Jesús pensó en la familia
“Mujer
he ahí tu hijo, hijo he ahí tu madre”
Juan
19:25
25Estaban
junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de
Cleofas, y María Magdalena. 26Cuando vio Jesús a su madre, y al
discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí
tu hijo. 27Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde
aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Desde la cruz del calvario, Jesús se ha dirigido a
la multitud para interceder por los suyos, y se ha dirigido al ladrón para
prometerle el paraíso. Ahora se dirige a su mamá, su mamá terrenal: María.
Aquí
es donde las “siete palabras de Cristo” se vuelven un desafío - ¿Qué podemos
decir respecto a ésta expresión de amor y cuidado de Cristo por su madre María?
– ¿Hay algún principio teológico en éstas palabras? ¿Se trata de alguna
doctrina central del evangelio?.
No
podemos caer en errores como alegorizar, espiritualizar o manipular el pasaje
de manera que “encaje” en alguna enseñanza “más profunda” – El texto (y los
hechos) son sencillos:
·
Jesús
tuvo una madre y un padre terrenales.
·
Para
la crucifixión ya no se nos dice nada de José y sólo aparece María
·
Jesús,
sabiendo que va a morir, con genuino amor y aprecio, encarga el cuidado de María
a su discípulo amado.
El
hecho de que Jesús haya venido a la Tierra nacido de mujer es parte esencial de
la encarnación, de la humillación del Rey de reyes al tomar forma de siervo
HECHO SEMEJANTE A LOS HOMBRES.
“Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, DIOS ENVIÓ A SU
HIJO, NACIDO DE MUJER y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley,
a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gal.4:4-5).
De manera que, para Jesús, la familia que
tuvo era importante.
Y así mismo, la familia que nos tocó es
importante para Jesús.
Establezcamos
5 realidades de nuestra familia a la luz de las escrituras…
[1] La familia es una bendición.
Tener Padres que te dan lo necesario e incluso se
sacrifican por ti.
Tener hermanos con quienes aprendes a vivir en
familia, a compartir y cuidar unos de otros.
Jesús tuvo la bendición de una familia. Tuvo papás:
¿Quién crees que lo amamantó? (María)
¿Quién le cambiaba los pañales cuando fue bebé?
(María)
¿Quién le enseñó el oficio de carpintero? (José)
¿Quién lo llevó por primera vez a la sinagoga?
(José)
Tuvo hermanos. (Esto es algo que muchos no quieren
aceptar, piensan que Jesús fue hijo único)
Mateo 13:54-57
54Vino a su tierra y les enseñaba en
la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían:
—¿De dónde
saca este esta sabiduría y estos milagros? 55¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus
hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56¿No están todas sus
hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, saca este todas estas cosas?
57Y se escandalizaban de él. Pero
Jesús les dijo:
—No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra
y en su casa.
No siempre nos toca la familia que hubiéramos
deseado; pero siempre es una bendición.
A Jesús no lo estimaron mucho sus hermanos, pero no
por eso él los despreció.
Dios nos dio
la familia que creyó mejor; no fue accidente o casualidad.
·
Así
que valora a tu familia como la bendición que es.
·
Honra
a tus padres, por más defectos que tengan, por más viejitos que sean, son
nuestros padres.
·
Ama
a tus hijos, por más difíciles que sean, por más diferentes que sean entre
ellos; son un préstamo de Dios y una bendición.
·
Pregúntale
a un huérfano o a una viuda; y te dirán que la familia con todo y sus
dificultades es una bendición.
[2] La familia es una
responsabilidad.
Junto a las bendiciones de estar en una familia hay
responsabilidad.
La tendencia de nuestros días es evadir esa
responsabilidad.
- Unión libre.
- Matrimonios modernos.
- Salirse de la casa (Escaparse)
- Quedarse en casa (¿Para qué adquirir
responsabilidades si me pueden mantener?)
Jesús fue responsable hacia su familia.
