martes, 4 de agosto de 2009

Enojo - Parte 1 - Un Jaguar no es una mascota

Un Jaguar no es una mascota

Ya son muchas las personas que toman fieras salvajes como mascotas.
Por alguna razón sentimos fascinación por los felinos; no ha faltado quien compra un león bebito o un tigre bebé o un jaguar recién nacido; creyendo que si la educa desde pequeñito, la fiera aprenderá y será tranquila.

Pero las fieras no se pueden domar; no fueron creadas para coexistir con el hombre en la misma casa.
Muchos se dan cuenta ya muy tarde.
Aquella fiera que alimentaron poco a poco acabó matándolos.
Así sucede con las fieras; así sucede con el enojo.


El enojo NO es una actitud a la que debamos dar cabida en el corazón.
El corazón salvaje se deja dominar por el enojo.
Pero en el poder de Jesús, podemos echar fuera de nuestro corazón al enojo.

El enojo sólo acarrea problemas.
No es para que viva con nosotros, es salvaje; y mientras más lo alimentamos; en mayor peligro nos encontramos nosotros y los que nos rodean.

La semana pasada hablamos del orgullo y mencionamos que fue una de las primeras raíces de pecado en brotar.
Satanás se llenó de orgullo.

Hoy hablaremos de otro aspecto del corazón salvaje al que podemos representar con la figura de un jaguar.

Hoy veremos que el enojo, otro pecado radical; también fue uno de los primeros en manifestarse en el corazón del hombre pecador.
El enojo condujo al primer asesinato.

Génesis 4:3-8
3Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.
Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?
7Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
8Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.



EL ENOJO SÓLO ACARREA PROBLEMAS
Desechémoslo en el poder de Jesús

Éste pasaje nos muestra 5 características del enojo:

1. El enojo comienza con una chispa
v.5 “Y se ensañó Caín en gran manera”

La idea original es que “Caín comenzó a encender el fuego”

La idea es algo que comienza con poquito, pero va creciendo más y más.
¿No es así como inicia el enojo?

Con poquito:
· Un desacuerdo
· Un contratiempo
· Un descuido de alguien
· Un detalle en la comida
· Unas palabras…


Pero una vez que le damos cabida al enojo, es como haber encendido la olla de los frijoles:
Se calienta y se calienta hasta que hervimos…

· El desacuerdo acaba en pelea.
· El contratiempo termina en insultos.
· El descuido acaba en amenazas.
· El detalle termina en la ley del hielo.
· Las palabras acaban en golpes…


Proverbios 26:21
El carbón para brasas, y la leña para el fuego;
Y el hombre rencilloso para encender contienda.


Para tener brasas necesitas carbón.
Para tener fuego necesitas leña.
Para tener un pleito basta una persona peleonera.

Salmo 37:8 Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.


La ira y el enojo son la chispa que enciende otras actitudes y reacciones que sólo acarrean problemas.

Si trabajaras en una fábrica de cuetes
¿Jugarías con un encendedor?
Imagina que todo el día lo vives en una fábrica de cuetes.
No enciendas la más pequeña chispa.
Toma precauciones; porque una pequeña chispa de enojo trae graves consecuencias.

Eclesiastés 7:9
No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.

La muerte de Abel a manos de Caín comenzó con una chispa de enojo.
Muchos problemas, discusiones y conflictos en casa o en el trabajo comienzan con una pequeña chispa de enojo.

Cuando un jaguar es bebé, se ve bonito, tierno y amistoso…
Pero así es de pequeño; conforme crece se hace salvaje y cosecharemos las consecuencias.

Así es el enojo; pequeñito parece inofensivo… pero nos meterá en grandes problemas.
No le eches leña al fuego.


