viernes, 11 de mayo de 2007

Conversión a Cristo

Este ensayo esta dedicado a tratar el tema de la conversión cristiana. comenzamos hablando de su naturaleza y significado y después se plantea la pregunta ¿es la conversión un evento o un proceso?.

UN RELATO DE DOS EXPERIENCIAS

LA EXPERIENCIA DE CAMILO
Para 1980, Camilo tenía quince años, ya había abandonado la escuela, trabajaba de albañil, fumaba dos cajetillas de cigarros al día y era raro el fin de semana que no acababa borracho, tendido en la calle.
Allá por 1984, Camilo fue arrestado y procesado por haber asaltado una tienda; le dieron tres años de cárcel; tres años que solamente le enseñaron otras formas de romper la ley; en la cárcel probó la marihuana por primera vez, y le gustó.
Para 1989, Camilo no solo consumía sino que traficaba marihuana y cocaína.
En 1993, Camilo se casó pero su matrimonio no duró más del año y medio, no era de extrañarse, pues maltrataba a su esposa y le fue infiel varias ocasiones antes de que ella se cansara y lo abandonara.
Para 1995, Camilo era un delincuente, drogadicto, traficante y alcohólico; a pesar de todo, seguía visitando a su mamá; doña Chayito, que padecía de cáncer desde hacía cuatro años; llevaba dos años de haberse rendido a Jesucristo y asistir a una iglesia cerca de su casa.
El siete de Julio de 1996, Camilo acompañó a su mamá a una campaña evangelística, Camilo no sabía nada acerca de eso, fue porque su mamá lo invitó y asistió más por darle gusto a su mamá que por ganas de estar ahí, sabía que su mamá estaba muy grave y creyó que un poco de religión ayudaría a consolarla.
Camilo no recuerda muy bien todo lo que dijo esa noche el predicador, solo sabe que esa noche entendió que su vida era un asco, que no valía nada, pero que había alguien que lo dio todo por él, y esa noche, el siete de Julio de 1996 aquel delincuente, drogadicto, traficante y alcohólico rindió su vida a Cristo y cambió radicalmente; a partir de entonces ya no es más delincuente, ya no se droga ni trafica drogas y dejó el alcohol… esa es la experiencia de Camilo.


LA EXPERIENCIA DE JACOBO
En 1990, a los 8 años Jacobo asistió a la escuela bíblica de vacaciones, llevado por su abuelita, en una semana le explicaron muchas realidades: que era pecador, que Dios lo amaba, que Dios envió a Cristo a salvarlo del pecado y que debía creer en Cristo para ser salvo. El viernes de esa semana Jacobo hizo una oración y aceptó a Jesucristo como su Salvador personal. Las cosas no cambiaron mucho desde ese día, después de todo esa no era la primera escuela bíblica de vacaciones a la que asistía, ya llevaba cuatro años asistiendo a esa iglesia como los demás niños que conocía; hijos todos de padres Cristianos.
En 1995, mientras estudiaba en la escuela secundaria Jacobo fue a un campamento juvenil, fue una semana muy intensa; juegos durante todo el día, cultos durante la noche, esa semana hubo un conferencista invitado; el viernes de esa semana Jacobo acabó llorando mientras hacía una oración de entrega a Jesucristo y le pedía que entrara a su corazón. El campamento acabó y las cosas cambiaron… por un tiempo, pero luego Jacobo volvió a la rutina; de lunes a viernes estaba la escuela y de sábado a domingo estaba la iglesia: grupo juvenil, escuela dominical y cultos.
En 1998, estando en la preparatoria Jacobo asistió a un retiro espiritual que organizó su iglesia, fue solo un día, pero esta ocasión el pastor fue muy directo al hablar a los presentes; dijo que no importaban las buenas obras, o portarse bien, o ser hijo de cristianos, ni siquiera importaba si llevaba asistiendo a la iglesia por años; esos no eran méritos ante Dios, que lo que era necesario era arrepentirse de sus pecados para ser salvo. Jacobo hizo esa noche una oración de arrepentimiento y nuevamente se conmovió hasta las lágrimas y pidió a Cristo que tomara el control de su vida.
En el 2005, Casado, sin empleo, con un hijo de un año y otro por nacer, Jacobo seguía asistiendo a la misma iglesia, estaba muy confundido, sabía que no era muy bueno, su vida no tenía pecados “escandalosos” pero sabía que era aún un pecador, y que necesitaba a Cristo, que se había apartado del Señor, que había fingido por años ser cristiano, entendía que no podía controlar su vida; que Dios había sido muy paciente con él todos estos años y que dependía solamente de Jesucristo. Y Jacobo; solo, en su cuarto, luego de leer su Biblia quizá más por desesperación que por costumbre, oró al Señor, le pidió que entrara a su corazón y tomara el control, y que esta vez fuera el control absoluto… esa es la experiencia de Jacobo.


