jueves, 24 de marzo de 2011

El Espejismo - Manos a la obra


Hoy necesitamos diligencia

Hoy, domingo 16 de enero; al llegar a la medianoche de hoy habrán pasado 384 horas del año… 23040 minutos…

¿En qué se te han ido? ¿Los has utilizado bien?

La semana pasada comenzamos ésta pequeña serie que se resumiría en un solo consejo: No permitas que el mañana sea un espejismo que te mantenga apartado de lo que realmente importa éste 2011

Dios quiere que el mañana deje de ser la excusa de sus hijos para darle cabida a la pereza, a la negligencia o a la desobediencia.

Es que tristemente, el mañana es un espejismo en muchos aspectos de nuestra vida. Guardo hasta hoy un paquete de pinturas al óleo que alguna vez compré con la idea; “Algún día me pondré a pintar”

Quizá te ha pasado algo similar; tengo una tía que compró una enciclopedia completa de alta cocina pensando “Algún día seré una gran cocinera”… conozco gente que compró un gimnasio con la idea de cuidar su salud… mañana; y el gimnasio acabó de perchero.

Como sea; no es lo más grave que pueda pasar; quizá nunca sea pintor; quizá mi tía tendrá que heredarle a alguien más su enciclopedia de cocina; y quizá ese centro de ejercicio siga estorbando en casa… sin embargo hay asuntos realmente serios y trascendentales que NO pueden seguirse dejando para mañana.

Y hoy hablaremos de una actitud que los hijos de Dios están llamados a ejercitar; y es la diligencia.

¿Qué es diligencia?

Podríamos decirlo de la siguiente manera;

Diligencia es PONER MANOS A LA OBRA.

Proverbios 10:4

La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.

Deuteronomio 4:9

9Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

Josué 24:11

11Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios.

Efesios 5:15-16

15Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

2 Pedro 3:14

14Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.

Diligencia es poner manos a la obra

¿Cómo hay que poner manos a la obra?

4 Características de la diligencia.

1. Poner manos a la obra YA

No mañana; no el próximo año.

La diligencia es poner manos a la obra YA.

Es decir NO MÁS al espejismo del mañana y poner manos a la obra YA.

Lucas 9:23

23Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

¿Notaste la frase “Cada día”?

Eso no deja mucho espacio para el espejismo del mañana.

¿Habrá en tu vida algún asunto que estás dejando para después que Dios te llama a atender YA?

Platicaba con una persona; más bien la exhortaba ¿“Oye tu ya te apartaste de Dios”? No como crees, siempre lo tengo presente; si en semana santa fui al templo…

Y ese es sólo un ejemplo; ¿Qué hay del estudio diligente de la Biblia? ¿Qué hay del servicio diligente en la Iglesia? ¿Qué hay del servicio a tus hermanos? ¿Qué hay del testificar a tus vecinos? ¿Qué hay del perdonar o pedir el perdón?... Si sabes que Dios te llama a ser diligente en alguna área de tu relación con Cristo, debes entender que diligencia es poner manos a la obra YA.

2. Poner manos a la obra bien

Por un clavo se perdió una herradura, por una herradura se perdió un caballo, por un caballo se perdió una carta, por una carta se perdió una orden, por una orden se perdió una guerra, por una guerra se perdió un reino.

La diligencia es básica para la vida:

Un trabajador que no es diligente no es buen trabajador.

Un estudiante que no es diligente no es estudiante de verdad.

Una esposa que no es diligente no es buena esposa; Así también un esposo falto de diligencia es mal esposo

Y un cristiano que no es diligente quizá no sea cristiano.

Debemos recordar que Jesús en sus enseñanzas hizo un contraste entre la diligencia y la mediocridad… alabó al siervo diligente que invirtió lo que el patrón le había dado y condenó al siervo negligente que enterró su talento

(Mateo 25:14-30)… Fíjate que al siervo negligente al final se le llama INUTIL.

Cuando no aplicamos diligencia todo esfuerzo hecho a medias; o al “ahí se va” es inútil.

Debemos recordar que en la parábola de las diez vírgenes se exaltó el carácter de las prudentes; pero se condena el carácter de las insensatas.

(Mateo 25:1-13)

Cuando no aplicamos diligencia; estamos actuando de manera insensata.

¿Habrá aspectos en tu relación con Cristo que tratas de cumplir y llevar a cabo pero lo haces a medias; o al “ahí se va”?

Dios nos llama a ser diligentes; y eso implica poner manos a la obra BIEN.

Debes recordar que Colosenses 3:17 nos desafía a hacer todas las cosas BIEN porque son para el Señor.

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

3. Poner manos a la obra
En lo que vale la pena

Eclesiastés 2:1-11

1Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. 2A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? 3Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. 4Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; 5me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. 6Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. 7Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. 8Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.

9Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.

10No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. 11Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

Hay quienes son diligentes, muy diligentes pero su problema es que son diligentes en lo que no aprovecha.

Diligentes en ganar y ganar, en estudiar y estudiar, en darse una buena vida, en cultivar amistades…

Pero lo más importante, las preguntas más importantes las dejan sin respuesta.

¿Cuál es el fin de todo lo que haces?

¿Cuál es el provecho?

Eclesiastés 1:3

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?

Eclesiastés 3:9

¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

¿Habrá en tu vida aspectos en los cuales estás invirtiendo tus esfuerzos, tu tiempo y tu dedicación y que al final no valdrá la pena?

¿Estarás desperdiciando diligencia en algo que no lo merece? Debes recordar que Diligencia es poner manos a la obra EN LO QUE VALE LA PENA.

4. Poner manos a la obra
En LA VOLUNTAD DE DIOS

Hay quienes son diligentes en hacer lo malo:

Proverbios 6:16-19

16Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:

17Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, 18El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, 19El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.

Pero la diligencia de un cristiano debe ser similar a la de Samuel, a quien Dios habló y Samuel contestó “Heme aquí, habla que tu siervo oye”,

Nuestra diligencia debe ser similar a la de Zaqueo, a quien Jesús le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.

A fin de cuentas nuestra diligencia debe ser en el Señor Jesús, semejante a él en su mansedumbre:

Mateo 11:29

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón

Si Jesús, el hijo de Dios se sometió diligentemente al Padre ¿Cómo no habríamos nosotros también de imitarlo y de ser diligentes como él?

Concluyendo:

2 Pedro 1:5-11

5vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Como hemos dicho, el espejismo del mañana nos va a tentar todo el 2011 y nos va a incitar a ser perezosos, a ser negligentes y a desobedecer, pero en nombre de Jesús podemos sacudirnos la apatía y pedirle que obre en nosotros el querer y el hacer su voluntad; y fortalecidos en diligencia podemos servir al Señor con alegría y sencillez de corazón en todo lo que hacemos no para agradar al hombre sino para la gloria de Dios.

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