia exclusiva” – Esta moda hípster ha tomado como una de sus principales propuestas, la idea de que la iglesia presbiteriana que realmente quiera “volver a la verdad” y “adorar a Dios como es debido” debe ceñirse al uso de la “salmodia exclusiva”.

¿Qué propone la “salmodia exclusiva? Entiéndase, que deberíamos dejar de cantar toda clase de himnos que no sean exclusivamente salmos - no importa si su contenido es doctrinalmente correcto; deben sacarse del repertorio – lo siento, dejaremos de cantar “Santo, Santo, Santo” sin importar que sus estrofas hagan eco de la doctrina de la soberanía de Dios; dejaremos de cantar también “Obediente a tu mandato” que aunque enmarca bellamente la doctrina de la eucaristía, según los propios neo-puritanos es “pecado” pues es como ofrecer “fuego extraño” a Dios – y así pasaría con muchos himnos más como “Grande es tu fidelidad” que exalta la providencia de Dios, como “Prefiero a Cristo” que afirma la centralidad de Jesucristo en la vida cristiana – lo sentimos, todo eso debe desaparecer, pues como no son “himnos inspirados” no son aceptables delante de Dios.
No sólo deben desaparecer los himnos de nuestra liturgia, sino también los instrumentos – pues Dios, dicen estos “próceres de la ortodoxia” no prescribió el uso de instrumentos para el culto cristiano (habrá que esperar por los argumentos bíblicos que ofrezcan para semejante afirmación) – así que, si queremos ser una iglesia “pura y fiel” que ofrezca un culto “aceptable y bíblico”, tendremos que ir rematando los pianos, los violines, las guitarras, los acordeones y toda clase de instrumentos musicales, y habrá que hacerlo con arrepentimiento, pues según estos neo-puritanos, hemos estado ofendiendo a Dios durante siglos con esta clase de liturgia “infiel y profana”.

Ahora bien, cuando preguntamos ¿Cuál es el fundamento bíblico para una propuesta tan intransigente respecto a la liturgia de la iglesia; uno esperaría que gente tan piadosa y escrupulosa de hacerlo todo con “apego bíblico” nos llevara a este y aquel pasajes bíblicos y nos comprobara así, con capítulo y versículo que la “salmodia exclusiva” es la norma del canto congregacional para toda la iglesia en todas las edades. Pero no, al solicitar bases escriturales, comienza un enredo de argumentación que apela no a la Biblia, a priori, sino al contexto histórico de la Confesión de Fe de Westminster (1646) alegando que, ya que “en Westminster no sólo se formuló la Confesión de Fe sino también el Directorio para el culto público, entonces una iglesia que se quiera llamar realmente presbiteriana, debe adscribirse a éste último también” – no verá usted mucha argumentación bíblica, sino una apego sin reparos al dogma (de ahí que los acuso de idólatras de la herencia histórica).

Luego, procederán a insistir en que debido a que se debe respetar el “principio regulativo” (sólo lo que la Biblia prescribe debe ser practicado) pues entonces no hay más que discutir; la Biblia no nos manda componer himnos para el culto público, así que no debe hacerse. Lo que no dicen (convenientemente) es que el “principio regulativo” deja fuera otras cosas: por ejemplo, la biblia no ordena explícitamente la práctica de ayunos, pero el Directorio para el culto público considera que sí se pueden practicar los ayunos; así también. La biblia no prescribe la celebración de bodas ni su “solemnización”, no obstante, el mismo Directorio para el culto público lo considera válido. Es más, la biblia NO ordena que se elabore un libro normativo como lo es el Directorio para el culto público y se implante en toda la iglesia para uniformar la liturgia, y sin embargo, esto no fue motivo para que los hermanos de Westminster vieran inapropiada la edición del Directorio. Entonces, ¿Por qué los neo-puritanos apelan tan recalcitrantemente al “principio regulativo” que ni el mismo Directorio de Culto que ellos mismos exaltan, aplica con sumo rigor?
Y prepárese, porque a falta de argumentos bíblicos, vendrán los adjetivos - “adiaforistas”, “denominacionalistas”, “sectarios evangélicos” y motes similares serán usados para todo aquel que pida una validación bíblica para la prohibición del uso de cánticos e himnos en la liturgia.

Comprendo la preocupación por que no se cante en la iglesia algo contradictorio a la sana doctrina, y acepto que hay cantos y alabanzas no sólo contemporáneas sino de antaño también que carecen de un fundamento bíblico y contradicen la sana doctrina, y por lo tanto son inaceptables en el culto y en la vida del cristiano, pero eso no es motivo para echar a la hoguera todo himno y toda alabanza sólo porque no fue aprobado por la asamblea de Westminster. O dígame entonces ¿Qué de malo, profano, impío o blasfemo hay en un himno como “A nuestro Padre Dios” que exalta a la trinidad, o un himno como “De tus mandatos tengo sed” que prácticamente resume el contenido del Salmo 119.
Y aquí es donde se deja ver el calibre del legalismo al que llega esta clase de apasionamientos innecesarios; en la cerrazón y rechazo a toda clase de contextualización: supongamos, sin conceder, que quedamos de acuerdo en que debemos de cantar sólo el contenido de los salmos, nada mas que eso. Bueno, pues hagamos un “salterio mexicano” para su uso en la iglesia presbiteriana de México – primero tendrá que convencer a muchos neo-puritanos de que las melodías del salterio de ginebra no son la norma musical para la iglesia, porque lo que han venido haciendo es adaptar paráfrasis de los salmos a las melodías del Salterio de Ginebra, que si bien tienen cierta belleza, no pueden ser impuestas como norma para la iglesia, a menos que se quiera alegar inspiración divina para ellas.  Y conste que dije paráfrasis, porque ni siquiera en el salterio de Ginebra se cantan los salmos completos ni los términos exactos (del hebreo bíblico), sino que por cuestiones de métrica y estética, así como de traducción, se tuvieron que hacer algunas adaptaciones – entonces me pregunto, ¿Por qué esto fue válido en aquellos tiempos pero no es válido hacerlo en esta época?.

