En la historia de José hay
doce pasos de la providencia a través de los cuales llegó a ser Primer Ministro
de Egipto. Si uno solo de ellos hubiera fallado, entonces la historia habría
terminado en una forma distinta. En tiempos de Esther, hubo siete actos de la
providencia, los cuales se combinaron para producir la caída de Amán y salvar a
los judíos de la destrucción. Dios es capaz de hacer diferentes cosas para
cuidar a su pueblo, tal como un trabajador usa toda clase de herramientas en su
trabajo. En la misma forma que un artesano toma un trozo de madera rústica y la
convierte en una obra de arte, de igual manera las manos más dotadas usan las
herramientas en el taller de la providencia.
Si los
asuntos del pueblo de Dios no son gobernados por una providencia especial,
¿Cómo es que los medios más poderosos y astutos empleados para su destrucción
no tienen efecto, y los medios más débiles e insignificantes empleados para su
protección tienen éxito?
Tal
fue el gran poder y habilidad usados por faraón en su intento para destruir al
pueblo de Israel, que parecería a la razón natural que sería imposible escapar.
Los emperadores romanos quienes conquistaron el mundo usaron todo su poder
contra la pobre e indefensa Iglesia, ¡Pero la Iglesia sobrevivió! Si la mitad
de ese poder hubiera sido empleado contra cualquier otro pueblo, ciertamente lo
habría destruido por completo. Dios hizo buenas sus promesas: “Destruiré a
todas las naciones... pero a tú no te destruiré.” (Jer.30:11) “Ningún
arma forjada contra ti prosperará...” (Isa.54:17). Por otro lado, cuán
débiles e inseguros medios fueron escogidos para plantar el cristianismo en el
mundo. Cristo no escogió a hombres de autoridad en las cortes de los reyes,
sino doce hombres comunes siendo pescadores los principales entre ellos. Estos
fueron enviados no juntos, sino unos a un país y algunos a otro; y no obstante
en un corto período de tiempo el evangelio se esparció e iglesias fueron
plantadas en los diferentes reinos del mundo. Desde aquel entonces hasta el día
de hoy, una providencia especial ha guardado a los creyentes en tiempos de
peligro y ha prevenido todos los intentos para destruirles.
------John
Flavel / “El misterio de la providencia”
Sólo
considera con asombro y gratitud ¿De cuántos males y peligros no te ha librado
Dios? ¿Cuántos detalles calibró perfectamente para darte el existir, para
sustentarte con el pan de cada día, para hacerte conocer su evangelio de gracia
y perdón? ¿Cuántos hilos fueron tejidos detrás de cada bendición que gozas,
detrás de cada persona que te rodea y en cada situación en que te encuentras?
¿NO hace una gran diferencia saber que Dios está al control de cada detalle?
…de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es
mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. (Heb.13:6)