martes, 6 de enero de 2009

Creación, Caída, Redención y el Espíritu Santo

Creación, Caída, Redención y el Espíritu Santo

John Piper Febrero 12/1984
Tradujo: Samuel Hernàndez Clemente

Juan 3:1-10
1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

Jeremías 13:23
¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?

La terrible demanda de Dios por lo humanamente imposible

¿Puede entrar al cielo una persona que está enamorada de su dinero?
Mateo 19:24
Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

¿Puede el hombre natural desear y anhelar las cosas del Espíritu de Dios?
1ª Corintios 2:14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Puede el ser humano, tal como es; volverse al Señor, crecer y agradar a Dios.
Romanos 8:7-8
7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

¿Puede una persona entrar por segunda vez en el vientre de mamá y nacer de nuevo, aunque ya sea viejo? Imagina la sorpresa de Nicodemo cuando la respuesta de Jesús fue:
“Debes nacer de nuevo” Juan 3:7

Es imposible para un humano por sí mismo nacer de nuevo. No podemos cambiar el color de nuestra piel, un leopardo no puede quitarse sus manchas, un camello no puede pasar por el ojo de una aguja. El hombre natural no puede percibir los asuntos espirituales. La naturaleza caída humana no puede agradar a Dios. Y un adulto no puede volver a nacer.

Podemos escoger la respuesta rápida y decir: “Dios puede hacerlo”
Dios puede cambiar el color de nuestra piel, puede quitarle al leopardo sus manchas, Dios puede hacer que un camello pase por el ojo de una aguja. Dios puede transformar al hombre natural en espiritual y hacer que ame a Dios; y Dios puede hacer que un adulto vuelva a nacer.
Sí es cierto; pero quizá es una respuesta muy rápida.

Job y sus amigos pasaron 7 días con polvo sobre sus cabezas y ropa áspera (Job 2) pasmados ante las preguntas difíciles de contestar.

Nosotros debemos pasmarnos y asombrarnos ante la declaración de Jesús:
Nadie entrará en el reino de Dios a menos que nazca de nuevo. No basta con nacer una vez, se necesitan 2 veces.
Se necesita un poder más allá de nosotros.
Tal como un barco de vela no va a avanzar si nos ponemos a soplarle a la vela, se necesita un poder más fuerte y supremo.
La respuesta de Jesús es terrible, nos dejaría a cualquiera con un signo de interrogación dibujado en la frente.

Es como si Nicodemo hubiera estado atrapado en un cuarto de 20 metros de altura, y las manijas de la puerta se encontraran a 10 metros del piso y Jesús le dijera: “Vamos Nicodemo, todo lo que tienes que hacer si quieres entrar al Reino de Dios es salir del cuarto”

La sorprendente declaración de Jesús a Nicodemo.
Extraña la actitud de Nicodemo, pero más extraña la respuesta de Jesús.
El contexto aquí es importante.

Juan 2:23
Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.

Luego, en Juan 3:2 vemos que Nicodemo viene a Jesús diciendo:
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

En otras palabras, Nicodemo está dentro de los “muchos que estaban lo suficientemente impresionados con las señales de Jesús como para creer en él” Esto es bastante alentador.

Pero Juan 2:24-25 nos dice el porqué la respuesta de Jesús a Nicodemo no fue tan alentadora.
Juan 2:24-25 DHH
24Pero Jesús no confiaba en ellos [los “creyentes”], porque los conocía a todos. 25No necesitaba que nadie le dijera nada acerca de la gente, pues él mismo conocía el corazón del hombre.

¿Qué significa esto? ¿Qué sabía Jesús acerca de éstos pseudo “creyentes”? ¿Qué vio en ellos que lo hizo darse vuelta y no mostrarse plenamente a ellos?

La respuesta viene en los siguientes versículos; al contársenos que uno de estos “creyentes” vino a Jesús de noche; Nicodemo. ¿Qué sabía Jesús de Nicodemo y su manera de ser; que había creído en Jesús sólo como hacedor de maravillas?
Jesús sabía que no habían nacido de nuevo.
Así que la razón por la que Jesús paró en seco el discurso de Nicodemo y le da la respuesta a una pregunta que no hizo es lo que dice Juan 2:25
“él mismo conocía el corazón del hombre.”

Lo que vemos en Juan 3:3-10 es la condición del hombre desde la perspectiva de Jesús. Lo que Jesús ve que hay en el corazón del hombre y el remedio para esa condición.
Las palabras de Jesús no fueron halagadoras al oído pero son profundamente vitales.