UNA COSA EN COMÚN
Camilo y Jacobo, dos historias tan distintas y tan parecidas a la vez.
No es que hayan sido exactamente iguales; Camilo es mayor que Jacobo, Camilo pasó toda su vida en perdición mientras que Jacobo creció conociendo la vida dentro de una familia cristiana. Sin embargo, Camilo y Jacobo terminaron en la misma condición: arrepentidos de sus pecados y confiando solamente en Jesucristo.
La experiencia de Camilo y Jacobo es lo que en la jerga cristiana llamamos Conversión.




__ ¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN?
Existen muchas maneras de explicar la conversión, los teólogos no concuerdan del todo en lo que respecta al tema de la conversión. Cuando hablamos de Conversión nos referimos al orden de las cosas que Dios hace para salvar al hombre pecador, es decir, al orden de aplicación de la obra redentora de Cristo en la vida de los elegidos.
Este orden lógico de elementos incluye no solo la conversión, sino otros más como:
- Llamamiento
- CONVERSIÓN
- Justificación
- Adopción
- Santificación
- Perseverancia
- Glorificación

No vamos a abundar en los otros aspectos de este orden de salvación, pero es necesario explicar un poco el asunto del llamamiento, pues es el que antecede a la conversión.


LLAMAMIENTO
Podemos decir que llamamiento es la obra por medio de la cual Dios Padre produce fe en el hombre pecador, fe que viene por el oír la palabra de Dios, el evangelio de Jesucristo y mediante la cual el Espíritu Santo opera una regeneración en el hombre.
Llamamiento es Dios atrayendo a sí al hombre pecador, es obra de la Trinidad; el Padre tiene primacía, pero hace todas las cosas por medio de su Hijo Jesucristo y Cristo a su vez nos llama por medio del Espíritu Santo.[1]

Es por eso que en el llamamiento se distinguen dos elementos; llamamiento eficaz y regeneración. Se atribuye el llamamiento a Dios Padre mientras que la regeneración se le atribuye al Espíritu Santo.



LA CONVERSIÓN
De estos dos elementos, llamamiento eficaz y regeneración sigue en un orden lógico la Conversión.
Podemos decir en pocas palabras que la conversión es la respuesta del hombre al llamamiento hecho por Dios.

Lo que Camilo y Jacobo experimentaron fue la Conversión, la respuesta consciente al llamado de Dios.
La conversión tiene su raíz en la regeneración, con la diferencia de que la regeneración es más subconsciente y se completa conscientemente en la vida del hombre al momento de la conversión.



La Biblia, en el Antiguo Testamento utiliza la palabra hebrea Shubh para referirse a la conversión; esta palabra significa volverse, acercarse y regresar. Los profetas se referían a ella cuando llamaban al pueblo de Israel a dejar a los ídolos y regresar al Señor, de quien se habían alejado por causa del pecado.

En el Nuevo Testamento, la palabra griega metanoia es la que comúnmente se usa para referirse a la conversión, las implicaciones de esta palabra son conocer, cambiar de propósito en base a ese conocimiento, despreciar la ruta que se seguía y cambiar de conducta para el futuro.