Algo más, yo esperaría que un proponente dela “salmodia exclusiva” deberá estar de acuerdo en que la iglesia cante alabanzas como “El Señor es mi pastor” (de Danilo Montero), o “Temprano yo te buscaré” (de Marcos Witt), o “Jesús es mi luz y mi salvación” (de Torre Fuerte) e incluso “Cantad Alegres a Dios” (de Jesús Adrián Romero) – porque con estas alabanzas tenemos prácticamente cubiertos los Salmos 23, 63, 27 y 100, respectivamente… comprendo que tales autores no son los mejores exponentes de una doctrina ortodoxa (la selección ha sido a propósito), algunos incluso han errado gravemente, pero considere el hecho de que las palabras de los cantos citados NO son de su autoría personal, sino términos prestados de la Biblia misma – y de acuerdo a un principio básico (que el mismo Calvino señala en su Institución de la Religión Cristiana), “toda la verdad pertenece a Dios” y entonces, tales cánticos son legítimos para la adoración, porque están arraigados en la palabra de Dios (que es siempre verdad).

Cierro con un ejemplo más del legalismo que promueven los neo-puritanos con su moda hípster de la “salmodia exclusiva” – La iglesia canta desde hace años un corito que dice “Alabad a Jehová naciones todas, pueblos todos alabadle…” se canta en muchos lugares con guitarra, a falta de instrumentos más sofisticados.  ¿Es bíblico? Sí, son las palabras literales del Sal.117 (traducción Reina Valera 60), ¿Es cantable? Sí, la melodía es sencilla y fácil de cantar. ¿Es decoroso? Sí, no hay algo que pueda imputársele de profano o indecente… ¡Entonces podemos alabar a Dios usándolo en la liturgia presbiteriana en México! mmm… me temo que los neo-puritanos no estarán satisfechos; como no es la versión  metrificada del salterio de Ginebra, y se acompaña con una guitarra, dirán que no es aceptable en el culto cristiano… Si eso no es legalismo, ni  idolatría de la historia  ¿Qué es entonces?.

sábado, 7 de septiembre de 2019

El asalto de los Neo-Puritanos (Parte 1)



Esta serie de reflexiones que comienzo, surge como reacción al sectarismo que está inoculándose dentro del presbiterianismo mexicano; un presbiterianismo que apenas se dirige a sus primeros 150 años de existencia y que le falta mucho por ser verdaderamente reformado.
¿Pero qué es ser reformado? ¿Qué define la ortodoxia realmente reformada? Es aquí donde los susodichos, neo-puritanos propondrán que la iglesia presbiteriana de México NO es reformada porque no se apega con rigor a los estándares históricos del siglo XVI (especialmente en lo concerniente a cómo guardar el “día del Señor”) y por no utilizar en sus cultos la “salmodia exclusiva” (caballito de batalla en sus discusiones acerca de la adoración).

Concuerdo, para ser justos, en que el presbiterianismo Mexicano adolece de muchas cosas; y precisamente por eso, no necesitamos una facción más que pretenda poner solución a las deficiencias creando un problema mayor, a saber, un legalismo recalcitrante que cual fariseos del siglo XXI juzgue las cosas por su apariencia externa pero descuide lo de adentro.
Concuerdo también, con varias (aunque no todas) las acusaciones que se hacen al “neo-calvinismo” de no ser estrictos con el cuidado doctrinal, de poner énfasis en la adoración en el sentido amplio a expensas de descuidar la adoración en el sentido estricto – Pero así mismo acuso a los que denomino “NEO-PURITANOS” de hacer lo contrario; promover un uso de las confesiones de la Reforma que raya en idolatría de la herencia histórica, y colocar tanto énfasis en la adoración en el sentido estricto pero no ser tan insistentes con la adoración en el sentido amplio (como aquellos fariseos que colaban el mosquito pero tragaban el camello).

Conste que aprecio mucho la labor de los puritanos (hombres como Bunyan, Flavel, Baxter, Owen y Gurnall forman parte de mi lectura constante y me deleito en sus reflexiones y enseñanzas, pues están saturadas de la Biblia) – pero así como el prefijo NEO- no significa que el neo-calvinismo sea una mejor versión del calvinismo histórico ni una afortunada revisión de sus postulados, así mismo, me refiero al NEO-PURITANISMO no como una mejor versión del puritanismo histórico, ni siquiera como una mejor opción para la iglesia contemporánea, sino como una visión errada de nuestra herencia histórica que pretende imponer como norma y fundamento para la iglesia asuntos que ni sus autores mismos llevaron a tal extremo. 

