lunes, 16 de abril de 2007

No desperdicies tu Cáncer

No desperdicies tu cáncer
Por John Piper Febrero 15, 2006

Nota del Editor: Nuestro amigo David Powlison, quien recientemente también ha sido diagnosticado con cáncer de próstata, ha agregado algunas notas de ayuda a los 10 puntos de John Piper. Los párrafos marcados con DP: fueron escritos por Powlison.

Escribo esto en espera a mi cirugía de próstata. Creo en el poder de Dios para sanidad – por medio de milagros y por medio de medicinas. Creo que es correcto y bueno orar por ambos tipos de sanidad.
El cáncer no es un desperdicio si es sanado por Dios, quien posee la gloria y esa es la razón por la cual existe el cáncer; para glorificar a Dios. Así que no orar por sanidad puede desperdiciar tu cáncer. Pero la sanidad no es el plan de Dios para todos. Y hay muchas otras maneras de desperdiciar tu cáncer. Oro por mí y por ti, pido a Dios que nos permita aprovechar y no desperdiciar esta pena del cáncer.

DP: Yo (David Powlison) agregué estas reflexiones a las palabras de John Piper la mañana después de haber sido diagnosticado con cáncer de próstata (Marzo 03 del 2003), los 10 puntos principales y primeros párrafos son de John, los segundos son míos



1. Desperdiciarás tu cáncer si no crees que fue diseñado por Dios con un propósito para ti.

Esto no quiere decir que Dios solamente USA nuestro cáncer pero no lo DETERMINA. Lo que Dios permite, lo hace por una razón. Y esa razón es su propósito. Si Dios ve actividad molecular que se convertirá en cáncer, puede detenerla o no. Y si no lo hace es porque tiene un propósito. Ya que Dios es infinito en sabiduría, es correcto decir que este propósito es su designio. Satanás es real, ofrece placeres y causa dolor, pero él no es soberano. Así que cuando atacó a Job con llagas (Job 2:7), Job las atribuyó finalmente a Dios (2:10) y el escritor sagrado añade: “…Le ofrecieron sus condolencias y lo consolaron por todas las calamidades que el Señor le había enviado…” (Job 42:11). Si no crees y aceptas que tu cáncer fue diseñado por Dios, desperdiciarás tu cáncer.

DP. Reconocer los designios de Dios no te convierte en estoico, un deshonesto o en un optimista superficial. Al contrario, la realidad de los designios de Dios genera y canaliza los lamentos honestos de tu parte hacia el verdadero Salvador. Los designios de Dios nos invitan al diálogo honesto con él en vez de silenciarnos en la resignación.
Considera lo honestos que son los Salmos; el Rey Ezequías (Isaías 38), Habacuc 3. Estas personas estaban quebrantadas pero creían honestamente porque sabían quién era su Dios y ponían su esperanza en él.
Salmo 28 muestra una apasionada y directa oración a Dios; quien seguramente te escucha, quien desea escucharte, quien continuará obrando en ti y tu situación. De este salmo aprendemos muchas cosas:
· Este lamento proviene de tu sentimiento de necesidad de ayuda (28:1-2).
· Puedes ponerle nombre particular a tus conflictos delante de Dios (28:3-5).
· Eres libre de expresarte en tus propias palabras y aplicarlas a tus circunstancias. Muy a menudo, las “diversas pruebas” de la vida (Santiago 1:2) que tu enfrentas no se identifican exactamente con las circunstancias particulares que David o Jesús enfrentaron, pero la dinámica de confianza y fe es la misma.
· Una vez que depositas tu carga en Aquel que tiene cuidado de ti, expresa tu gozo (28:6-7): El Señor ha dado su paz que sobrepasa todo entendimiento. Finalmente, debido a que la fe siempre trabaja y se expresa en amor, tu necesidad personal y el gozo que recibes de Dios en medio de tu circunstancia producirán una preocupación amorosa por el prójimo. (28:8-9).
La enfermedad puede agudizar tu conciencia de cuán profunda y cuidadosamente Dios ha obrado en cada detalle de tu vida ahora y siempre.


