jueves, 6 de agosto de 2009

Impureza - Parte 2 - Dios nos da una segunda oportunidad para luchar

Dentro del corazón salvaje; quizá una de las raíces más fuertes de pecado y rebeldía es la impureza.
No hace falta investigar mucho; está a la vista de todos en éste mundo.
Lujuria, adulterio, fornicación… pedofilia, incesto, pornografía, homosexualidad, intercambios de parejas, prostitución, promiscuidad, chistes de doble sentido, table dances, hoteles de paso.
Cosas que se hacen cada vez más comunes.
Asuntos en los cuales quizá hasta hemos sido partícipes.


Parece que nuestro mundo está obsesionado con la palabra de 4 letras: SEXO…

Ya dijimos que TODOS somos presa fácil de la Impureza; no distingue género, ni edad ni condición.
Y a pesar de ser un mal tan común, NADIE tiene excusa. Cuando damos cabida a la impureza; somos responsables y hay consecuencias.
VAMOS A LA SOLUCIÓN.


La impureza nos separa del Dios santo
Vivamos en la santidad de Jesús.


1. Todos tenemos una segunda oportunidad.(En Jesús)

¿Qué hizo Dios cuando David engatusó a Betsabé para que cometieran adulterio y mató a Urías para ocultar las consecuencias de ese adulterio?
Dios envió a Natán, un profeta, para amonestar a David.
- En aquella época, a muchos reyes se les subía el poder a la cabeza; muchos mataron a los profetas de Dios en vez de hacerles caso.
- Pero David aceptó la reprensión, y escribió un canto de arrepentimiento. (Salmo 51)

Dios tiene su manera de convencernos de pecado:
· Nos puede exponer.
· Nos puede retirar el gozo.
· Nos puede retirar sus bendiciones.


Cuando eso sucede, hay que darle gracias a Dios, porque sigue interesado en nosotros.
Es su manera de decirnos; “Tú sabes que tenemos un asunto que arreglar”



¿Qué merecía David por lo que hizo?
La ley demandaba sentencia de muerte por los dos pecados de David:


Por El adulterio con Betsabé: MUERTE
Deuteronomio 22:22
Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.


Y Por el asesinato de su esposo Urías: MUERTE
Números 35:30-31
30Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera. 31Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá.

David no podía restaurar la pureza a Betsabé ni la vida a Urías; pero fue perdonado porque la gracia de Dios es mayor que el pecado humano.
Cuando el pecado es grande, la gracia de Dios es más grande para quienes se declaran PECADORES.


No se trata de que Dios diga:NO TE PREOCUPES, NO HICISTE GRAN COSA…
Dios no minimiza el pecado, sino que engrandece su misericordia.
NO ESTAMOS EN PIÉ PORQUE NUESTROS PECADOS SEAN PEQUEÑOS SINO PORQUE LA MISERICORDIA DE DIOS ES GRANDE.


¿Cómo lo arregla Dios?
¿Nos hace pagar por el pecado?
NO, gracias a Dios el pago se efectuó en la Cruz con la sangre de Jesús.

2 Corintios 5:21
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.


Éste es un pasaje lleno de esperanza, como todo el evangelio.
Jesús cargó con mi orgullo, mi enojo, mi envidia, mi pereza, mi glotonería y aún mi impureza.
No se trata de que Dios sólo nos perdona; Dios nos perdona castigando a Jesús su HIJO en nuestro lugar.
Dios no barre la basura debajo de la alfombra, Dios castigó, mató a Jesús en vez de matar a David y en vez de matarnos a nosotros.

¿Qué quiere Dios entonces?

a) Que vengamos a él en arrepentimiento.

Salmo 51:1-2
1Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.

El arrepentimiento no consiste en dolor por el qué dirán; a David no le importa lo que digan las personas, le importa lo que piense Dios.
El arrepentimiento no es sólo tener temor a las consecuencias de nuestro pecado, consecuencias siempre hay.
Arrepentimiento es la actitud de tristeza y dolor por lo que hicimos EN REBELDÍA contra DIOS, y una convicción de que si pudiéramos regresar el tiempo, si pudiéramos repetir la historia no habríamos hecho aquello.




b) Que dejemos de poner excusas.
Salmo 51:3-4
3Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 4Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.

(Por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable - BAD)
David no pone excusas, el dice: RECONOZCO mis Rebeliones.
Sabe que las pruebas lo incriminan, sabe que Dios tiene la grabación completa.
Lo más bobo que podemos hacer es que cuando Dios viene a nosotros diciéndonos: “Te caché” nosotros le tratemos de poner excusas.

¿Has visto las bromas que hacen en la TV para ver si una persona es honesta?
Le ponen una trampa al muchacho que estaciona los autos, dejan dinero en el carro, él lo agarra, muerde el anzuelo; le dicen ¿Por qué tomaste el dinero? y la persona dice YO NO FUI,
Y aún cuando le presentan el video, y le dicen “Te cachamos”, la persona se sigue declarando inocente: YO NO FUI. (es un complot)…

Nosotros que lo vemos desde acá, decimos “Qué pena” “Ya mejor que ni diga nada”…
¿Pero que hacemos cuando Dios nos dice “Te caché”?
Aceptamos nuestra rebelión o decimos “Yo no fuí”



c) Que anhelemos la santidad
Salmo 51:7-12
7Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. 8Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. 9Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. 10Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

David está pidiendo NO sólo perdón sino también limpieza.
No se trata de decirle a Dios PERDÓNAME, sino de decirle también: LÍMPIAME.
Esa limpieza se llama santidad, y es la santidad la que nos hará alejarnos la próxima vez del pecado.