Ahora resulta que lo que la iglesia presbiteriana de México necesita para ser “una y santa” es despojarse de himnos como “Santo, Santo, Santo”, “Soberano Señor de los mundos” o “Sublime gracia” que aunque honran las escrituras (pues exhiben fielmente doctrinas bíblicas), no son aceptables para el culto cristiano porque, según los NEO-PURITANOS, debemos cantar “salmodia exclusiva” – ahora me sale con que un órgano, una batería, una guitarra o un acordeón son elementos inaceptables en el culto y que su presencia o ausencia hacen la diferencia entre un culto profano y uno “verdaderamente reformado” – tal énfasis en la “salmodia exclusiva” es en el menor de los males, una moda hípster que no tardará en chocar con sus inconsistencias, y en el peor de los escenarios, un nuevo sectarismo fundado NO en una verdadera lucha por la ortodoxia sino en un aferramiento idolátrico a la forma histórica, pero no un celo verdadero por los fundamentos bíblicos.

No señor; acuse las verdaderas deficiencias de la iglesia, las que se resuelven con un regreso (o primer contacto) con el evangelio de la gracia. Acuse la falta de predicación bíblica y la abundancia de humanismo;  delate la falta de disciplina eclesiástica y la abundancia de mundanalidad, denuncie la visión asalariada que se tiene del ministerio pastoral y los vicios de la burocracia eclesiástica – hay muchas cosas por hacer, muchas deficiencias que atender – pero no me proponga una nueva moda hípster embadurnada de pietismo como la principal necesidad de la iglesia; lo que se requiere es un avivamiento verdadero, no una aplicación legalista de la herencia histórica.

jueves, 18 de julio de 2019

¿Quién es ese hombre?


Jesús de Nazareth... ¿Quién es este hombre? 
¿O es acaso más que un simple hombre? ¿A qué ha venido? ¿Cómo hemos de responder a su venida?

Cada uno de los cuatro bosquejos aquí propuestos, aborda una de cuatro perspectivas, con la intención de promover un balance de contenido y aplicación a lo largo toda la exposición de temas – tendremos un DRAMA que apreciar, encontraremos DOCTRINA que aprender, seremos guiados a ofrecer DOXOLOGÍA y tendremos motivos para ejercitar el DISCIPULADO con mayor convicción.

Una nota aclaratoria; estos no son sermones, sino apenas bosquejos de ideas – será labor de cada expositor estudiar textos y contextos, establecer los argumentos, considerar a su audiencia, enriquecer el contenido con los recursos comunicativos pertinentes y, por supuesto, desarrollar las aplicaciones más adecuadas.

(DEBES HACER CLIC EN LA IMAGEN PARA ACCEDER AL ARCHIVO)

lunes, 1 de julio de 2019

Una filosofía para la vida - Guía devocional Julio 2019



¿Qué es la vida? ¿Qué hace que tenga sentido? ¿Qué debemos hacer con cada día de nuestra existencia? ¿Cómo se mide el éxito? ¿En qué consiste la felicidad? – EL libro de Eclesiastés plantea todas estas y muchas más preguntas existenciales. Dios, que es verdad y vida, desea que nuestra filosofía de la vida esté fundada en SU palabra y no es las arenas movedizas del relativismo.
Compartimos la guía devocional “una filosofía para la vida” basada en los capítulos 9 y 10 de Eclesiastés.

Si das CLIC AL GRÁFICO, podrás acceder a la guía en su formato de IMAGEN
Y si das CLIC AQUÍ, podrás tener la guía en formato PDF

miércoles, 26 de junio de 2019

LA CREACIÓN: Un llamado a la adoración



{Si das clic en la imagen, tendrás acceso al archivo en PDF}
Original de Vernon Whaley “Called to Worship” Cap. 1 / Traducido por Samuel H.C.



Pareciera que apenas fue ayer; mi hermano Rodney y yo permanecíamos fuera de la casita de nuestro perra Chena, una Husky siberiana luego de haber traído a la vida a una camada de seis pequeños cachorros.
A nuestros once y trece años, no teníamos idea de que la naturaleza simplemente estaba siguiendo un proceso normal ordenado por Dios. Pero la intuición nos dijo que estábamos presenciando un milagro.
No tuvimos absolutamente nada que ver con este fenómeno. No pudimos causar ni prevenir los nacimientos de estos bebés caninos. Pero pudimos ser testigos: Chena nos permitió mirar. Y en su presencia, fuimos testigos presenciales del impresionante acontecimiento que es el nacimiento.