2. Desperdiciarás tu cáncer si lo percibes como una condena y no como un regalo.
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…” (Romanos 8:1)
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gálatas 3:13)
Contra Jacob no valen maleficios; contra Israel no sirven brujerías. Ahora es preciso decir a Israel: ‘¡Cuántas maravillas ha hecho Dios contigo!’ (Números 23:23 DHH)
Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. (Salmo 84:11)

D.P. La bendición proviene de lo que Dios hace por nosotros, con nosotros y a través de nosotros. Él provee su grande y misericordiosa Redención en el escenario de tu vida. Tu cáncer en sí mismo es una de las 10,000 “sombras de muerte” (Salmo 23:4) que se levantan sobre cada uno de nosotros: todas las amenazas, pérdidas, heridas, frustraciones, desilusiones, males también son sombras de muerte. Pero en sus hijos amados, nuestro Padre efectúa un bien mayor a través de nuestra más grave y penosa pérdida; a veces sanando y restaurando el cuerpo (temporalmente hasta la resurrección de la muerte para vida eterna), pero siempre sustentándonos y enseñándonos que debemos conocerlo y amarlo.
Al ser probado a través del dolor y la pena, tu fe se vuelve más profunda y real. Y tu amor se torna audaz y piadoso.
Santiago 1:2-4, 1ª Pedro 1:3-9, Romanos 5:1-5, Romanos 8:18-39 à Los textos citados aparecen al final de este artículo.


3. Desperdiciarás tu cáncer si buscas alivio en tus probabilidades en vez de buscarlo en Dios.
El propósito de Dios en tu cáncer no es conducirte calcular tus probabilidades y encontrar alivio en ellas. El mundo obtiene comodidad de sus probabilidades pero los cristianos no.
Unos cuentan con sus carros de guerra (posibilidades de sobrevivir), y otros cuentan con sus caballos; (efectos positivos del tratamiento); pero nosotros contamos con el Señor nuestro Dios. (Salmo 20:7 DHH) porque en Dios confiamos.
El propósito de dios es claro en 2ª Corintios 1:9 “Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muerto”
El objetivo de Dios a través de tu cáncer (entre otros cientos de buenas cosas) es derribar nuestra seguridad en nosotros mismos para que confiemos completamente en Él.

D.P. Dios mismo es tu confianza. Él se da a sí mismo. Debemos calcular correctamente los porcentajes; es 100 % probable que sufriremos y 100% seguro que Cristo nos busca, viene a nosotros, nos brinda alivio y nos restaura amorosamente en alegría. También es 100% seguro que pasaremos por angustias y sufrimientos de muerte y 100% seguro que tu Salvador esta contigo, en medio de tus pruebas para bendecirte y santificarte. Con Dios, no dependes de probabilidades sino que vives confiado en la seguridad del Señor.


4. Desperdiciarás tu cáncer si te niegas a pensar en la muerte.
Todos nosotros moriremos si Jesús pospone su regreso. Es una locura negarnos a pensar en cómo será el dejar esta vida y encontrarse con Dios.
Eclesiastés 7:2 dice: “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete, porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo tendrá presente en su corazón.” (RV95) ¿Pero cómo puedes tenerlo presente en tu corazón si no quieres ni pensarlo? El Salmo 90:12 dice: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” Contar tus días significa pensar en lo cortos que son y en el hecho de que un día acabarán. ¿Cómo puedes traer sabiduría al corazón si te rehúsas a pensar en estas cosas? Que desperdicio, si no pensamos en la realidad de la muerte.