________ CONVERSIÓN SIGNIFICA FE Y ARREPENTIMIENTO
La conversión es el principio consciente de la nueva vida.
Se distinguen dos elementos dentro de la conversión, los cuales son Fe y Arrepentimiento



FE
Cuando nos referimos a la Fe no solamente significa “creer” en el sentido general de la palabra; sino que implica tener Conocimiento, tener Convicción como resultado de creer como cierto ese conocimiento y Confianza que es fruto de la convicción; es decir, que el conocimiento se torna en convicción y la convicción se torna en confianza[2].

Estas tres cosas: conocimiento, convicción y confianza deben ir de la mano para que engendren fe autentica; de lo contrario solo será fe en el sentido vago de creer algo, o saber algo, pero no confiar en ello.

La Fe consiste en confiar plenamente en Jesucristo, Hijo de Dios, Señor y Salvador de los pecadores. Consiste en entregarnos a Él, no solamente creer sino confiar en Él.



ARREPENTIMIENTO
Cuando hablamos de Arrepentimiento, nos referimos a un cambio de mente, de corazón y de voluntad; no es solamente pensar diferente, ni siquiera sentir diferente, sino pensar, sentir y sobre todo actuar diferente.
De acuerdo a esto, la conversión implica actividad intelectual, actividad emocional y actividad voluntaria.

Actividad intelectual à se experimenta un cambio de opinión y de pensamiento, se reconoce el pecado con una carga de culpa personal, se aprecia la corrupción y la incapacidad que el pecado contagia a la vida.
Actividad emocional àse experimenta tristeza por el pecado cometido en contra de Dios que es Santo y Justo.
Actividad voluntaria à ocurre un cambio de propósito, se abandona el pecado y se busca la pureza y el perdón.

Estos tres elementos o actividades deben presentarse juntas, de lo contrario se convierte solamente en temor del castigo, remordimiento o desesperación, pero no en tristeza por ofender a Dios ni en un cambio de vida. Por lo mismo, la más importante de estas actividades es la voluntaria, pues en los frutos de la persona se demuestra lo que hay en su corazón, nuestros hechos y actitudes nos delatan.
Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo. Isaías 1:16


La actividad intelectual no es suficiente; Jacobo sabía mucho acerca del plan de salvación, desde chico le enseñaron acerca de Dios y su carácter, pero no hubo conversión genuina hasta que su voluntad fue sometida al Señorío de Cristo, antes de eso solamente experimentaba temor del castigo divino o cierta tristeza por las consecuencias de su pecado.

La actividad emocional tampoco hace nada por sí sola; Camilo experimentó una clase de arrepentimiento cuando lo agarraron preso, también cuando cometía crímenes sentía cierto remordimiento, pero esto no era más que desesperación y temor por ver lo que su pecado había acarreado, por cierto que en ese entonces no lo reconocía ni siquiera como pecado.



_________________LA HEREJÍA DEL CRISTIANO CARNAL.
Hay por ahí algunos (pero cada día son más) que enseñan que alguien puede aceptar a Jesucristo como Salvador y que tarda cierto tiempo en aceptarlo como Señor. Esto es lo que enseñan como cristianismo carnal; un cristiano carnal es, según este pensamiento, alguien que ya sabe que es pecador, que ha conocido el evangelio y que ha recibido a Cristo como su Salvador personal, pero no ha rendido toda su vida a Cristo, de modo que vive aún en pecado.
No vamos a negar que una persona que se ha convertido pueda pecar, de hecho eso sucede siempre, pues la conversión es el primer impulso vivificante de la vida con Cristo, una vida que no es miel sobre hojuelas, sino una constante lucha entre nuestra naturaleza pecadora y el poder transformador de Cristo Jesús en nuestra vida.
Convertirse no es ser justo, sino comenzar a vivir en justicia.
No es ser sano, sino comenzar a ser sanado.
No es tanto ser, sino comenzar a llegar a Ser

Arrepentimiento y Fe son dos cosas que impulsan y sustentan la conversión autentica pero que deben continuar ejercitándose toda la vida en lo que se conoce como santificación.
Pero no por esto vamos a decir que alguien puede hoy “aceptar a Cristo como Salvador” y de aquí a un año o determinado tiempo “aceptarlo como Señor”, eso es simplemente imposible y va en contra de la enseñanza bíblica.