En su libro “La historia de Dios”, Anne Graham Lotz usa el término testigo ocular al explicar cómo Dios creó el mundo: "¿Quién fue el testigo ocular de la Creación?", Escribió. “¡La respuesta simple pero asombrosa es Dios mismo!” Dios fue quien escribió, contó y representó el drama. Él mismo desarrolló la trama, la prosa, los personajes y la tensión dramática de un guión colocado en su corazón mucho antes del comienzo de la creación. Y como el mejor narrador de historias, solo Él es responsable del ritmo y la continuidad de la historia. También es el único con autoridad para editar el manuscrito.
Cuando Dios comenzó a presentar la trama de su historia eterna en el primer libro de la Biblia, se reveló una estrategia llamada revelación: Dios inició la tarea de revelarse al hombre a través de la Creación. Dio un testimonio ocular de primera mano, respecto a los acontecimientos y abrió las ventanas del cielo para revelar su gloria, carácter, amor y sabiduría para que podamos conocerlo. Nuestra respuesta instintiva al conocer a Dios personalmente es la adoración. Y la adoración es su plan estratégico para toda la creación.
En el libro de Génesis, Dios comenzó a mostrarnos cómo Dios nos mueve a la adoración a partir de su revelación - La obra de revelación de Dios se presentó por primera vez en la Creación; se cumplió a través del Hijo de Dios, Jesús; y se perfeccionará cuando los santos de todas las edades se unan en adoración alrededor del trono del cielo.
De principio a fin, Dios se involucra en la tarea. Él Dividió su trabajo creativo en días y tiempo, proporcionando así estructura. Elaboró ​​su tapicería artística con cuidado, color y detalle, proporcionando maravilla y asombro.
Dios desarrolló un marco para hacerse conocer más claramente por el corazón y la mente humanos y, al hacerlo, proveyó una relación. Él dio ejemplo para la adoración al proclamar la aprobación de su propia obra. Luego dio tiempo para el reposo, la contemplación, la restauración y la respuesta, y nos dio un modelo para la adoración. El relato de la Creación es, de hecho, el llamado de Dios a la adoración, porque en él, Dios nos revela su persona, presencia, poder, plan y propósito.


La PERSONA de Dios revelada.
A riesgo de minimizar el relato de la Creación, debo señalar que Génesis no fue escrito principalmente para explicar cómo Dios creó el universo. Más bien, su propósito, ante todo, es revelar a la persona de Dios.
Dios se define primero como el Creador, o "el que hizo algo de la nada". ¿Pero quién es este Creador, esta Persona? Es Elohim: el Dios Altísimo: el todopoderoso, un único Creador, el Dios del cielo, el Santo, el justo soberano.
Ya que Dios es creativo, su primer acto fue crear: Él nos formó a su imagen y colocó dentro de nosotros el deseo de conocerlo, tener comunión con él, amarlo supremamente y adorarlo. Continuó revelándose a sí mismo como sustentador, dador de vida, proveedor, compañero y cuidador de toda la creación – cimentando así la relación que desea tener con su mejor producto: la humanidad.
Dios reveló su amor con la misma sencillez con que la tierra gira alrededor del sol, las aves vuelan y los animales procrean. Él demostró su divinidad al crear todo lo que hay, sin solicitar ayuda de ningún otro ser, ángel o espíritu. Mostró su conocimiento mientras elaboraba todas las cosas para trabajar en conjunto sin problemas, en perfecta armonía. Y muestra diariamente su habilidad arquitectónica a medida que la naturaleza continúa funcionando de acuerdo con su plan sagrado y global.
Dios creó a partir de un acto de su libre voluntad. Nada en el universo le ordenó: "Ponte a crear". Ninguna agenda oculta o motivo lo presionó a hacer su trabajo. Él no construyó el cosmos para satisfacer una necesidad interna, para volverse más Dios o más poderoso. Dios está completo en y de sí mismo. No tuvo que pedir permiso para producir, no lo necesitaba. Y no fue necesario solicitar financiamiento para llevar a cabo Su acto de creación: Él ya lo posee todo. No buscó consejo sobre la altura, profundidad o amplitud de su construcción. Ya sabía lo que quería hacer: quería crear. ¿Pero por qué? Dios creó para establecer una relación con aquellos que son como Él (ver Génesis 1:26), y porque Él nos ama, y ​​nos amó, incluso antes de que naciéramos. Él quiere revelarse a sí mismo como Amante de nuestras almas.  
Entonces, este Dios que nos creó para revelarse a nosotros mismos, hizo exactamente eso al usar la creación de su autoría para mostrarnos su plan y propósito para la vida. Es como si levantara en alto un gran anuncio luminoso que dijera: ¡MIRA LO QUE DIOS HA HECHO! ¿Por qué? Porque quería que supiéramos que Él está allí.


La PRESENCIA de Dios revelada
Mi esposa y yo vivimos durante varios años en Pensacola, Florida. Las paradisiacas aguas azules del Golfo de México proporcionan un telón de fondo para la majestad de Dios en movimiento. Nada es más impresionante que pararse en un muelle en una noche de luna, sentir el viento soplar sobre el agua, observar las olas y las estrellas, y disfrutar de la presencia de Dios. No importa donde estés, Él parece susurrar, “Mi presencia también está aquí”.
Desde el principio, la Biblia nos dice: "El Espíritu de Dios se movía sobre el agua" (Gen. 1:2). Aunque la tierra no tenía forma y estaba vacía, Dios estaba ocupado. El universo era estático, pero su Espíritu no lo era. No estaba esperando una aprobación administrativa para tomar un papel activo en el gran momento definitorio de la historia. Estaba en movimiento Incluso en la oscuridad, Dios estaba haciendo Su presencia conocida.
Si bien, no podemos ver el Espíritu de Dios, podemos sentir su presencia. Y así como su Espíritu se movió a través de las aguas, su presencia hoy demuestra que aún se está moviendo, siempre trabajando, participando plenamente y llevando a cabo su plan para estar con su creación. En un momento de tiempo, Dios revela su presencia. ¿Por qué? Porque Él quiere estar con nosotros.
¿Cómo se aplica esto a nuestra adoración? Sin su presencia no adoraremos. Pero cuando Dios está con nosotros, cuando Él está presente, la adoración es nuestra respuesta inmediata. Y cuando respondemos a Su cercanía con la adoración, podemos comenzar a conocerlo a Él personalmente y a sentir y entender Su poder.