DP: Pablo describe al Espíritu Santo como el anticipo (primicia) de la seguridad de vida.
…Todos sabemos que hasta hoy toda la creación se queja de dolor y sufre como una mujer con dolores de parto. 23No sólo el mundo, sino también nosotros sufrimos, pero ya tenemos el Espíritu como anticipo de la promesa de Dios. Ahora esperamos que Dios nos dé todos los derechos como hijos suyos cuando nuestros cuerpos sean liberados.
24Cuando fuimos salvos recibimos esa esperanza, pero una esperanza que se ve no es realmente una esperanza, ¿para qué esperar lo que ya se ve? 25En cambio, nosotros estamos esperando lo que aún no podemos ver y lo esperamos con paciencia. Romanos 8:22-25
Por fe, el Señor nos da una dulce probadita de lo que será estar cara a cara frente a él en la vida eterna; en presencia de nuestro Dios y Señor Jesucristo. Podríamos decir también que el cáncer es un anticipo de la inevitable muerte, que nos da un amargo adelanto de nuestra mortalidad. El cáncer es una señal en el camino que lleva a algo mucho más allá, a la muerte; el último enemigo al que debemos enfrentarnos.
Pero Cristo ha derrotado a este enemigo: 1ª Corintios 15:26/54-55 dice: Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte…
54 …Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
El cáncer es simplemente un aliado del enemigo que merodea a nuestro alrededor. No tiene poder sobre ti si tú eres un hijo de la resurrección del Señor; así que puedes mirarlo a los ojos sin temor.


5. Desperdiciarás tu cáncer si “luchas” contra él solo para estar vivo y no para anhelar más a Cristo.
El propósito de Satanás y el propósito de Dios a través de tu cáncer no son lo mismo. Satanás se propone destruir tu amor por Cristo, mientras que Dios se propone hacer más profundo e intenso tu amor por Cristo.
El cáncer no ganará la victoria si mueres; el cáncer ganará si dejas de anhelar a Cristo. El deseo de Dios es separarte del seno del mundo y alimentarte en la suficiencia de Cristo. Esto quiere decir que Dios quiere ayudarte a que puedas decir y sentir: “Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”. (Filipenses 3:8) Y estar seguros de que: “…el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21)

D.P. El anhelo por Cristo se puede expresar en dos circunstancias esenciales de nuestra fe: la necesidad y el gozo; dolorosas necesidades y gozo desbordante.
Muchos salmos claman en “escala menor”: anhelamos a nuestro Salvador en medio de la dolorosa necesidad, lo necesitamos porque él nos puede salvar de nuestra angustia, pecado, sufrimiento y angustia.
Por otro lado, muchos salmos cantan en “escala mayor”: Anhelamos a nuestro Salvador con gozo desbordante porque nos deleitamos en él, lo amamos, le damos gracias por todas sus bondades, nos regocijamos en su salvación, nos alegra que él reine.
Y muchos salmos comienzan en una escala y terminan en otra.
El anhelo por Dios no es monocromático; se trata de vivir bajo todo el espectro de la experiencia humana anhelando a Dios.
“Luchar” contra el cáncer es vivir sabiendo que tu Padre tiene compasión de ti, porque el conoce tu condición; sabe que eres solo polvo. Y confiar también que Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Vivir es conocerlo y conocerlo es ser amado por él.


6. Desperdiciarás tu cáncer si dedicas más tiempo leyendo acerca de tu enfermedad y menos tiempo leyendo acerca de Dios.
No es malo saber cómo se manifiesta el cáncer. La ignorancia no es una virtud. Pero enfocarte solo en saber más y más de la enfermedad y por otra parte perder el entusiasmo por conocer cada vez más a Dios es síntoma de incredulidad y desconfianza.
El cáncer debería alentarnos a confiar más en el Señor y afirmar nuestros sentimientos y fuerzas en este deseo: Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová (Oseas 6:3). Nos desafía a pensar y actuar como decía Daniel: “…el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.” (Daniel 11:32) Nos fortalece como robles indestructibles: “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará” (Salmo1:2-3) Qué desperdicio sería que pasáramos día y noche leyendo más acerca del cáncer y menos acerca de Dios.