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
1ª Juan 3:4-6

Se es o no se es; hubo conversión o no la hubo, pero no existen medias conversiones. Enseñar tales cosas lo único que hace es dar la pauta para que alguien diga que ya es cristiano y excuse sus pecados con el pretexto de que ya se rindió a Cristo como Salvador pero aún no rinde su vida a Cristo como Señor.
Esta enseñanza lo único que produce es una vida de pereza espiritual, de tolerancia al pecado, rebajando la correcta enseñanza de la Biblia, abaratando el evangelio; “arrepiéntase hoy y deje de pecar en cómodas mensualidades”.
Es así como podemos tener en la Iglesia “homosexuales cristianos”, “adúlteros cristianos”, “chismosos cristianos”, “murmuradores cristianos”, “estafadores cristianos” y toda clase de vida pecadora con la etiqueta de “cristiano”.

Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 1ª Juan 3:7-10

Nuevamente decimos; no es que no se peque luego de que sucedió la conversión, pero ya no hay regocijo en el pecado sino un dolor profundo y una pena amarga por haber ofendido a Dios, no es que seamos inmaculados luego de la conversión, pero ya no nos gloriamos en el pecado.
Enseñar algo como la posibilidad de ser un “cristiano carnal” es rebajar la norma del Señor, algo que no debemos hacer, las normas deben mantenerse así de altas, no es rebajando la norma como se ha de vivir la vida cristiana sino de la mano del Señor, mirando hacia la meta que el Señor determinó para sus hijos.
Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14




_______________ EN POCAS PALABRAS:
La conversión demanda aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador.
La conversión consiste en arrepentirse y confiar en Jesucristo (tener fe); arrepentirse del camino y las obras del pecado y confiar solamente en Jesucristo para salvación, lo cual representa un cambio de 180° en la vida del hombre; de las tinieblas del pecado a la luz de Jesucristo.
Y en este arrepentimiento y fe se ven involucradas las tres actividades:
Saber, Sentir y Actuar (actividad intelectual, actividad emocional y actividad voluntaria)

Saber; Que estamos perdidos, condenados y en miseria por causa del pecado y que Jesús dio su vida para salvar a los pecadores

Sentir; Quebrantamiento de corazón por causa del pecado y la necesidad personal de Cristo al control de la vida entera

Actuar; Dejando el camino de muerte y pecado. Yendo a Cristo y Confiando solo en Él para salvación.

“os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero”

1ª Tesalonicenses 1:9

[1] Berkhof, Luis Teología Sistemática. - “El llamamiento en general” Pág. 545
[2] Murray, John. “El plan de Salvación” Cap. 9 – La Fe y el Arrepentimiento - pp. 105 - 114



____________ LA VERDADERA CONVERSIÓN
Tristemente, es cierto que no podemos saber exactamente qué conversiones son autenticas y cuales no lo son.
En la Biblia se relatan por ejemplo “conversiones” de carácter nacional en donde un líder piadoso exhortaba al pueblo al arrepentimiento, pero estas conversiones fueron superficiales en su mayoría; tenemos el ejemplo de Jonás y los ninivitas, y también las tantas veces que el pueblo de Israel se arrepentía solo para volver al pecado.
También en la Biblia aparecen “conversiones” de carácter temporal, Himeneo, Alejandro[1] y Demas[2] son nombres de personas que aparentemente experimentaron una conversión pero luego se apartaron del camino.
Pero la verdadera conversión implica por eso arrepentimiento y fe.
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos s 3:19



______CONVERSIÓN ES MUERTE Y VIDA
La conversión implica la muerte del viejo hombre y la vivificación del nuevo[3].
Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos.
Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar, y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad. Efesios 4:22-24

El arrepentimiento es la muerte del viejo hombre; sentir pesar por el pecado, arrepentirse, dejar de pecar y aborrecer el camino de maldad.

¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios, y desgárrense el corazón en vez de desgarrarse la ropa! Porque el Señor es tierno y compasivo, paciente y todo amor, dispuesto siempre a levantar el castigo. Joel 2:13

La fe es necesaria para la vivificación del nuevo hombre; alegrarse y confiar de todo corazón en Jesucristo, suficiente y único Salvador, desear vivir obedeciendo a la voluntad de Dios ejercitándonos en buenas obras.



_________________ DOS DEFINICIONES DE CONVERSIÓN
Aunque ya dijimos que la conversión es la respuesta del hombre al llamamiento que hace Dios, se pueden distinguir dos definiciones, o quizá dos fases en la conversión:

1 - Conversión Activa; se refiere al acto de Dios por el cual hace que el hombre pecador sea regenerado en su vida consciente para volverse a Dios en arrepentimiento y fe

2 – Conversión Pasiva; se refiere al acto consciente del pecador regenerado por medio del cual, mediante la gracia divina se vuelve a Dios en Fe y arrepentimiento.
Quizá la conversión activa sea más parecida al concepto de regeneración, pero el propósito de señalarlo así es que se entienda, que aunque la conversión es la respuesta del hombre, dios esta activo en cada paso que el hombre da hacia Él.
Dependemos siempre de la gracia de Dios, incluso para darle una respuesta y rendirnos al Señor Jesucristo, Él nos guía, pues dependemos de Él.

Dice el Señor:
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Juan 15:16

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9




Lo que hace que Camilo y Jacobo hayan experimentado la conversión es que ambos se arrepintieron genuinamente y confían en Jesucristo; cierto es que no cometieron los mismos pecados; pero ambos reconocieron que sus pecados, sean de la clase que sean eran una ofensa ante Dios y Su santidad.

Quizá alguien diría que es más fácil que Jacobo se convierta a que Camilo lo haga, porque Jacobo sabe más acerca de Dios y la iglesia, pero la verdad es que el hecho de haber nacido en una familia bajo principios cristianos no es ningún mérito ante Dios.

Otros podrían decir que es al contrario, que alguien que llevó una vida tan desordenada como Camilo tiene más necesidad de arrepentirse que alguien como Jacobo, pero nuevamente, la conversión no solo es necesaria para los multiasesinos ni para los delincuentes en potencia, sino para todos porque todos pecamos y el pecado nos aparta de la comunión con Dios

Ambos; el joven que pasa su vida en la sociedad de esfuerzo cristiano y el que anduvo con pandillas y delincuentes, deben arrepentirse de sus pecados, y ambos, deben confiar solamente en Cristo para su salvación.


_____________¿UN EVENTO O UN PROCESO?

He aquí un asunto delicado; sucede que tal parece que la conversión es a veces un proceso y a veces un evento.
En la vida de Camilo es claro ver el cambio después de su conversión, fue una experiencia crítica, antes era delincuente, vicioso y malviviente y de pronto dio un cambio radical, dejó de hacer lo malo, da muestras de autentico arrepentimiento y fe en Jesucristo. Camilo puede recordar claramente la fecha y el momento en que rindió su vida al Señor.
Sin embargo, en la vida de Jacobo sucedió algo distinto, él “aceptó” a Cristo unas cinco o seis veces, al menos así le pareció, y si le preguntan ¿Cuándo recibiste a Cristo como tu Salvador? La verdad es que ni él mismo puede decir una fecha exacta. Al parecer en la vida de Jacobo la conversión se dio más como un proceso que como un evento.

¿Pero entonces que sucedió? ¿Será que tanto Camilo como Jacobo experimentaron dos versiones diferentes de la misma naturaleza?,

¿Podríamos decir que hay personas que experimentan una conversión repentina mientras que otras experimentan una conversión gradual?
Aunque es tentador aceptar tal explicación, debemos tener cuidado y analizar un poco más nuestra respuesta; recordemos que hablamos de cosas que en sí son misterios para el hombre, solo tenemos atisbos de la verdad, pocos, pero suficientes para entender lo que Dios quiere que sepamos; que la conversión demanda arrepentimiento y fe.
Quizá esto ayude a entender mejor las cosas; hagamos un rápido paseo por el libro de Hechos y observemos algunas de las conversiones que este libro relata; el Pbro. Wilbur Madera hace el siguiente análisis acerca de este tema[4]:

El capítulo 2 se registra el discurso de Pedro del día de Pentecostés. Después de que Pedro presentó a Jesús crucificado y resucitado como Señor y Cristo conforme a las Escrituras, la gente respondió de una manera sorprendente: “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?” (v.37). Pedro, les respondió llamándolos al arrepentimiento del pecado y a la fe en Jesucristo.
El capitulo 8 nos habla de la experiencia de Felipe con el eunuco etiope.
La dramática conversión de Saulo de Tarso se registra en el capítulo 9.
En Hechos 10 se encuentra la conversión de Cornelio y toda su casa.
El capítulo 16 nos relata brevemente la conversión de Lidia
En el mismo capítulo también encontramos la historia del carcelero de Filipos.

La gente presente en Pentecostés, el etíope, Saulo, Cornelio y su familia, Lidia y el carcelero de Filipos. ¿Qué tienen en común estas conversiones? El pastor Wilbur señala:

Primero, en los casos del etiope, de Cornelio y Lidia vemos claramente una obra previa del Espíritu Santo. Se observa que la conversión no se dio de la nada, sino hubo todo un contexto antecedente en el que Espíritu Santo estaba obrando para que ellos pudieran responder al evangelio.
Segundo, el centro del mensaje consistía en presentar a Jesucristo en su muerte, resurrección y ascensión, haciendo un llamado al arrepentimiento y la fe en él como el Señor. Se trata de un cambio radical de dirección (arrepentimiento) para convertirse en discípulo de Jesucristo (fe).
Tercero, en todos los casos, vemos claramente una respuesta positiva sin presiones ni manipulaciones. El evangelio es presentado con claridad y fidelidad, y las personas responden de una forma totalmente voluntaria.
Ni siquiera el evangelista tiene que insistir para que crean en Jesucristo, sino son las personas mismas quienes responden, tomando la iniciativa con un sentido de urgencia. Qué contrastantes son estas escenas con las que vemos ocurrir en muchos llamamientos a “aceptar a Cristo” en las campañas evangelísticas, en donde a veces, se valen de técnicas de manipulación, presión o se juega con los sentimientos, con tal de que las personas pasen al frente y hagan la oración mencionada.


¿Que implicaciones tiene esto?
Entonces la conversión ¿ES UN EVENTO O UN PROCESO?
Hasta lo que hemos visto aquí tenemos que decir que la conversión es un evento, que no se ve siempre tan claro y que a veces parece darse como un proceso, pero mucho cuidado, estamos diciendo que parece un proceso, pero no que lo sea.

En personas que han tenido un contexto cristiano previo a su conversión tal pareciera que se dio como un proceso; poco a poco la persona comienza a acercarse paulatina y progresivamente al entendimiento del evangelio. Dios, a través de diversos medios, va conduciendo a la persona hacia un punto en el que ella se somete al Señorío de Jesucristo por medio de la fe.
Sin embargo, la conversión se hace evidente para los demás por los cambios observados en la vida del nuevo discípulo y para él mismo, porque recibe el testimonio interno del Espíritu Santo que le convence de su posición como hijo de Dios.

En personas que no han disfrutado el privilegio de una experiencia religiosa o en épocas de crisis se puede apreciar que la conversión parece ser más repentina, el cambio es más dramático; se puede incluso tener conciencia de la fecha en que la persona rindió su vida a Cristo en fe y arrepentimiento.


¿Como explicamos la diferencia entre la experiencia de Jacobo y la experiencia de Camilo?
Aunque sigue siendo un misterio, es evidente que en Camilo la conversión se puede apreciar más claramente porque fue dramática, un cambio radical.
En el caso de Jacobo, aunque parece un proceso, la verdad es que se dio la conversión al igual que como pasó con Camilo; como un evento.