El PODER de Dios revelado
¿Qué tan poderoso es Dios? - Él podría haber hundido su dedo y forjado un valle o cavar de la nada un gran río. Podría haber enviado un viento celestial para impulsar Sus estrellas brillantes a través del cielo, o reunir moléculas de otra galaxia para dar forma y multiplicar a los animales. Podría haber usado todo tipo de artilugios llamativos y fuegos artificiales llamativos, incluso una gran explosión, para crear. Sin embargo, él eligió no hacerlo. En cambio, Él simplemente habló. "Y sucedió" (Gén.1:9, 11, 15, 24, 30).
Apareció la vida porque hay poder en la misma voz de Dios, y a través de la voz creativa de Dios, podemos ver la magnitud de Su poder. La voz que habló en la Creación fue la misma que dijo: "Serpiente, estás maldita". Más tarde, esta voz llamó a Moisés desde una zarza ardiente y luego esculpió en piedra los mandamientos para que todos los humanos obedecieran. Más tarde, la misma voz anunció: "Este es mi Hijo amado" (Mat. 3:17), identificando para siempre a Jesús como aquel a quien se debe adorar. Y es la voz de Dios que un día declarará: "El tiempo ya no existe".
Hoy la voz de Dios susurra paz a nuestros corazones junto a la cama de un santo moribundo. Del mismo modo, susurra: "Venid a mí" (Mat. 11:28) y ofrece descanso. Pero antes de todo esto, con el poder soberano de su voz, Dios creó un mundo.
Que Dios haya dado vida a las cosas por medio de su palabra no es menos significativo que el hecho de que Él creó de la nada. Al hablar, Dios confirmó las palabras de Su boca como autoridad absoluta. Al hablar, Él demuestra Su suprema autosuficiencia y autodeterminación. Todas las cosas existen "por su poder" Pablo escribió que "todas las cosas fueron creadas, cosas en el cielo y en la tierra, cosas visibles e invisibles, todos los poderes, autoridades, señores y gobernantes... Él estaba allí antes de que se hiciera algo, y todas las cosas subsisten gracias a Él" (Col. 1:16–17).
Considere la secuencia de esta cadena de acciones soberanas en Génesis 1: Dios dijo; Dios hizo, Dios nombró(llamó), Dios vio; y Dios bendijo.

Dios dijo:
·         "Que haya luz".
·         "Que haya cielo".
·         "Que haya luces en el cielo".
·         "Que haya plantas".
·         “Que haya peces en el mar y pájaros en el aire”.
·           “Que haya animales”. Y, finalmente,
·           "Que haya humanos".
Y así sucedió…

Entonces Dios hizo - Hizo el aire y colocó agua tanto arriba como abajo. Hizo el sol para el día, la luna para la noche y las estrellas para brillar ante los ojos asombrados de los niños. Hizo a cada ave y su peculiar canción, hizo a todos los animales; grandes y pequeños, y ordenó que cada uno produjera más como de su misma especia. Dios lo hizo.

Luego Dios nombró - ¿Alguna vez ha notado con qué frecuencia nos fijamos para ver dónde se hacen nuestras prendas de vestir, automóviles, muebles y otros bienes de consumo? Esto se debe a que valoramos mucho dónde y cómo se fabrican estos productos. Algunas prendas muestran con orgullo "Made in China" o "Made in America".
Ciertos automóviles "made in Japan" o "made in Germany" evidencian una buena manufacturación. Las etiquetas de los muebles que declaran "Hecho en el país Amish" implican una fabricación de calidad. Etiquetamos nuestra mercancía para hacer notar su mano de obra superior y para indicar su valor.
Cuando nuestro Creador estampó "Hecho por Dios" en Su creación, Él garantizó una mano de obra incomparable y dio gran valor a lo que Él creó. Él autografió sus obras con su propia mano. Y Él afirma su trabajo con una garantía que durará más que las edades.
Dios revela su estima por su obra al proporcionar nombres. Proporcionan identidad y designan propósito y función.  Los nombres son importantes para Dios. Él mismo tiene no menos de doce nombres que identifican sus roles y su carácter, así que puedes apostar a que sabe tu nombre y se preocupa profundamente por ti. Al traer la creación a la existencia, Dios llamó a la luz "día", a la oscuridad "noche", al aire "cielo", y así sucesivamente.

Entonces Dios evaluó su labor – Seis veces en Génesis 1, echó un vistazo a lo que había hecho y lo evaluó (vv. 10, 12, 18, 21, 25, 31). Y cuando la Creación estuvo completa y Él "vio todo lo que había hecho",  llamó "bueno" a todo lo que había creado (v.31), otorgando a Sus obras Su sello oficial de aprobación.