Hablemos un poco acerca de estos 2 asuntos:
La condición del hombre y El remedio de Dios; Ambos desde la perspectiva de Jesús.

Juan 3:6 es la declaración principal acerca de la condición del hombre:
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es

Podemos explicarlo así: cuando eres concebido y naces de padres humanos, participas de la naturaleza humana; y cuando eres concebido y naces del Espíritu Santo, participas de la naturaleza divina.
Tu primer nacimiento te conduce a la vida humana, tu segundo nacimiento te conduce a vida espiritual.
Tu primer nacimiento une tu corazón de manera afectiva a nuestros padres terrenales; nuestro segundo nacimiento une nuestro corazón afectivamente hacia el Padre Celestial.
Nuestro primer nacimiento abre nuestro apetito hacia la leche tibia; hacia la buena reputación y hacia el sexo ardiente.
Nuestro segundo nacimiento despierta el apetito por Dios, su presencia y santidad.
Nuestro primer nacimiento nos otorga un impulso natural por salvar nuestras vidas; pero el segundo nacimiento nos brinda un impulso sobrenatural de perder nuestra vida por causa de Jesús.

4 Cosas que Jesús cree acerca de los no-regenerados.

Consideremos un poco más la perspectiva de Jesús acerca de las personas que no han nacido de nuevo (los no-regenerados), gente que no ha nacido del Espíritu Santo sino solamente de sus padres.
Hay 4 aspectos:

1) Son carne
En primer lugar, son carne.
Juan 3:6
Lo que es nacido de la carne, carne es…

Esto quiere decir que una persona es por naturaleza solamente humana y carece en lo interior del E.S.

Judas 19: (DHH)
Esos son los que causan divisiones; siguen sus deseos naturales y no tienen el Espíritu de Dios.

“Carne” en Juan 3:6 se refiere a la naturaleza humana sin contacto ni comunión con Dios.

En Romanos 7:18, Pablo describe la condición moral de ésta naturaleza humana (carnal)
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

La carne, en la naturaleza humana nos separa del E.S. Cuando la naturaleza humana, con sus impulsos, deseos, anhelos, necesidades y esperanzas está separada de Dios que es total satisfacción, el resultado es que en nosotros “no mora el bien”:
El resultado es corrupción moral, depravación total.

Gálatas 5:19-21
19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Jesús tiene un asombroso punto de vista muy bajo acerca de la naturaleza humana carente del nuevo nacimiento, él habla en términos generales; los corta a todos con la misma tijera; “lo que nace de la carne, es carne”.
Toda la gente que no está unida a Dios por el nuevo nacimiento puede decir: “en mí no mora el bien”

El flujo de su corazón es como un canal de aguas negras que desemboca en la playa…

Mateo 15:18-19
18Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

Al no haber nacido del E.S., la naturaleza humana está, no importa por dónde la veamos; corrompida TOTALMENTE, depravada desde la raíz; no hay nada bueno, ningún bien moral en la naturaleza humana.

Es posible que el hombre tenga la capacidad de componer sinfonías hermosas o navegar en el espacio estelar; pero estas habilidades carecen de valor moral ante Dios.
A menos que el hombre confíe humildemente en el poder de Dios, el resultado de su mente es siempre un ídolo:
Romanos 14:23
23Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

Al creer lo que Jesús cree sobre la naturaleza humana carnal, debemos asombrarnos y asustarnos de que lo único que Tamaulipas es, es un gran depósito de basura moral y corrupción total, y que lo único que puede llegar al cielo es el hedor de la naturaleza carnal que no hace más que deleitarse en el pecado.

Es la supremacía de Dios, en su “gracia común”, que mantiene tapado el volcán del mal que hay en cada ser humano que no ha nacido de nuevo.

Así que la primera cosa que Jesús dice acerca de la naturaleza humana sin Nuevo Nacimiento es que toda la gente es simplemente CARNE, carente del Espíritu y TOTALMENTE depravada.


2) Están muertos
Lo segundo que dice Jesús es que todos los humanos están muertos.
Nuestro primer nacimiento imparte vida a nuestra carne: respiramos, deseamos, pensamos.
Pero cuando Jesús añade:
Juan 3:6
“…lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”

Lo que esta diciendo es que hasta que no nacemos del Espíritu, estamos espiritualmente muertos.
El nacimiento nos brida vida; antes del Nuevo Nacimiento, carecemos de vida espiritual.

