jueves, 24 de marzo de 2011

Juan 3:16 - El Mandamiento


El mandamiento de la cruz

CREER

Hay un creer que es en vano

1 Corintios 15:1-2

1Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.

Lucas 8:13

13Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.

Santiago 2:19

19Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

Hay un CREER que es auténtico:

Hechos 19:18

18Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.

Gálatas 2:16

16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Efesios 1:13

13En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

CREER en Jesús significa vivir de acuerdo a aquello que confesamos acerca de él.

Si confesamos que él es nuestro Señor, deberíamos vivir de acuerdo a eso.

De hecho, veamos 5 aspectos de lo que implica creer en Jesús:

1) El evangelio nos manda creer en Jesús como CREADOR.

Colosenses 1:15-16

15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

2) El evangelio nos manda creer en Jesús como PROFETA

Deuteronomio 18:18-19

18Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. 19Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.

Juan 14:10-11

10¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

3) El evangelio nos manda creer en Jesús como SACERDOTE

1 Timoteo 2:5-6

5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

Hechos 4:12

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

4) El evangelio nos manda creer en Jesús como REY

Juan 18:36

36Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.

Apocalipsis 17:14

Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.


5) El evangelio nos manda creer en Jesús como DIOS

Tito 2:13

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo

Hechos 20:28

Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. (NVI=DIOS)

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1 Juan 2:23

Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.

Colosenses 2:9

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.




El mandamiento: CREER

Traducido y arreglado de John Piper - Diciembre 18/1994
por Samuel Hdz. Clemente (Marzo 2009)


Hemos tratado de estructurar éstos mensaje de manera que nos hagan fácil recordar lo que debemos incluir al momento de compartir con otros el evangelio. Supongamos que un conocido te pregunta: ¿Eres tú uno de esos cristianos?, Usted podría contestar: No se si te refieres a los mismo que yo cuando hablas de los cristianos ¿Porqué no platicamos un poco acerca de nuestros puntos de vista?

Y en una plática amigable podría decirle: Una manera fácil de resumir mi fe es en las palabras de Jesús en Juan 3:16

“Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna”


  • Jesús nos está haciendo una ADVERTENCIA: Estamos en peligro de perecer.

  • Jesús nos está ofreciendo un REGALO: El Amor de Dios

      • Jesús nos está declarando un MANDAMIENTO: Creer en él

    • Jesús nos está haciendo una PROMESA: Vida Eterna


Espero que al terminar de estudiar Juan 3:16, tengamos un panorama claro del evangelio y podamos compartirlo con mayor facilidad.

El mandamiento de la cruz es: Creer


Creer es la conexión vital entre tu alma y el amor salvador de Dios.

Si no creemos nos estamos perdiendo el amor de Dios y nos encontramos bajo la ira de Dios.

Juan 3:36 dice:

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.


Creer es lo que nos une con el amor de Dios.

Notemos la manera en que Jesús se refiere al amor redentor de Dios: Tanto amó Dios al mundo que los creyentes no perecerán.

Una manera sencilla de expresar ésta verdad es que el amor de Dios es suficiente para salvar a todo el mundo pero eficiente para salvar a quienes crean.

Eficiente quiere decir que con toda seguridad aquellos que creen son rescatados en el amor de Dios. los creyentes son salvados de perecer. El amor de Dios no tiene éste efecto en aquellos que no creen; ellos perecerán.

Así que creer es absolutamente necesario.


El mundo se divide en 2 grupos cuando el evangelio es presentado: aquellos que creen y aquellos que no creen.

Quienes creen son llamados para vida en el amor de Dios y rescatados de perecer.

Aquellos que no creen permanecen bajo la ira de Dios.

Creer es la conexión directa y vital con el amor de Dios. no nuestra raza, no nuestra capacidad intelectual, no lo es nuestra asistencia a la iglesia, o nuestra herencia teológica, o nuestras buenas obras. La conexión es CREER en el Hijo de Dios. ¿Qué quiere decir eso? Creer nos une al amor de Dios para ser salvos.


El centro de la fe es Jesucristo,
el Hijo de Dios ENVIADO por el Padre.

Juan 3:16 nos dice que el Padre envió al Hijo.


A veces Jesús menciona que es creer en el PADRE que lo envió lo que nos proporciona vida eterna:


Juan 5:24

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.


Otras veces, Jesús dice que es creer en el HIJO enviado lo que nos asegura la vida eterna:


Juan 3:36

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.


¿Cuál de estas dos aseveraciones es verdad? AMBAS [Juan 12:44-45]

44Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; 45y el que me ve, ve al que me envió.


Para Jesús, todo verdadero creyente en él es un creyente en el Padre. El mensaje a creer es que Dios es el Padre, y que en su amor envió al Hijo, y que Jesús es el Hijo, la revelación del Padre, la manifestación visible de Dios Padre; y que conocer a Jesús es conocer a Dios.

Así que la permanente y constante actitud del corazón que nos une al amor de Dios es creer en Jesús como el Hijo de Dios enviado por el Padre.


1. Creer es una actitud constante.

Creer es una actitud constante del corazón, no un evento aislado.