2. El enojo se nota.
v.6 “¿Por qué ha decaído tu semblante?”

¿Has notado que siempre que estamos enojados tratamos de hacerlo notar por nuestra actitud, pero en cuanto nos preguntan si estamos enojados LO NEGAMOS?
Es así como “cobramos venganza” – Te voy a hacer sentir culpa, te voy a dejar de hablar, te voy a evadir… pero no voy a aceptar que estoy enojado.

Lo irónico es que por más que NEGAMOS el enojo, se nota.

· El muchacho se encierra en su cuarto pero ¿Esta enojado? NO
· La esposa responde ásperamente pero ¿Está enojada? NO
· El esposo le sube a la TV y se porta indiferente pero ¿Está enojado? Dice que NO

Así como en Caín se notaba que había enojo.
Así también en nosotros: SE NOTA.
El hecho de que se note nos dice que debemos hacer caso de los “síntomas”

Supongamos que me enfermo de Dengue
¿Cómo se que tengo dengue?
Los síntomas no mienten: Fiebre alta, fuerte dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, músculos y en los ojos…
Si experimentara éstos síntomas y dijera: NO PASA NADA, sería negligente de mi parte.

ASÍ también ocurre con el enojo; viene acompañado de síntomas que deben atenderse:
· Palabras ásperas.
· Respuestas evasivas
· Rostro serio.
· Ceño fruncido.

Efesios 4:31
31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.


Cuando hay amargura, enojo, ira, gritería o maldiciones; un problema se está cocinando…

DIOS lo NOTA
Mateo 5:21-22
21Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.


No sólo NO MATARÁS
· Si te enojas hay juicio
· Si lo insultas hay condena
· Si los maldices hay castigo.
Jesús no sólo ataca el homicidio, sino la raíz más común del homicidio.

Dios nota cuando estamos enojados

Mateo 5:23-24
23Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.


No podemos dirigirnos con amor a Dios mientras en nuestro corazón hay enojo hacia nuestro hermano.
Acepta cuando estás enojado
Reconócelo ante Dios y reconócelo ante los demás.
Podemos aceptar con honestidad en oración a Dios: Padre estoy enojado; ayúdame.
Podemos hablar con la pareja, los hijos, los padres o los amigos: Oye, la verdad es que me enojé contigo.

Y lo que necesitamos hacer es olvidar: pedir perdón, otorgar el perdón, dejarlo en el pasado y aprender la lección.


3. El enojo es una trampa.
v.7 “el pecado está a la puerta”

Parece que al enojarnos estamos actuando para cobrarnos lo que nos hicieron.
Pero en realidad acabamos cayendo en nuestra propia trampa.

Efesios 4:26-27
26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo.

“Ni deis lugar al diablo” muchas veces pensamos que le damos lugar al diablo con la hechicería, con la magia, con los videojuegos llenos de ocultismo… cosas que parecen muy graves y que decimos que nunca haríamos.
Pero, aunque no participemos de eso, le damos lugar al diablo con algo tan común como el enojo.

Darle cabida al enojo es como jugar a ser el COYOTE en busca del CORRECAMINOS.
Por más buenas que sean sus trampas, por más hoyos que ponga, por más explosivos que use…
Nunca logra su cometido; siempre acaba cayendo en su propia trampa… PERO NO APRENDE.

¿Cuándo el enojo le ha puesto solución a una discusión?

Acabamos lamentándonos; arrepentidos y avergonzados… Pero no aprendemos.

Tener un jaguar en casa pone en peligro de muerte a sus habitantes.
Tener enojo en el corazón nos convierte en bombas de tiempo vivientes…

“El que se enoja pierde”
Necesitamos desechar el enojo como una opción de proceder.

Necesitamos revestirnos del poder y el carácter de Jesús



4. El enojo mata.
v.8 “Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató”

El enojo es la chispa que acaba por incendiarlo todo.
Es la raíz de la imprudencia.
Es la raíz de la venganza.
Es la raíz del asesinato.


Darle cabida al enojo en nuestro corazón es jugar con fuego.