D.P. Así como con tu lectura, también sucede con tus conversaciones con las personas. Otra gente expresará con mucha frecuencia su cuidado y preocupación al preguntarte acerca de tu salud. Eso es bueno, pero las conversaciones fácilmente nos pueden envolver en la preocupación y la angustia.
Así que háblale abiertamente a las personas acerca de tu enfermedad; buscando sus oraciones y consejos, pero luego cambia la dirección de la conversación mencionándoles lo que Dios esta haciendo fielmente al sostenerte y fortalecerte con 10000 bendiciones más.
Robert Murria McCheyne sabiamente dijo: “por cada mirada a tus pecados, mira diez veces a Jesucristo.” Él tenía en cuenta nuestra tendencia a invertir esa proporción a 10/1 al envolvernos en nuestras faltas y olvidarnos de la misericordia del Señor. Lo que McCheyne dijo acerca de nuestros pecados también es aplicable a nuestros sufrimientos.
Por cada mención que hagas a otros acerca de tu cáncer, diles diez cosas acerca de Dios, la esperanza que te da y lo que esta haciendo en tu vida.
Menciona las bendiciones pequeñas y grandes de cada día. Por cada hora que dediques investigando o comentando acerca del cáncer, dedica también diez horas estudiando, meditando y sirviendo al Señor. Relaciona todo lo que vayas descubriendo acerca del cáncer con el Señor y sus propósitos y verás que no te obsesionarás en angustia y desesperación.


7. Desperdiciarás tu cáncer si dejas que te conduzca a la soledad en vez de profundizar en tus relaciones.
Cuando Epafrodito[1] trajo a Pablo los regalos que enviaban los hermanos Filipenses, enfermó y casi moría. Pablo dijo a los filipenses: porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado. 27Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. (Filipenses 2:26-27) ¡Que asombrosa reacción! No dice que ellos estuvieran angustiados porque él estuviera enfermo, sino que él se angustió porque ellos supieron que él estaba enfermo. Esa clase de corazón es el que Dios se propone moldear a través del cáncer; un corazón con afecto profundo, preocupación sincera y cuidado por las demás personas. No desperdicies tu cáncer centrándote en ti mismo.

DP: Nuestra cultura se aterra con la idea de la muerte. Está obsesionada con la medicina, idealiza la juventud, la salud y la energía física. Trata de ocultar cualquier signo de debilidad o imperfección. Tú serás de bendición a las personas si vives tranquila, confiada y amorosamente a pesar de tu debilidad.
Paradójicamente, atender tus relaciones cuando atraviesas por dolor y debilidad ayuda a fortalecer a los demás. Una relación de este tipo es como ir en una carretera de dos carriles; uno para dar y otro para recibir. Dar con generosidad y recibir con gratitud. Tus necesidades le dan a los demás la oportunidad de amar, y ya que el propósito más elevado de Dios es que aprendas a amar, aprenderás el fino y gozoso talento de expresar cuidado por los demás aún cuando seas más débil que ellos.
Esta amenaza y debilidad para tu vida puede proveerte de maravillosa libertad para que recibas con gratitud: aceptando el amor de Dios y de los demás, y para que des con generosidad: amando a Dios y los demás.


8. Desperdiciarás tu cáncer si te entristeces como quienes no tienen esperanza.
Pablo utilizó esta frase en relación a quienes habían perdido a sus seres queridos: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.” (1ª Tesalonicenses 4:13) Hay tristeza en la muerte, aún por los creyentes que mueren; hay una pérdida temporal – pérdida del cuerpo, pérdida de los seres queridos en vida, pérdida de las bendiciones terrenales. Pero esta tristeza es diferente pues esta impregnada de esperanza. “…tenemos confianza, y quisiéramos más bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor” (2ª Corintios 5:8 DHH)
No desperdicies tu cáncer entristeciéndote como quienes no tienen esta esperanza.

