martes, 22 de enero de 2019

El deleite del asombro en Dios



Voy a clamar al Dios altísimo, al Dios que en todo me ayuda.
Salmo 57:2

Hay dos maneras en que Dios se manifiesta a nosotros, por su PALABRA y por sus OBRAS. La grandeza de las obras de Dios en la creación y en la providencia consiste en que confirman lo que Él ha dicho en su Palabra escrita.
Hay un gran deleite para el pueblo de Dios en observar la providencia divina. La providencia no solo les lleva al cielo, sino también, trae el cielo a sus corazones ahora. El más sabio Dios dirige todo providencialmente para su propia alabanza y la felicidad de su pueblo, aún si todo el mundo está ocupado moviendo sus velas y remando en una dirección contraria a los propósitos de Dios. Es una delicia fijarse en cómo el mundo lleva a cabo los propósitos de Dios aún oponiendose a ellos; como termina haciendo Su voluntad, intentando resistirla; y como, incluso multiplica su Iglesia mientras pretende erradicarla.
Hay goces en la vida cristiana que son demasiado grandes para ser descritos. Entre éstos se encuentra el deleite de estudiar la providencia divina en nuestra propia experiencia personal. Pruébalo por ti mismo, gústalo y verás. No se necesitará más persuasión.

------John Flavel / “El misterio de la providencia”

Que no termine este día sin asombrarte ante la providencia de Dios; todo cuanto pasó, en el momento en que ocurrió y de la manera en que aconteció, estuvo siempre bajo el control de Dios.

Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
Salmo 89:11

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