¿Entonces Jacobo se convirtió cuatro, cinco o seis veces? Nada de eso; una de esas veces tuvo que haber sido la conversión verdadera; no sabemos si la primera fue verdadera y lo que sucedió después es que se apartó del camino del Señor y luego volvió arrepentido. O bien pudo haber sido que ninguna de las primeras experiencias fue una conversión autentica y que esto sucedió hasta la última vez.
O quien sabe, quizá fue una de esas ocasiones intermedias la que fue conversión autentica y las primeras no lo fueron y las últimas fueron experiencias de arrepentimiento dentro de la vida cristiana.
La verdad es que no sabemos; pero debe haber un momento en que el arrepentimiento y la fe fueron genuinos.






___________ CUATRO TIPOS DE PERSONA.
Hablar sobre la conversión es un asunto difícil, pues esta entrelazada con otros aspectos del plan de salvación; no hemos hablado aquí más que de la conversión y nos faltó hablar de la justificación, la adopción, la santificación, la seguridad de la salvación etc.
Pero podemos decir que hablando de salvación, distinguimos cuatro tipos de personas[5]:

1. Persona salva que sabe que es salva: Camilo puede decir que es una de estas.

2. Persona salva que no sabe que es salva: Quizá Jacobo fue una de estas por un tiempo.

3. Persona no salva que sabe que no es salva: Tanto Camilo como Jacobo pudieron haber experimentado esto.

4. Persona no salva que “sabe” que es salva: Jacobo pudo haber llevado esta vida por algún tiempo.






_______________ ¿CUÁNDO SUCEDE LA CONVERSIÓN?
Hay personas que pueden dar una respuesta exacta, hay otras personas que no pueden hacerlo. Lo importante es que la conversión es necesaria para la salvación del hombre; arrepentirse del pecado y tener fe en Jesucristo son los elementos de esta conversión.
La persona que se convierte no solamente Sabe su condición de pecador y lo que hizo Cristo por él, sino que también Siente quebrantamiento de corazón y necesidad de Cristo; pero por encima de todo demuestra con sus hechos que ha dejado el camino de pecado y se ha vuelto a Cristo y una vida guiada por sus mandatos y enseñanzas.
En todo caso; los resultados de la conversión son evidentes en la vida de una persona; veamos la comparación entre los resultados de una verdadera conversión y una que no lo es[6]:


Resultados de una verdadera conversión
- Engendra humildad genuina.
- Engendra dependencia absoluta del Señor.
- Conduce a vivir una vida en Santidad.
- Conduce a un auto examen con sinceridad.
- Conduce a desear una comunión cada vez más íntima con Dios.



Resultados de una falsa conversión
- Engendra orgullo espiritual.
- Engendra autosuficiencia y egocentrismo.
- Conduce a una vida indolente e indulgente al pecado.
- Evita una evaluación exacta y particular.
- Conduce a la frialdad en cuanto a tener comunión con Dios


Por sus frutos los conoceréis.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.
Mateo 7:16-20






[1] 1ª Timoteo 1:19-20
[2] 2ª Timoteo 4:10
[3] Catecismo de Heidelberg – Preguntas 88-90
88. ¿De cuantas partes se compone el verdadero arrepentimiento y conversión al Señor?
De dos: la muerte del viejo hombre, y la vivificación del nuevo (a).
a. Rom.6:1, 4-6; Efes. 4:22-24, Col. 3:5,6, 8-10; 1 Cor.5:7; 2 Cor.7:10.
89. ¿En qué consiste la muerte del hombre viejo ?
En que sintamos pesar, de todo corazón, de haber ofendido a Dios con nuestros pecados, aborreciéndolos y evitándolos (a). a. Rom.8:13; Joel 2:13; Oseas 6:1.
90. ¿Qué es la vivificación del nuevo hombre?
Es alegrarse de todo corazón en Dios por Cristo (a), y desear vivir conforme a la voluntad de Dios, así como ejercitarse en toda buena obra (b). a. Rom. 5:1, Rom. 14:17; Isaías 57:15.- b. Rom. 6:10; Gál 2:20.

[4] Madera R, Wilbur. “Evangelismo Reformado: Observaciones de las conversiones del libro de Hechos” STP San Pablo
[5] Sproul, R.C. Escogido por Dios – Cap. 8 ¿Podemos saber si somos salvos? Pag. 109 - 127
[6] Sproul, R.C. íbid