Voy
a clamar al Dios altísimo, al Dios que en todo me ayuda.
Salmo 57:2
Hay dos maneras en que Dios se
manifiesta a nosotros, por su PALABRA y por sus OBRAS. La grandeza de las obras
de Dios en la creación y en la providencia consiste en que confirman lo que Él
ha dicho en su Palabra escrita.
Hay un gran deleite para el pueblo de
Dios en observar la providencia divina. La providencia no solo les lleva al
cielo, sino también, trae el cielo a sus corazones ahora. El más sabio Dios
dirige todo providencialmente para su propia alabanza y la felicidad de su
pueblo, aún si todo el mundo está ocupado moviendo sus velas y remando en una
dirección contraria a los propósitos de Dios. Es una delicia fijarse en cómo el
mundo lleva a cabo los propósitos de Dios aún oponiendose a ellos; como termina
haciendo Su voluntad, intentando resistirla; y como, incluso multiplica su
Iglesia mientras pretende erradicarla.
Hay goces en la vida cristiana que son
demasiado grandes para ser descritos. Entre éstos se encuentra el deleite de
estudiar la providencia divina en nuestra propia experiencia personal. Pruébalo
por ti mismo, gústalo y verás. No se necesitará más persuasión.
------John
Flavel / “El misterio de la providencia”
Que no termine este día sin asombrarte
ante la providencia de Dios; todo cuanto pasó, en el momento en que ocurrió y
de la manera en que aconteció, estuvo siempre bajo el control de Dios.
Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y
su plenitud, tú lo fundaste.
Salmo 89:11
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