El tiempo de los verbos que usa Juan lo dice todo: “para que todo aquel que en él cree [no creyó], no se pierda, mas tenga vida eterna.” El tiempo presente en el idioma griego describe una acción continua.


Juan 20:31 nos dice la razón por la cual fue escrito el evangelio completo, y deja en claro la necesidad de creer como una actitud continua:


“Pero éstas se han escrito para que creáis [tiempo aoristo: vengan a creer, o crean] que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo [tiempo presente: creyendo constantemente], tengáis vida en su nombre”


Creer es vital para recibir el amor redentor de Dios. y es necesario que el CREER sea una actitud permanente y constante del corazón.

Es muy peligroso y poco sabio el basarnos en un momento del pasado para contestar la pregunta ¿Soy cristiano?

La pregunta es ¿Estás creyendo en Jesús, el Hijo de Dios? ¿Crees en él con todo tu corazón de manera constante y permanente?



2. Creer es aceptar la verdad completa

Creer es aceptar plenamente la verdad acerca de Jesús.

Creer no es algo borroso o emocional.


Hay una verdad específica que creer: y es verdad ya sea que la creas o no.

El cristianismo es diametralmente opuesto al relativismo de nuestros días;
“Esto es verdad para mí, pero no es necesario que sea verdad para ti”
Cristo es quien él es, quieras creerlo o no.

La verdad es verdad, lo creamos o no.

Y la fe genuina en Jesús acepta la realidad de Jesús.


Juan 17:8

Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.


Ellos entendieron y aceptaron como realidad los hechos acerca de Jesús – Él vino del Padre. Y aceptaron los hechos de Jesús como reales.

Creer incluye aceptar plenamente la realidad acerca de Jesús.

(No puedo creer que Jesús nació en Belén, pero que no convirtió el agua en vino.

No puedo creer que Jesús murió en la cruz pero negarme a creer que sanó a los 10 leprosos.
Lo creo Todo o no creo nada)

Tenemos que conocer, creer y enseñar las verdades concretas de Jesús.



3. Creer es estar satisfecho con Jesús.

Creer es estar satisfechos en nuestro corazón con Jesús, como nuestro Dios Verdadero.

Si creer fuera sólo aceptar los hechos acerca de Jesús, como mera información, esa creencia no es diferente a la de los demonios (quienes creen y tiemblan según Santiago 2:19).

Aceptar la verdad acerca de Jesús es necesario pero no es suficiente; eso no nos hace cristianos. Creer significa estar satisfecho con Jesús como nuestro Dios verdadero.


Juan 6:35

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.


Creer en Jesús es venir a él y saciarnos sólo en él. Creer en él es atesorarlo como el único que puede saciar nuestra hambre espiritual y nuestra sed espiritual. Creer en Jesús renueva nuestros deseos del corazón; reordena nuestras prioridades, reorienta nuestros intereses. Lo que alguna vez nos satisfizo, ahora es desabrido. Creer en Jesús hace brotar nuevos antojos en nuestro corazón.


Alguna vez nuestra alma estuvo satisfecha [o eso creíamos] con lo que el mundo pudo ofrecernos, pero ahora en Cristo, estamos tan satisfechos que el mundo entero sabe a nada.


Juan 14:1

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.


En otras palabras, creamos que todo lo que es real acerca de Dios es real en Jesús; y tendremos consuelo para nuestro turbado corazón.


Creer no es solamente un ejercicio intelectual. Creer es una experiencia que envuelve el corazón, los deseos, los pensamientos, las emociones, la vida entera. Creer es encontrar alivio para nuestro turbado corazón y sustento para nuestra alma hambrienta.


§ Creer nos conecta con el amor de Dios; no hay rescate para los incrédulos.

§ Creer es una actitud constante; no sólo un evento aislado.

§ Creer es aceptar a Jesús como el enviado del Padre.

§ Creer es aceptar la realidad de Jesús.

§ Creer es encontrar satisfacción spiritual en Jesús.


4. Creer es obra de Dios

Creer es una obra de Dios, no la iniciativa del hombre.

Esto no elimina lo que hemos dicho antes – Que creer es una decisión humana de aceptar a Jesús como alguien real y estar satisfecho con él en nuestro corazón. Eso es verdad; pero la Biblia enseña que la mente humana esta cegada a la verdad espiritual, y que el corazón humano es renuente al evangelio. ¿Entonces, puede alguien ser salvo?

La respuesta de Jesús es clara.


Juan 6:44

Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere…”


Juan 6:37

“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera”


Juan 6:65

“Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre”


La respuesta de Jesús a la ceguera del hombre y a la dureza espiritual es que El Padre las elimina.

Él quita la ceguera de la mente y reemplaza el corazón de piedra.

Él nos alumbra para que podamos ver la verdad de Jesús, la revelación de su gloria y nos da la bendición de poder saborear la satisfacción que sólo Jesús puede darnos.

Y hace todo esto de manera sencilla; por medio de las palabras de verdad, como en Juan 3:16, o como en éste sermón. Dios está obrando justo ahora, quitando la venda de los ojos y tocando corazones.

Mi invitación es; no endurezcas tu corazón, no pongas dura tu cerviz; doblégate ante la palabra del Señor. Cree en Jesús y no perecerás sino que tendrás vida eterna.

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