El hecho de que Dios conceda la aprobación es importante a medida que aprendemos a adorarlo. En el Antiguo Testamento, Job, Abraham, David y otros fueron aprobados y reconocidos ​​ por su adoración fiel a Dios. En el Nuevo Testamento, Dios aprobó a los discípulos cuando reconocieron a Jesús por lo que realmente era y lo adoraron. María fue elogiada por su adoración al ungir los pies de Jesús (Jn.12:1–7). Y los santos de todas las edades recibirán la aprobación de Dios cuando diga: "Bien, siervo bueno y fiel" (Mt. 25:23).
Nacemos con la necesidad de ser vistos y aprobados por Dios. Y Dios quiere darnos su aprobación divina. Cuando lo adoramos, Él nos bendice y nos aprueba. Después de la adoración fiel de Ana, Dios la bendijo al responder a su oración por un niño con muchos hijos (ver 1 Samuel). Él también contestará nuestras oraciones, cuando lo adoremos en espíritu y en verdad. ¿Por qué? Porque lo aprueba. Nuestra adoración cumple su plan para nuestras vidas.


El PLAN de Dios revelado
La creación revela que Dios tenía un plan. Momento a momento y día a día, demostró un compromiso para manifestar su amor por la vida creando intencionalmente una atmósfera en la que las cosas, y las personas, podrían vivir. Pintó un amplio fondo de cielo, lleno de color. Movió las aguas juntas y formó tierra seca, en la que colocó flora y fauna. Convocó las estaciones a la existencia y estableció semanas y años, creando una línea de tiempo para el cumplimiento de Su redención prevista.
Y finalmente, Dios creó su obra más especial: la humanidad. Formó al hombre, a su semejanza, del polvo, y respiró en su cuerpo el aliento de la vida. Luego le dio al hombre una pareja, una mujer, y bendijo a la raza humana, dándoles la capacidad de reproducirse para que pudieran llenar y dominar la tierra, gobernando sobre todo ser vivo. Y concluyó su labor diciéndole al hombre: “Esto es todo tuyo, y yo soy tuyo. Te miraré y veré en tu rostro el reflejo de Mi propia gloria. Ese es tu fin. Estás creado para adorarme, para glorificarme como tu Dios para siempre"  Él creó a la humanidad para adorar, y nos dio los principios para hacerlo a través del acto de la Creación.

Pasó la tarde y llegó la mañana.
Seis veces en Génesis 1, vemos las palabras "la tarde pasó y llegó la mañana". ¿Qué nos enseña esto acerca de la adoración?

1. Nos enseña que practicar la adoración lleva tiempo.
Cada vez que leemos "pasó la tarde y llegó la mañana", refleja la dedicación de Dios al tiempo. Aunque fue tanto inventor como controlador de tiempo, se permite a sí mismo trabajar dentro de sus limitaciones. Completó la Creación dentro de las limitaciones de los días, seis de ellos, y al final de cada uno de ellos, la tarde pasó; entonces llegó la mañana. Con las luces que Él puso en el cielo, Dios estableció tiempos (días, noches, años, estaciones) porque sabía que nuestras vidas se verían limitadas por el tiempo.

Eclesiastés 3: 1–8 dice:
Para todo hay una estación, un tiempo para cada propósito bajo el cielo:
Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir;
Un tiempo para plantar, Y un tiempo para arrancar lo que se planta;
Un tiempo para matar, y un tiempo para sanar
...Y muchos otros "tiempos para" también.

Para Dios, hubo un tiempo para crear. Y aunque pudo haber dado forma a todo lo que existe en un solo golpe celestial, eligió expresar Su genio creativo durante una serie de días, un lapso de tiempo. Se tomó su tiempo para diseñar todos los aspectos del universo, visibles e invisibles, que sabía que disfrutaríamos.
A su vez, si vamos a adorarlo de una manera que Él disfrute, debemos tomarnos nuestro tiempo: debemos alejarnos del ajetreo de la vida y pasar tiempo con Dios.

2. Nos enseña que la adoración es un proceso.
Nuevamente, Dios no completó la Creación en un instante, aunque pudo haberlo hecho. Pero se valió de días individuales seguidos de noches individuales para llevar a cabo un proceso. Dios opera por procesos. Esto se ve en la forma en que Él permite que todas las cosas se desarrollen. Considera la mariposa. Su transformación de oruga espeluznante a criatura de belleza es un proceso que tiene lugar en el capullo. De hecho, toda la vida; la educación, una amistad duradera, un matrimonio sólido, una paternidad exitosa, implica un proceso.
No se puede apresurar un proceso. Dios no se apuró cuando creó. Se comprometió a sí mismo a un proceso. Además, todo lo que Él manufacturó, requiere un proceso predeterminado para reproducirse y crecer. Si nosotros, como el Señor mismo, nos avocamos a sus procesos, nos convertimos en estudiantes de adoración y aplicamos lo que aprendemos a nuestra experiencia de adoración, entonces nuestra comprensión de Dios y la relación con Él crecerá.