No tenemos muchas noticias acerca de José el padre
de Jesús, la biblia nos dice que era “justo”, así que una traición o abandono
hacia su familia, aunque no es imposible, difícilmente encaja con el cuadro
bíblico de él. Es más probable que haya muerto cuando Jesús era joven.
Y sabemos que de algún lugar tuvo que aprender
Jesús su oficio (carpintero) así que no es difícil pensar que José le encargó a
Jesús el negocio familiar.
Y hasta los 30 años, Jesús fue carpintero, proveyó
para su mamá y sus hermanos; por ser el primer hijo le habrá tocado la
responsabilidad familiar.
Esto es claro aún en sus últimos momentos de vida;
se sigue preocupando por su familia:
Le dice a su
mamá: he ahí tu hijo.
Le dice al
discípulo amado: he ahí tu madre.
No porque ya
no quiera hacerse cargo sino porque ya no podrá hacerlo…
¿Qué aprendemos?
Que mientras vivas y tengas familia debes hacerte
cargo de ella con amor y responsabilidad.
Es una pena ver en nuestros días:
·
Niños
abandonados en la basura
·
Ancianitos
abandonados en asilos
·
Niños
que no tienen comida porque sus padres se lo gastan todo en alcohol.
·
Niños
que se acostumbran a ver a mamá salir todas las noches de fiesta.
·
Papás
que son despojados de sus pertenencias por los buitres que tienen por hijos.
·
Hijos
que ya trabajan pero que no aportan nada a los gastos de su casa.
·
Padres
que abandonan a su familia por una aventura.
·
Hijos
que sólo buscan a sus padres cuando necesitan dinero.
Todos tienen algo en común: IRRESPONSABILIDAD hacia
la familia.
Tal como la familia es una bendición también es una
responsabilidad.
Así que, papá
y mamá: sigue educando a tus hijos y proveyéndoles lo necesario en amor. No
lleves la cuenta de lo que les das, dáselos por amor porque son tu
responsabilidad, la recompensa está en Jesús.
Pero también dales estructura, disciplina y
responsabilidades. Si desde niños no les enseñas a ser responsables, acabarán
por creer que siempre te tendrán y sufrirán de grandes.
Así mismo; hijo
o hija: mira a tus padres, haz la cuenta de todo lo que has recibido de
ellos y por amor a ellos y en gratitud a Dios trátalos bien, ámalos, y
provéeles según tus posibilidades.
- Se vale lavar trastes, lavar tu propia ropa,
arreglar tu cuarto, ir por las tortillas.
- Se vale invitar los refrescos, pagar la cena, pagar
el recibo…
- Se vale visitar a tus viejos y llamarles más
seguido…
1 Timoteo 5:4
4Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan
éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus
padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.
1 Timoteo 5:7-8
7Manda también estas cosas, para que sean
irreprensibles; 8porque si alguno no provee para los suyos, y
mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
[3] La familia es temporal.
El matrimonio es “Hasta que la muerte nos separe”
Los hijos vuelan del nido…
Las
adversidades, las oportunidades, el trabajo o la necesidad tienen su manera de
fragmentar a la familia.
La familia de Jesús atravesó por esto:
Ya dijimos que no sabemos qué pasó con José pero lo
cierto es que cuando Jesús tiene 30 años, no es mencionado.
Y a los 33 años, Jesús mismo tuvo que decir adiós a
su familia.
De manera que debemos aceptar ésta realidad: La
familia, nuestra familia es temporal.
Hay quienes se aferran a que la familia esté
siempre unida:
·
Conocí
a un señor construyó una gran casa (en realidad parecía una vecindad) porque
según él sus hijos al casarse seguirían viviendo con él. Simplemente él no
quería soltar a sus hijos…
·
Conocí
a una dama que inventó mil enfermedades con tal de irse a vivir con su hijo y
nuera.
Debemos
entender la realidad familiar: ES TEMPORAL.
Por eso debes disfrutarla mientras la tengas.
PADRES:
·
Aprovecha
cada momento de comunión.