DP: Muéstrale al mundo esta clase diferente de tristeza. Pablo dijo que hubiera tenido tristeza sobre tristeza si su amigo Epafrodito hubiera muerto (Filipenses 2:27). Él ya experimentaba tristeza, sintiendo el peso del dolor de su amigo enfermo. Y habría experimentado doble tristeza si su amigo hubiera muerto. Pero esta tristeza amorosa, honesta y orientada a Dios coexistía con el “gozo y regocijo” (Filipenses 2:17-18) y con la “paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7)
¿Cómo pueden coexistir en un mismo corazón el dolor junto al amor, gozo y paz y el profundo sentido de propósito en la vida? ¿Cómo puede un corazón experimentar un ataque cardíaco y a la vez desbordar en amor y gozo? En la lógica profunda de la fe, esto es perfectamente posible y bueno. De hecho, si tienes esperanza a pesar de la tristeza, puedes soportar los sufrimientos de esta vida con mayor profundidad; tristeza sobre tristeza.
En contraste, la tristeza que no tiene esperanza frecuentemente tiende a negar, escapar o negociar con el dolor, porque no puede enfrentarse a la realidad del sufrimiento sin caer en la angustia.

En Cristo, sabes que el dolor es solo un aguijón temporal en la carne, por ahora experimentas lo duro de esta vida en este mundo caído. El dolor y la muerte no serán permanentes. Ocúpate en amar el bien y odiar el mal; estas siendo moldeado a la imagen del “hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento (Jesucristo).” (Isaías 53:3 DHH) Este hombre, Jesús: “soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría…” (Hebreos 12:2 DHH) este hombre perfecto, Jesús; vivió y murió con la esperanza en la verdad. Su sufrimiento no fue silenciado, ignorado o sometido a tratamiento médico, tampoco lo trató con desesperación, miedo, cobardía o esperanza en el cambio de las circunstancias.

Las promesas finales de Jesús rebozan de contentamiento y plena confianza en la esperanza en medio de la tristeza: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido, aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo; vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo, y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo…” (Juan 15:11 / 16:20 / 16:22 /17:13)



9. Desperdiciarás tu cáncer si continúas pecando igual que antes.
¿Sigues viendo los pecados tan apetecibles como antes? Si es así, estas desperdiciando tu cáncer.
El cáncer esta diseñado para destruir el antojo del pecado. Orgullo, codicia, lujuria, odio, rencor, impaciencia, pereza – todos estos son adversarios que el cáncer se propone vencer. No pienses que solamente estas batallando contra el cáncer, también piensa que estas batallando junto al cáncer.
En este sentido, el cáncer es tu aliado en la lucha contra el pecado. Todos esos pecados son peores enemigos que el cáncer mismo. No desperdicies el poder del cáncer para aplastar a estos adversarios.
Deja que el deleite en la eternidad apague el deleite temporal del pecado; “pues, ¿qué aprovecha al hombre si gana todo el mundo y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:25)

D.P. En verdad que el sufrimiento tiene el propósito de separarte del pecado y fortalecer tu fe el Jesucristo. Si estas lejos de Dios, lo que sucede es que el sufrimiento fortalece y agranda tu pecado; ¿Deseas volverte amargado, desesperando, adicto, fastidioso, miedoso, furioso, cobarde, sentimental e impío? ¿Pretendes que sea normal actuar así? ¿Vas a negociar con la muerte en tus propios términos?
Pero si eres piadoso y temeroso de Dios, el sufrimiento en manos de Dios te transformará; siempre lentamente, a veces rápidamente; aprenderás a experimentar la vida y la muerte a la manera del Señor. Dios te tratará con ternura, te purificará, se ocupará de limpiarte de vanidades. Hará que lo necesites y lo ames solo a él. Pondrá nuevo orden en tus prioridades, caminará contigo.
Por supuesto que vas a fallar algunas veces, tal vez te enojes o te frustres, puede ser que quieras escapar y tengas miedo. Pero siempre que tropieces, él te levantará.
Tu enemigo interior (el pecado) – un cáncer espiritual 10,000 veces más mortal que tu cáncer físico – será mortificado cada vez más, mientras continúas buscando y encontrándote con tu Salvador.
Puedes decirle al Señor: “Señor, es grande mi maldad; perdóname, haz honor a tu nombre” porque “Al hombre que honra al Señor, él le muestra el camino que debe seguir” (Salmo 25:11-12 DHH)