Nosotros necesitamos santidad de Dios además del perdón.
Suponga que viene su niño con una cortada en su dedo, usted le pregunta ¿Con qué te cortaste?

Y le dice que se cortó con un alambre de púas del patio, usted lo ve y sabe que ese alambre está oxidado. Necesitará desinfectar la herida y aplicar una inyección antitetánica.
Su hijo le ruega que no le ponga ni alcohol, ni agua oxigenada, ni la inyección; que sólo le ponga un curita. ¿Usted le hace caso?
NO, porque la herida no sólo necesita ser cubierta, necesita ser limpiada.

Lo mismo ocurre con el pecado; el perdón de Dios no sólo cubre nuestro pecado, sino que lo limpia a fondo.

Jesús se convierte en nuestra santidad; y lo que nos pide es que vivamos de acuerdo a la nueva vida que él nos otorga.






2. Todos estamos llamados a luchar.

Proverbios 6:27-28
27¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? 28¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen?

Se trata de dudar de nosotros mismos.
No de decir “Yo sería incapaz”, o “En mi familia eso nunca pasaría” sino de ser intencionales en nuestra lucha contra la impureza y en busca de la santidad.


Romanos 13:12
13Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

¿De qué estoy alimentándome?
¿Estoy siendo negligente en cuanto a la pureza?
Recuerde que no estamos hablando de algo exclusivo de hombres, o mujeres, jóvenes o adultos; estamos hablando de algo común, para todos.


Efesios 5:3
3Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.

“NI aún se nombre” es la clave.
Los asuntos de inmoralidad e impureza serán comunes en el mundo, las pláticas de doble sentido, las infidelidades, la indecencia. Pero nosotros estamos llamados a hacer la diferencia. No sólo que esto NO ocurra sino que además NI AÚN se nombre.



Mateo 5:29
29Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Se trata de tomar las medidas necesarias
¿Si me saco un ojo dejaré de pecar?
¿Si me corto una mano dejaré de pecar?
Las palabras de Jesús no son literales, sino que Jesús está diciendo: sufre lo que sea necesario, toma las medidas que sean necesarias para apartarte de la impureza.
Nunca eres demasiado estricto cuando se trata de decir NO al pecado.



Esa película, ¿No es demasiado sugerente?
Esa ropa que usamos ¿Promueve la decencia?
Esas palabras ¿Son palabras limpias?
Ese programa ¿No tiene mucho albur? Quizá a Dios no le agrade que nos riamos a carcajadas viendo a la chabela confesarse con el sacerdote. O a cualquier otro cómico haciendo chistes subidos de tono.
Esa novela ¿No promueve la inmoralidad? No importa que sea en nombre del amor, no importa que sólo sea novela, si los actores viven de una manera que no agrada a Dios, quizá no sea bueno ni sabio verla.
¿Nuestros ojos son ojos disciplinados para la pureza?
Cuan negligente he sido, cuan negligentes hemos sido muchos varones; necesitamos que Dios nos ponga el dedo en la llaga para ser santos en arrepentimiento y fe.


UN ASUNTO de TODOS.
Algunos de ustedes se estarán diciendo: YO ya estoy grande, ya no estoy para esos trotes, yo batallo con el enojo, con la envidia, sí con algo de orgullo; pero con esto de la impureza NO.
Quizá usted NO tenga estas luchas, gracias a Dios (Ya tendrá otras áreas en que luchar)
Pero recuerde que nosotros somos una familia que cree, vive y celebra a Jesús.
Somos UNA FAMILIA, tenemos hermanos y hermanas, y hermanitos.
Así que si usted no lucha con éstas cosas; ore por los que si luchan o luchamos.

Ore por los que están casados, ore por los jóvenes, ore por los varones y por las damas…


Oremos:
- Para que las hermanas y hermanos se deleiten en sus respectivas parejas.
- Para que los esposos no intentemos nada que empañe la fidelidad y pureza del matrimonio.
- Para que las esposas puedan ver en sus esposos la provisión de Dios no sólo para su sustento sino también para su deleite.
- Para que los problemas que pudieran surgir en la intimidad sean resueltos en el amor de Jesús sin miedo, reproches o temor.


- Ore para que la fornicación, el adulterio y la impureza en general ni aún se nombre entre nosotros.
- Ore para que los jóvenes soporten la tentación y puedan decir NO al pecado.
- Ore para que los varones seamos amables y sinceros en nuestro trato hacia las damas.
- Ore para que las damas sean castas y recatadas en su trato hacia los varones.


- Ore para que Dios perdone y tenga misericordia de quienes se extravían.
- Que Dios exponga nuestra necesidad de arrepentimiento y perdón.
- Que Dios nos lleve a vernos tal como somos y tal como él quiere que seamos.
- Que el pasado sea perdonado y que el presente sea transformado.


CONCLUYENDO:
No se trata de darnos golpes de pecho, NO.
Pecadores siempre somos.
Se trata de vivir para agradar a Dios, se trata de apartarnos del mal.

Se trata de echar fuera la impureza y ser transformados desde el corazón en personas que quieren hacer sonreír a Dios de lunes domingo.

Nadie está exento de caer; tengamos mucho cuidado.
Nadie tiene excusas cuando cae; lo mejor es arrepentirnos y suplicar limpieza de parte de Dios.

Todos tenemos una segunda oportunidad en Jesús; y si somos hijos suyos ESTAMOS LLAMADOS A LUCHAR, a esforzarnos por vivir en santidad.

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