Proverbios 14:17a
El que fácilmente se enoja hará locuras;


Hubo una señora que estaba harto de ver como un ratoncito se había colado en la cocina de su casa. Se comía el pan, rompía las bolsas de alimento, hacía destrozos…
Estaba tan harta del ratoncito que roció con gasolina el piso de la cocina… pensando en lo efectivo que sería para acabar con el pequeño problema.
Le prendió fuego al piso… el fuego alcanzó al mantel, el mantel alcanzó a la mesa, la mesa a las sillas, la silla a la basura, la basura a la alacena… todo por un ratoncito…

¿Cuantas locuras no hacemos cuando estamos hinchados de enojo?

Proverbios 19:19
El de grande ira llevará la pena;
Y si usa de violencias, añadirá nuevos males.


Puesto que el enojo es tan peligroso; no debemos darle cabida en nuestro corazón.
El jaguar no es una mascota; es un animal salvaje.
No lo podemos domar, debemos echarlo fuera…



5. PERO: El enojo se puede vencer.

Nos enojamos porque decidimos hacerlo: pero nuestra tendencia es culpar a otros.

· Le echamos la culpa al vecino.
“Tú me hiciste enojar” “Sólo me provocas”

· Le echamos la culpa a las circunstancias.
“Compréndeme, es que hoy no fue mi día”
“Es que tiene diabetes” “Es que está enfermo”
“Es que son los días difíciles del mes…”

· Le echamos la culpa al “carácter”
“Yo así soy de carácter”
“Dios me dio este carácter”

· Le echamos la culpa a Satanás…
“El chamuco se me metió”

Pero el culpable es el que vemos al espejo.
Volvamos a Génesis 4 v.7 “con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”

“El enojo quiere dominarte pero tú puedes dominarlo a él”
En el poder de Dios tenemos la oportunidad de echar fuera al enojo.


Santiago 1:19-20
19Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
20porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

(El que vive enojado no puede vivir como Dios manda)

Si Jesús vive en nuestro corazón, es posible no sólo resistir al enojo sino vencerlo.
· Hay que escuchar más que hablar.
· Hay que hablar con cuidado.
· Hay que hacer todo lo posible por evitar el enojo; Desde el “cuente hasta 10 y respire profundamente” hasta ponerse cinta adhesiva en la boca...
· Se vale salir al patio a respirar.
· Se vale dejar pasar un tiempo para hablar con almohada
· Se vale encerrarse a orar pidiendo dominio propio y paciencia.

PERO ES JESÚS QUIEN VA A VENCER AL ENOJO.
SIN JESÚS NO PODEMOS.

· Podemos disimular el enojo.
· Podemos intentar resistir al enojo.
· Podemos aguantar sin mostrar nuestro enojo.
· Podemos “guardar” el enojo
Pero sólo JESÚS puede destruir el enojo.


El enojo es como una bomba de tiempo dejada por un terrorista en nuestra casa.
No somos parte del escuadrón antibombas.
Yo sé cómo arreglar la plancha descompuesta.
Sé como programar la TV.
Pero no sé como desactivar una bomba…
Hay que llamar al experto: Jesús.

Cuando veas el enojo germinar:
Aléjate. Toma tus precauciones…
Pero llama al experto; sin él nada que hagamos será productivo.


Si Jesús en la cruz mató las obras del pecado, el enojo no está fuera de su alcance.
La cruz de Jesús tiene poder para vencer el enojo.

EN CONCLUSIÓN.
Por su peligrosidad; el enojo NO debe morar en casa.
En nombre de Jesús apaguemos cualquier chispa de enojo.
Si alguien se enoja, reconózcalo y pida ayuda a Dios.

Y supliquemos por una familia sin enojo.
Comencemos por pedirle a Jesús un corazón que no sea salvaje; un corazón donde en vez de haber enojo haya paciencia, perdón y alegría.

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