3. Nos enseña que la adoración requiere crecimiento.
A medida que Dios creó los cielos, la tierra y todo lo que está dentro de ellos, Él "acrecentó" día a día su universo. Comenzó con la luz, luego la atmósfera; Más tarde, cosas con escamas, cosas con agallas y cosas con alas, y así sucesivamente. En toda la creación, Dios construyó el cosmos en crescendo, de nuevo, trabajando dentro de los parámetros del tiempo y el proceso. El tiempo permite el crecimiento, para la maduración. Y cada vez que pasaba la tarde y llegaba la mañana, Dios estaba permitiendo que las cosas crezcan.
El crecimiento es esencial para el desarrollo y la madurez. Esto se aplica no solo a la poderosa secoya que brota de una semilla, sino a nuestra adoración, que surge de nuestro primer reconocimiento de quién es Dios. Crecer como adoradores es parte del plan de Dios para revelarse. Cuanto más aprendamos acerca de Él, más anhelaremos adorarlo. Cuanto más lo adoremos, más querremos conocerlo. Cuanto más lo conozcamos, más querremos estar con Él... luego amarlo... luego servirlo. Y sigue y sigue. Así como Dios agrandó diariamente su universo, debemos engrandecer nuestra relación con Dios.

4. Nos enseña que la adoración requiere orden.
Si bien la respuesta de nuestro corazón a Dios puede ser algo espontánea a veces, debe haber orden en nuestra adoración, así como hubo un orden divino para toda la Creación.
Aquellos de nosotros que somos creativos, los tipos de “cerebro derecho” a menudo lamentamos nuestra incapacidad de "colorear dentro de las líneas". En pocas palabras, no nos gusta seguir las reglas. Sin embargo, las palabras "pasó la tarde y llegó la mañana" revelan la voluntad de Dios de seguir las "reglas", es decir, adherirse a un orden divino. Él es demasiado disciplinado para ignorar los límites prescritos que Él mismo estableció. Y entonces, deberíamos serlo nosotros también.
Cuando adoramos a Dios, debemos hacerlo dentro de los límites, para prevenir el desorden. Quizás el apóstol Pablo lo dijo mejor: "Hágase todo decentemente y en orden" (1 Cor.14:40). A medida que seguimos leyendo en las escrituras, quedará claro que cada acto inapropiado de "adoración": corte de carne, sexo en los altares, sacrificio de un niño - lo que sea; comenzó cuando se ignoraron los límites y surgió el desorden.

5. Nos enseña que nuestra adoración debe ser fresca.
Cada vez que pasa la tarde, una nueva mañana sigue. La oscuridad se disipa, y hay una sensación de anticipación de algo nuevo. Esto se debe a que las misericordias de Dios son "nuevas cada mañana" (Lam. 3: 22-23). Y así como la fresca compasión es parte de la rutina de la mañana de Dios, la adoración fresca debe ser parte de la nuestra, debe renovarse cada día, ser nueva cada amanecer.
Cuando adoramos en la frescura del amanecer, Dios es honrado. Él ve que lo hemos colocado primero en nuestros días. Como resultado, nos refresca con su presencia, restaura nuestra energía, transforma nuestra perspectiva y profundiza nuestra amistad con él.

6. Nos enseña que la adoración es parte del ciclo de vida establecido por Dios.
Así como el amanecer es una parte esperada de nuestro ciclo de vida, la adoración también debe ser una parte. Dios lo espera, tan seguramente como esperamos que salga el sol. Todo el día, todos los días, debemos trabajar para Él y, en el camino, adorar.
En la noche, mientras descansamos, Dios restaura nuestros seres físicos, espirituales y emocionales para que podamos levantarnos por la mañana, comenzar nuestro día con adoración, asegurar su presencia en nuestras vidas y cumplir así su propósito.


El PROPÓSITO de Dios revelado
La máxima revelación de la Creación es que Dios tiene un propósito especial: morar con el hombre. Cuatro detalles ilustran su intención:

Primero, Dios descansó en el séptimo día. Claro, Dios no estaba cansado – No había escrito demasiados correos electrónicos ni había permaneció demasiado tiempo en la línea de producción como para estar agotado, no tenía necesidad de reponer su energía física o emocional. De hecho, Él no tenía necesidad de nada. Pero nosotros sí. Así que Dios descansó, como ejemplo para nosotros.
Dios nos creó con una necesidad de equilibrio en nuestras vidas, trabajo equilibrado con descanso. Cuando descansamos, nuestros cuerpos tienen tiempo para reponerse, así como nuestras mentes. Cuando nos desconectamos del ajetreo y el bullicio cotidiano, podemos descansar y enfocarnos en Dios. Esto nos da la oportunidad de meditar en Él, escucharlo y disfrutarlo.
Es muy curioso que Dios nos proporcionó un patrón para la adoración descansando, no haciendo. Pareciera estar diciéndonos: “Adelante, mantente ocupado toda la semana como yo lo hice, pero no te olvides de reservar un tiempo para descansar conmigo”. Dios espera que le reservemos tiempo para que Él pueda renovarnos mientras estamos en comunión con él.

Segundo, Dios creó al hombre y lo complementó con tres elementos esenciales de la vida: el aliento (de Dios); voluntad, afirmando su deseo de desarrollarse como persona; y la libertad de elección, el poder de ejercer ese deseo. Los tres elementos reflejan la imagen de Dios. Y los tres son esenciales para nuestra capacidad de habitar y adorar a Dios.

