Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado,
dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.
Juan 19:28
Nuevamente, con el riesgo
de ser tildados de simplistas, hemos de advertir lo inapropiado y falaz que es
construir enseñanzas basadas en la imaginación o creatividad, por más útiles o
inspiradoras que puedan parecer…
He escuchado personas que
sobre esta frase de Jesús, “TENGO SED” construyen “enseñanzas” que no son más
que ideas a título personal… “Jesús tiene sed… sed de justicia, sed de almas,
sed de arrepentimiento, sed de adoración…” …nada de esto dice el texto. Así
mismo, es inútil tratar de encontrar un significado profundo de la expresión “Tengo
sed” - ¿Qué habrá querido decir Jesús con
“tengo sed”? – Pues… quizá… él quiso dar a entender que… ¡Tenía sed! - Así de
sencillo, tenía sed, su boca estaba reseca, ya había soportado bastante tiempo
colgado en la cruz, tuvo que caminar hasta el calvario cargando el instrumento
de tortura - eran las horas del día de
mayor calor; el tenía sed…
El Hijo de Dios, verdadero
Dios y verdadero hombre – experimentó en carne propia, sin atenuaciones, la
totalidad de la miseria humana – tenía hambre, se cansaba, sudaba, y tenía sed –
lo asombroso de la encarnación es que Jesús no aminoró para sí el dolor, la
fragilidad, el cansancio y la miseria de la condición humana tras la caída –
experimentó cada parte de su humillación como verdadero hombre – sin que esto
disminuyera su divinidad – he ahí el misterio; que la misma persona que colocó
los astros en su lugar, que quien abrió el mar e hizo llover el maná; tuvo que
caminar, tuvo que soportar hambre y tuvo sed…
Así que éstas palabras significan que Jesús conoce personalmente la condición humana, con toda su miseria, privación, dolor, fragilidad y cansancio. Hasta antes de la encarnación, las personas podrían quejarse de la miseria humana - ¡Dios, tú no sabes lo difícil que es vivir de éste lado! – Pero tras la encarnación, Dios lo sabe – puesto que el Hijo experimentó la privación, la tragedia, el dolor, la pérdida de los amigos, el menosprecio de la gente, la traición del prójimo, la burla de los escépticos y lo difícil de decir adiós a los seres queridos…
Así que éstas palabras significan que Jesús conoce personalmente la condición humana, con toda su miseria, privación, dolor, fragilidad y cansancio. Hasta antes de la encarnación, las personas podrían quejarse de la miseria humana - ¡Dios, tú no sabes lo difícil que es vivir de éste lado! – Pero tras la encarnación, Dios lo sabe – puesto que el Hijo experimentó la privación, la tragedia, el dolor, la pérdida de los amigos, el menosprecio de la gente, la traición del prójimo, la burla de los escépticos y lo difícil de decir adiós a los seres queridos…
¿Qué hay en esas tres
palabras?
[1] Son palabras de cumplimiento.
Incluso en éstas palabras,
Jesús está cumpliendo una más de las muchas profecías y anticipos que hubo de
su ministerio – el nacimiento virginal, la huida a Egipto, la traición de
Judas, la crucifixión, el ser contado con los criminales – he incluso el TENER
SED – todo se cumple en CRISTO.
Salmo 69:21
Me pusieron además hiel por comida y en mi sed me dieron a
beber vinagre.
[2] Son palabras de sufrimiento
Junto a los demás nombres
y títulos de Cristo, “Rey de Reyes”, “Hijo de David”, “Mesías”, “Emmanuel”, “Salvador”,
etc… coloque un nombre más: VARÓN DE DOLORES – porque él sufrió en verdad la
miseria humana – no fingió sufrir, no aminoró el sufrimiento con su poder – el sufrió
todo lo que implica el ser humano.
Isaías 53:3
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos.
1 Pedro 1:10-11
10Los profetas que
profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente
indagaron acerca de esta salvación, 11escudriñando qué persona y qué
tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de
antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
[3] Son palabras de acompañamiento
El hijo de Dios, habiéndose
despojado a sí mismo y hecho vulnerable a la miseria, puede SOLIDARISARE con el
que llora, con el que sufre, con el que tiene hambre, con el que lamenta un
funeral, con el que padece menosprecio – con el pobre, con la viuda, con el
mendigo y el huérfano – él nos acompaña en su pleno conocimiento de la dura
realidad de la miseria humana. Por eso puede compadecerse de nosotros con
sincera y verdadera misericordia.
Hebreos 4:14-15
14Por tanto, teniendo un
gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra profesión. 15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no
pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado.
[4] Son palabras de BREVE sufrimiento
Filipenses 2:8-11
8y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta
lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Con todo, el Hijo de
Dios está soportando brevemente el cansancio, el dolor y la sed del calvario –
habrá de soportar también la IRA y CONDENACIÓN como sustituto por los redimidos
– pero esto será momentáneo. Tras la muerte, tras la consumación; vendrá la
victoria, la glorificación y la bienvenida en el paraíso.
¿Cómo puede el Mesías
sufriente soportar la miseria en su máxima expresión? - ¿De dónde extrae la
fortaleza necesaria para soportar hasta la última gota de dolor? – El mira el
gozo venidero, el mira la gloria que vendrá tras el sacrificio consumado – y entonces,
soporta el dolor.
Hebreos 12:2 DHH
Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe
y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo
vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo
y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios.
Es esa misma experiencia
de Cristo la que ha de servirnos para considerar nuestras aflicciones y
calamidades no a la luz del presente, sino de la eternidad – y poniendo la
mirada en la gloria y gozo que están reservados para quienes en Cristo
permanecen fieles en la fe y la esperanza del evangelio – algún día, toda la
aflicción, todo el dolor, todo el llanto, toda la miseria, toda traición, toda
enfermedad, todo gemido y trago amargo será sólo cosa del pasado; cada lágrima
será enjugada por el Señor Jesús, en victoria. – Por ahora, podemos saber que al
decir “Tengo sed”, Jesús nos dice a cada creyente en aflicción – “Yo sé lo duro
que esto es – se fiel, pronto acabará”
2 Corintios 4:17-18
17Porque esta leve
tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno
peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las
que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven
son eternas.