¿Qué ocurrió
en aquella cruz?
Si has estado
junto a un ser querido en sus últimos momentos, quizá recuerdes con detalle sus
últimas palabras. En esos momentos quisiéramos extender el tiempo, prolongar la
estancia de nuestro ser querido y seguir disfrutando su presencia y compañía. En esos
momentos ponemos atención a cada detalle, a cada palabra, a la última voluntad,
a los últimos consejos y peticiones.
Quienes
quedamos de éste lado tardamos en digerir lo acontecido:
·
Meditamos
¿Qué nos quiso decir?
·
Nos
preguntamos ¿Qué le habrá faltado decir?
·
Nos
lamentamos ¿Por qué no le pregunté
aquello…?
·
Nos
arrepentimos ¿Por qué no aproveché más el
tiempo con él o ella?
·
Nos
resignamos “Todo ha terminado, se ha
ido…”
Es por eso
que las últimas palabras de cada ser humano son importantes; si no para todos,
al menos para sus seres más cercanos.
Hay, sin
embargo, una persona cuyas últimas palabras fueron dirigidas no sólo a sus
amigos, sino a todo el mundo. Esa persona es Jesús, el Hijo de Dios. En sus
últimos momentos, Jesús dirigió sus palabras a la multitud, a los ladrones, a
su familia, a sus discípulos, a su Padre celestial, al mundo entero y a
nosotros mismos…
Es la razón
por la que en preparación a celebrar Semana Santa durante un año más, vamos a
desempacar una a una las expresiones de Jesús en la cruz. Cada expresión está cargada de dolor, sufrimiento, agonía, pero también
de poder, verdad y amor.
Es que el
fundamento de nuestra fe, salvación y esperanza se encuentra en lo que
aconteció en aquella cruz hace más de 2000 años.
Son 7 las expresiones
de Jesús en la cruz que tradicionalmente recordamos, no todas se encuentran en
el mismo evangelio; sino que fueron compiladas de entre ellos para reunir el
número 7; no todas incluyen una enseñanza moral o teológica; algunas solamente
son el testimonio de la agonía y sufrimiento de Jesús en la cruz. Sin embargo
todas ellas merecen ser recordadas; pues hablan del poder y la debilidad de
Jesús, su agonía y su seguridad de triunfo; su amor y su suplicio, su humanidad
y su divinidad.
En Jesús se
encuentra el centro del cristianismo; sin su persona la fe cristiana es una
filosofía más, una opción más, un camino más. Pero nosotros sabemos que Jesús
es El camino, la verdad y la vida; y sus palabras son luz y esperanza para
nosotros.
¿Qué sucedió
en aquella cruz? Jesús nos reconcilió con el Padre en su vida, su sufrimiento,
su agonía, su muerte y sus palabras que retumban hasta hoy.
5Porque hay un solo Dios, y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6el cual se
dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido
tiempo.
1 Timoteo 2:5-6
¿Qué
ocurrió en aquella cruz?
¿Qué
ocurrió aquella tarde en aquella cruz?
Hay
4 palabras que nos ayudarán a ampliar la grandeza e importancia de lo que Jesús
realizó por medio de su muerte en aquella cruz.
1.
Sacrificio
Nosotros
merecíamos MORIR como castigo por el pecado
Juan 19:17-18
17Y él,
cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
18y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús
en medio.
Dolor Físico y Muerte.
La
crucifixión es una muerte lenta y dolorosa.
Clavos
en las manos (específicamente en las muñecas) y en los pies.
La
espalda mutilada a latigazos; la corona de espinas; la sed...
Así
que Jesús se ofreció EN sacrificio... para morir en nuestro lugar.
Juan 1:29
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y
dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
2.
Redención
Estábamos
ESCLAVIZADOS AL PECADO y a SATANÁS
Juan 8:34
Jesús les
respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado,
esclavo es del pecado.
Cargar
con nuestros pecados
Jesús
fue consciente del estar padeciendo la culpa de nuestros pecados.
En
nuestra experiencia como cristianos sabemos algo de la angustia que sentimos
cuando hemos pecado; el peso de la culpa es tremendo sobre nuestros corazones;
de hecho cuanto más crecemos en santidad más deberíamos crecer en odio y
repugnancia hacia el pecado.
Ahora
bien, Jesús era perfectamente santo, aborrecía el pecado con todo su ser.
De
manera que al cargar sobre sí el pecado de los elegidos, Jesús está haciendo un
gran sacrificio; lo que más aborrecía estaba siendo derramado sobre él...
Isaías 53:12
Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con
los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y
fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado
por los transgresores.
2 Corintios
5:21
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
1 Pedro 2:24
Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo
sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
Pero
no fue obligado Jesús, él mismo estuvo de acuerdo con el Padre.
Juan 10:17-18
17Por eso me
ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18Nadie
me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y
tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Jesús
es nuestra fuente de libertad.
Colosenses
1:13
El cual nos ha librado de la potestad de las
tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo
3.
Reconciliación
Estábamos
SEPARADOS de Dios por causa del pecado
Jesús
padeció la IRA de Dios.
El
dolor físico de la crucifixión y el dolor de cargar con el pecado de su pueblo
se agrava por el hecho de que Jesús enfrentó ese dolor solo.
Mateo 26:56
- Los discípulos lo dejaron...
…Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
Mateo 27:46
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz,
diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado?
Números 28:3
3Y les dirás:
Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos corderos sin tacha de
un año, cada día, será el holocausto continuo. 4Un cordero ofrecerás
por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.
Pero
Jesús nos reconcilió con el Padre.
2 Corintios
5:18-19
18Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
4.
Propiciación
Nosotros
merecíamos SUFRIR LA IRA de Dios en contra del pecado
Cargar
con la Ira de Dios
Por
encima de todo; el aspecto más difícil del dolor experimentado por Jesús fué el
dolor de cargar sobre sí la IRA de Dios.
Romanos 3:25-26
25a quien Dios
puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados, 26con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a
fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Jesús,
por amor a su pueblo, absorbió la Ira del Padre.
1 Juan 4:10
En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
1 Tesalonicenses 5:9-10
9Porque no nos
ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro
Señor Jesucristo, 10quien murió por nosotros para que ya sea que
velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.
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