Tercero, Dios colocó en el corazón del hombre un deseo de compañía. Dios desea amistad. Este anhelo estaba en su corazón en el momento de la creación. Él anhela vincularse y construir una relación, y ya que somos como Él, nosotros también tenemos un deseo incorporado de conexión, de comunicación, de vinculación con nuestro Creador. Cuando respondemos a ese deseo con adoración, estamos cumpliendo Su propósito para nosotros. Él se complace en morar con nosotros.

Cuarto, Dios creó el ciclo reproductivo. En Génesis 2:18, Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo". Aunque Adán tenía todas las aves del aire y las bestias del campo, no encontró un compañero comparable o adecuado para él. Pero Dios le proporcionó un compañero: una mujer. Luego, juntos, comenzaron a llenar el planeta con más y más personas para que Dios las ame y con las que pudiera convivir.


PRINCIPIOS para el culto…
Nuestro examen de la Creación es esencial para el estudio de la adoración. A través de la Creación, Dios planteó un precedente para establecer relaciones con sus criaturas, los humanos y mostrarles cómo adorarle. En el relato de Génesis, cuatro principios afectan profundamente nuestra vocación, y deberían afectar nuestro deseo, de adorar:

Primero, la grandeza de Dios exige nuestra adoración.
Dios es trascendente a la creación; Él no fue creado. Él fue la Causa; Nosotros, el efecto. Dios es Espíritu, por lo que no puede ser contenido o restringido por ningún edificio hecho por el hombre. Él es libre de moverse como Él quiere y mora donde Él elige. Y Él elige morar con nosotros, su creación. Esto debería despertar al corazón humano para alabarlo.

Segundo, la obra de Dios exige nuestra adoración.
Su trabajo en la Creación está más allá de nuestra comprensión, y a través de él, Dios demostró su plan redentor. En Génesis, dijo: "Sea la luz", trayendo así al universo de la oscuridad a la iluminación. Su plan de redención lleva al hombre de la oscuridad a la iluminación; es decir, de la ignorancia a la comprensión de él. A través de la Creación, podemos conocer a Dios y ser receptores de todos Sus beneficios, ¡Incluida nuestra redención!

Que todo lo que soy alabe al Señor;
con todo el corazón alabaré su santo nombre.
 Que todo lo que soy alabe al Señor;
que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí.
- Salmo 103:1-2

La narración de Génesis 1 proporciona un resumen sorprendente de los beneficios de conocer a Dios:
·          Dios dijo: esta es la primera vez en las escrituras que se hace oír la voz de Dios. Al hablar el mundo llega ser, también nos habla a través de su Palabra, demostrando que somos preciosos para él.
·          Dios hizo: Él hizo a mano a cada uno de nosotros, dándonos a cada uno una identidad individual, atada con sus propios atributos. A medida que lo conocemos más y más, nos volvemos más como él.
·          Dios nombró, tal como puso nombre a la noche y al día, identificándolos para siempre, nos nombró e identificó con su propio nombre (1 Jn.3:1; Jn.15:15).
·          Dios vio — Él nos ve (uno de los muchos nombres de Dios es “El Roi”, el Dios que ve). Y cuando comenzamos a buscarlo y conocerlo, Él nos da su aprobación, tal como lo hizo cuando "vio" cada uno de los productos de su semana creativa.
·          Dios bendijo, Él provee para nosotros.

Tercero, la sabiduría de Dios exige nuestra adoración.
Todo lo que hizo tiene su propio lugar y propósito para la existencia. Cada hoja en un árbol, cada pétalo en una flor, cada pluma en un ala y cada canto en el aire solo sirve para hacer que lo que Él creó, le dé a conocer - Ese es su fin. Pero solo el fin de la humanidad es morar con Dios y ser Sus hijos, "hechos de manera admirable" creados a Su imagen (Sal. 139:14). Estas imágenes suyas, no le ayudan en nada, sino que le adoran en todo.

Y finalmente, los deseos de Dios exigen nuestra adoración.
"Hagamos al hombre", dijo (Gen.1:26). Pero ¿por qué hacer al hombre? ¿Por qué no acabarlo todo en los pájaros, los peces, la criatura de cuatro patas? Porque Dios quería una relación.  Hoy mismo, todavía quiere una relación, contigo y conmigo. Y Él quiere que dure para siempre (ver Juan 3:16). Por eso, debemos adorarlo.
En resumen, toda la creación exige que adoremos a Dios. ¿Cómo podemos no ayudar, pero sí adorar al artesano exclusivo de toda materia inanimada, y al único arquitecto, carpintero e inspector del universo por todo lo que respira? ¿Cómo vivimos ante el único que pudo crear algo de la nada? ¿Cómo nos conducimos ante aquel que, además de Creador de todo, también es Padre de todo (Deut.32:6)? ¿Cómo viviremos con el Dios que quiere morar con nosotros?


"La  importancia y la sustancia de la Biblia radica en que esta nos enseña que aunque  Dios no necesita nada, sin embargo, desea adoración y alabanza de sus hijos creados"
-A.W. Tozer, pastor y teólogo del siglo XX