·
Tómense
muchas fotos.
·
Deja
de trabajar horas extra con tal de tener más.
·
Mejor
es lo suficiente en familia que la abundancia en soledad.
·
CUMPLE
con tu rol de padre y el ministerio de PASTOREAR a tus hijos.
ESPOSOS
·
Cultiven
su relación en pareja.
·
Antes
que los hijos está el matrimonio: no puedes decir que amas más a tus hijos.
·
Porque
al final, la pareja se queda tal como comenzó: solos.
HIJOS:
·
Aprovechen
a sus padres.
·
No
los ignores pensando que sólo nos quieren sermonear.
·
Platica
con ellos, no les cierres la puerta del cuarto.
·
Mímalos
mientras puedas… mientras los tengas.
·
Así
no habrá remordimientos si el Señor te los quita.
“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”
[4] La familia es después
de Dios.
Comúnmente escuchamos o decimos “La familia es
primero” Pero a pesar de su importancia; la familia NO es lo más importante.
Jesús obedeció al Padre celestial antes que a la
familia terrenal.
Juan 7:3-7
3y le dijeron sus hermanos:
—Sal de aquí,
y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces,
4porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si
estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
5Ni aun sus hermanos creían en él. 6Entonces Jesús les dijo:
—Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo
siempre está preparado. 7No puede el mundo odiaros a vosotros; pero
a mí me odia, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
Jesús es la causa de división en muchas familias. Pero
aun así, debemos ser firmes y mantener nuestra determinación de obedecer al
Señor antes que a la familia misma.
Josué tuvo que decir un día al pueblo de Israel: “Ustedes
sirvan al Dios que quieran pero YO y MI CASA (familia) serviremos a Jehová”
Llega el momento en que nosotros tenemos que
decirle lo mismo incluso a nuestra familia:
“Ustedes hagan lo que quieran, pero YO serviré a
Jesús”
Mateo 10:34-38
34No penséis que he venido para traer paz a la tierra;
no he venido para traer paz, sino espada. 35Porque he venido para
poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la
nuera contra su suegra; 36y los enemigos del hombre serán los de su
casa. 37El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí;
el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38y el que
no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
Dios es primero, incluso primero que la familia.
Jesús no dice que está en contra de la familia:
·
Jesús
recibió bendiciones de su familia.
·
Jesús
fue responsable hacia su familia
·
Jesús
amó a sus hermanos y padres.
PERO JESÚS OBEDECIÓ POR
ENCIMA DE TODO AL PADRE CELESTIAL.
No se
trata de desentendernos de nuestra familia, sino de poner en primer lugar a
Dios.
La
promesa es que cuando lo ponemos a él en primer lugar, nos convertimos en
instrumentos para alcanzar a nuestros parientes.
Por
eso es posible anhelar “familias transformadas”.
Cuando la familia es un obstáculo en nuestra
relación con Jesús, debemos mostrar determinación y con sabiduría y amor
decirles: “Lo siento, pero Dios es primero”
[5] La familia
necesita a Cristo
Debemos ser intercesores por nuestra familia al
estilo de Job
“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días” [Job.1:5]
Necesitamos ser ejemplo de vida e inculcar una fe no fingida al estilo de Eunice y Loida
“Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días” [Job.1:5]
Necesitamos ser ejemplo de vida e inculcar una fe no fingida al estilo de Eunice y Loida
“trayendo a
la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que
en ti también” [2Tim.1:5]
Podemos confiar en la promesa del EVANGELIO que
abarca familias completas.
“Porque
para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” [Hech.2:39]
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ENTONCES:
·
Da
gracias a Dios por tu familia
·
Aprovéchala
mientras la tengas.
·
Cumple
tu responsabilidad hacia tu familia, especialmente tu labor de pastorear a tus
hijos y de edificar tu hogar en Cristo.
·
NO
hagas de tu familia un ídolo; ni la base de tu felicidad.
Y recuerda que tu familia
necesita a Cristo más que nada.
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