10. Desperdiciarás tu cáncer si no lo usas como un medio para testificar la verdad y la gloria de Dios
Los cristianos nunca están en cualquier lugar por accidente divino. Hay razones particulares por las cuales nos encontramos haciendo lo que hacemos en el lugar donde estamos. Considera lo que dijo Jesús acerca del dolor en circunstancias adversas “a ustedes les echarán mano y los perseguirán. Los llevarán a juzgar en las sinagogas, los meterán en la cárcel y los presentarán ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendrán oportunidad de dar testimonio de mí.” (Lucas 21:12-13 DHH).
Así sucede con el cáncer. Tienes una oportunidad de dar testimonio de Jesucristo y lo que esta hacienda en tu vida a través de tus circunstancias. Jesucristo es infinitamente excelso y tú tienes en tu vida, a través del cáncer, la gran oportunidad de mostrarle a la gente que Dios es más importante que la vida misma. No la desperdicies.

D.P. Jesús es tu vida; es el hombre frente al cual toda rodilla se doblará; ha vencido a la muerte de una vez para siempre. Terminará lo que comenzó.
Deja que su luz brille en ti mientras tu vives en él, por el, a través de él y para él. Cristo esta contigo, a cada instante y en cada circunstancia de tu vida.
En tu cáncer, necesitas que tus hermanos y hermanas en Cristo te testifiquen del poder y verdad del Señor, que te animen y fortalezcan, que te desafíen a confiar en Cristo, y que te demuestren su amor. Y tú puedes hacer lo mismo por ellos y con otros. Teniendo un corazón que ama con el amor de Cristo, hablando con palabras llenas de esperanza para tus hermanos y demás personas.
Recuerda que no estas solo, siempre tendrás la ayuda que necesites. “Por lo tanto, mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. ¡Gloria para siempre a nuestro Dios y Padre! Amén.”
(Filipenses 4:19-20 DHH)

“Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla.” (1 Corintios 10:13 DHH)




Apéndice – Textos del punto 2

Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento. Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada. Santiago 1:2-4 DHH

3Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva, 4y hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse. 5Por la fe que ustedes tienen en Dios, él los protege con su poder para que alcancen la salvación que tiene preparada, la cual dará a conocer en los tiempos últimos.
6Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas. 7Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.
8Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras, 9porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación.
1ª Pedro 1:3-9 DHH


1Puesto que Dios ya nos ha hecho justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 2Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios. 3Y no solo esto, sino que también nos gloriamos de los sufrimientos; porque sabemos que el sufrimiento nos da firmeza para soportar, 4y esta firmeza nos permite salir aprobados, y el salir aprobados nos llena de esperanza. 5Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. Romanos 5:1-5 DHH


18Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después. 19La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste claramente que somos hijos de Dios. 20Porque la creación perdió su verdadera finalidad, no por su propia voluntad, sino porque Dios así lo había dispuesto; pero le quedaba siempre la esperanza 21de ser liberada de la esclavitud y la destrucción, para alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto. 23Y no solo ella sufre, sino también nosotros, que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que vamos a recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser adoptados como hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. 24Con esa esperanza hemos sido salvados. Solo que esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues, ¿quién espera lo que ya está viendo? 25Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo sufriendo con firmeza.
26De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como es debido, pero el Espíritu mismo ruega a Dios por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27Y Dios, que examina los corazones, sabe qué es lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega, conforme a la voluntad de Dios, por los del pueblo santo.
28Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. 29A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. 30Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria.
31¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! 32Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? 33¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos. 34¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y está a la derecha de Dios, rogando por nosotros. 35¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? 36Como dice la Escritura:
“Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte;
nos tratan como a ovejas llevadas al matadero.”
37Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, 39ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
Romanos 8:18-39



NOTA del traductor: A menos que se indique otra, las citas bíblicas fueron tomadas de la traducción Reina Valera 1960

Otras que se indican:
RV95 – Traducción Reina – Valera 1995
DHH – Traducción Dios Habla Hoy
LBPT – Traducción La Biblia para todos.



[1] Epafrodito había sido enviado por la iglesia de Filipos para llevar a Pablo una ofrenda (Hechos 4:18) y quedarse con él para ayudarlo. Después de una grave enfermedad, regresó a Filipos con la epístola de Pablo.

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