La Biblia nos enseña que las cosas no siempre fueron así.
Cuando Dios creó al hombre, no creó solamente “carne” y no creó un muerto caminante.

Génesis 2:7
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

Luego Dios puso al hombre en el huerto con todas las cosas buenas que Dios había creado para disfrutar; y le advirtió que rebelarse en autosuficiencia causaría su muerte:

Génesis 2:16-17
16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Pero el hombre desobedeció, de manera que la muerte y rebelión en contra de Dios han sido nuestra herencia hasta hoy.
Romanos 5:12
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Antes de la caída, el hombre disfrutó la presencia y comunión con el Espíritu de Dios, dándole vida espiritual y unión con Dios el Padre; pero después de la caída y rebelión, el Espíritu se apartó del hombre, dejándolo muerto espiritualmente, separado de Dios, con un corazón de piedra.
A pesar de esto, la mano de Dios desde entonces ha provisto la redención de una nueva humanidad.
Y en Juan 3 Jesús nos enseña que Dios está reuniendo una nueva humanidad al resucitar personas de la muerte espiritual.
El Reino de Dios es el gobierno del Señor sobre el NUEVO pueblo de Dios, que han nacido del E.S. a nueva vida.

Juan 3:3
“…el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”


3) No son admitidos en el Reino.
Esto es lo tercero que Jesús menciona acerca de los no-regenerados:
Ya que son sólo carne, carentes del Espíritu, y ya que están muertos en sus pecados, necios y rebeldes ante Dios; entonces, ellos NO ENTRARÁN al REINO.
Esto significa que no heredarán la vida eterna de Juan 3:16 Y que la Ira de Dios caerá sobre ellos

Juan 3:36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Efesios 2:3
Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Éstas debieron ser terribles noticias para Nicodemo.
Imagina la escena; Nicodemo ha visto a Jesús en Jerusalén, ha visto a un hombre de incomparable poder obrando milagros y a la vez ha visto a un hombre de incomparable amor ayudando al necesitado. Está cautivado por éste hombre, Jesús y lo busca por la noche para decirle:
“Maestro, estoy convencido de que tú has venido de Dios” pero antes de que Nicodemo pueda decir algo más, Jesús le dice tajantemente:
“Nicodemo, alguien que no ha nacido de nuevo irá al infierno”


4) Su religión es vana
El hecho de que Jesús haya dicho todo esto a Nicodemo “El FARISEO” revela la cuarta cosa que Jesús piensa de los no-regenerados.
Hay un mundo de diferencia entre la religión y la nueva vida en el E.S.
Puedes ver a Jesús poniendo el dedo en la llaga en Juan 3:10
¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

Sí, es posible ser secretario, tesorero, diácono, maestro de escuela dominical, estudiante del seminario, anciano o pastor y aún así no haber nacido de nuevo.
La multitud de creyentes de Jerusalén creyó en Jesús como hacedor de milagros, pero Jesús no los tomó en serio porque sabía que detrás de la máscara de religiosidad se escondían los no-regenerados, no había nuevo nacimiento, no había vida espiritual. Ellos no habían nacido del Espíritu Santo; solamente eran CARNE, y toda su religión era obra de la carne.

Resumiendo, Jesús mira a la humanidad caída y conoce el corazón tal como es, y sabe que los no-regenerados:

1) Son solamente carnales, en quienes no mora el bien.
2) Están muertos en sus pecados, carentes de vida espiritual; opuestos a Dios y su voluntad.
3) No son admitidos en el Reino de Dios ni en la vida eterna.
4) Se engañan a sí mismos al creer que la religiosidad y el trabajo en la iglesia los hace buenas personas.


Desesperación por la soberana obra del Espíritu.
¿Y entonces?
Alguien podría preguntar:
¿Para qué has dicho todo esto?
¿Qué pretendes lograr al decirnos todo esto?

“Si soy sólo carne, carente del Espíritu de Dios, sin ningún merito de bondad, si estoy muerto espiritualmente en pecado y endurecido; si no soy aceptado en el Reino de Dios y mi corazón está tan engañado que uso la religión para tapar mi hedor a muerte, ¿QUÉ ESPERAS QUE HAGA?”

Para cualquiera que se haga esta pregunta, hay una gran esperanza en Cristo.
Lo único que espero de ustedes es PREOCUPACIÓN.
Yo no espero que nazca de nuevo alguien que escucha el evangelio pero no se llena de preocupación en primer lugar.

¿Por qué Jesús le diría a Nicodemo: “debes nacer de nuevo del Espíritu”?
y luego decir en el verso 8:

Juan 3:8
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
El viento es libre, obedece a sus propias leyes secretas, no a nuestra voluntad. Cuando hay viento, los marineros están contentos, cuando no hay viento se desesperan.
Seguramente éste versículo es para mostrarnos que dependemos completamente de la gracia salvadora del Espíritu Santo de Dios.
El sopla donde quiere.
¿Qué puedo esperar al proclamar ésta verdad?
Solamente una reacción de súplica, una petición d auxilio.

Es que el nuevo nacimiento no es obra nuestra; sino que es la obra libre, irresistible y sobrenatural del E.S. en nuestra vida, resucitándonos de la muerte, haciéndonos nuevas criaturas; dándonos un corazón que confía y ama a Jesús.

Tal como Lázaro no hizo nada para resucitar de entre los muertos.
La resurrección de Lázaro fue el resultado de una sola cosa: La PALABRA de Jesús: “Ven fuera”

Por lo tanto, Pedro dice a los cristianos:
1ª Pedro 1:23-25
23siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 24Porque:
Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
25Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

Desde Adán y Eva, Dios ha estado rescatando gente de la muerte; y la manera en que opera su plan de rescate es por el Poder de su Espíritu y la Proclamación de su Palabra.

Si estás vivo en Cristo, has nacido por su Palabra y por su Espíritu.

1ª Tesalonicenses 1:5
Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.

1ª Corintios 2:4
Y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder

Hay veces que, para mi miseria, el evangelio se apaga en la boca de su débil y mundano predicador. Pero cuando el E.S. obra en el mensaje, ocurre una explosión de vida.
La Palabra de Dios y su Espíritu avivan los corazones muertos y los despiertan a la fe. El evangelio es predicado y el Espíritu Santo dice: “ven fuera”.
Luego, los ojos del corazón son abiertos y un niño espiritual ha nacido y llora de desesperación por ser llenado y nutrido de la leche espiritual.

3 aplicaciones para HOY
Terminemos con tres breves aplicaciones:

A) Examinemos nuestro corazón y nuestra vida.
En primer lugar, ya que la religión es una máscara muy común para quien no ha nacido de nuevo.

Mateo 7:21
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Cada uno de nosotros que profesamos una religión debemos examinarnos a nosotros mismos y preguntarnos si realmente hemos nacido de nuevo en Jesús.

2ª Corintios 13:5
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

El N.T. nos brinda algunos aspectos que debemos considerar, aquí tenemos 5:


1. Romanos 8:7-9
7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
9Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Pregúntate: ¿Me someto realmente a la voluntad de Dios o me rebelo en su contra?


2. 1ª Corintios 12:3b
…Y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.
Pregúntate: ¿Es Jesús realmente mi SEÑOR? ¿Lo reconoces cada día como tu dueño? ¿Buscas su voluntad en cada asunto de tu vida o te rebelas?


3. Romanos 8:15-16
15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Examínate: ¿Tengo realmente una humilde confianza con Dios tal como un niño con su Padre? ¿Veo a Dios como mi “PAPITO”?

4. 1ª Corintios 2:14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Pruébate: ¿Son los asuntos de Dios los que me atraen? ¿Me siento hambriento por su verdad y compañía?

5. 1 Juan 4:7
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
Pregúntate: ¿Amo a los demás? ¿Muestro buena voluntad hacia los demás? ¿Me gozo en servir al prójimo o busco mi propio beneficio egoísta?


B) Debemos humillarnos a nosotros mismos.
Después de examinarnos a personalmente en busca de evidencia de la presencia del E.S., la segunda aplicación que podemos hacer de la palabra de Dios es humillarnos profundamente a nosotros mismos.
La humildad y mansedumbre vienen de darnos cuenta de cuán miserables y necesitados de ayuda estamos sin la obra redentora del E.S.
Qué diferencia tan grande sería en nuestra iglesia si cada quien se apropiara de éste pensamiento: De no ser por la Misericordia del E.S. sería hombre muerto.


C) Debemos preocuparnos por el E.S.
Comprendamos que Jesús nos llama como Iglesia a adorarlo y hacer discípulos de él; el nos llama a resucitar de la muerte a los no-regenerados. Pero solamente el E.S. puede hacer eso, ¿Sabes que significa eso? Significa que somos débiles y que fracasaremos en cumplir la gran comisión a menos que el E.S. venga sobre nosotros con poder. Y cuando suceda, podremos decir como Pablo:

1ª Corintios 2:4 DHH
Cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios

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