sábado, 27 de noviembre de 2010

Somos hijos de un Padre SOBERANO

"Venga tu reino”

Dios no existe para nosotros,

nosotros existimos para él.

Antes de que fuéramos creados, Dios ya era Dios.

Todo lo que existe fue creado NO para nosotros sino para SU GLORIA.

¿Quiere decir que no somos beneficiados?

Claro que no, somos los más afortunados y beneficiados en el plan de Dios.

Pero el plan de Dios es hacer un intercambio:

Él nos saca del hoyo de la desesperación para que le alabemos.

Él derrama bendiciones sobre nosotros para que le demos gracias.

Él nos envió a su Hijo amado, para que por él tuviéramos vida eterna, para que le alabemos eternamente.

Él nos brinda la verdadera felicidad para que dependamos de él en ésta vida y no deseemos nada más que a él.

Así, concluimos que la prioridad de Dios no somos nosotros sino la alabanza de su nombre.

Para eso fuimos creados.

Entonces ¿Dios necesita nuestra alabanza? NO, pero demanda que sus criaturas le alaben

Y cuando has sido bendecido, recatado y transformado por Dios, no tienes problema en adorarlo.

¿Entonces, cual es la prioridad de Dios?

¿En qué esta ocupado hoy nuestro Dios?

¿A qué se dedica DIOS? A establecer su reino.

Cuando decimos “Venga tu reino” estamos diciendo “Termina tu obra”

Cuando digo que Dios está ocupado, lo digo en términos humanos; pues Dios sigue siendo Dios, sigue sosteniendo a su creación y sigue gobernando cada detalle de la historia y la existencia humana.

Pero su prioridad se mantiene clara:
Consumar el Reino.


Dios le ha dado prioridad al establecimiento de su Reino; Sigamos pidiendo que su Reino venga a nosotros.

3 implicaciones del clamor “Venga tu reino”


1. Es el anhelo de la creación.

Romanos 8:19-22

19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;


2 Pedro 3:13

13Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.


2. Es el terror de los incrédulos

2 Pedro 3:10-12

10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

11Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!


Sofonías 1:14-18 [RV95]

14»¡Cercano está el día grande de Jehová! ¡Cercano, muy próximo! Amargo será el clamor del día de Jehová; hasta el valiente allí gritará. 15Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento,
16día de trompeta y de alarido sobre las ciudades fortificadas y sobre las altas torres. 17Llenaré de tribulación a los hombres, y ellos andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová. Su sangre será derramada como polvo y su carne como estiércol.
18»Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo, porque él exterminará repentinamente a todos los habitantes de la tierra».

No hay lugar para pensar en un aniquilamiento total o en una muerte como destino final: hay un castigo eterno para el pecador que comenzará precisamente cuando venga el reino de Dios.


Apocalipsis 6:15

15Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?


Malaquías 4:5

5He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. 6El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.


Jesús identifica a Elías con Juan el Bautista. (Mateo 11:14) ¿Qué predicaba Juan el bautista?


Mateo 3:1

1En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.


Hasta hoy, éste mensaje de Juan sigue vigente: arrepentíos porque el Reino se ha acercado (en Jesús) y está próximo a ser consumado.


Romanos 2:5

5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,


3. Es la esperanza de la Iglesia

Romanos 8:23-24

23y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.


Es en ésta esperanza que las diversas adversidades son llevaderas y vale la pena soportarlas.


Romanos 8:18

18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.


La esperanza cristiana no descansa en lo que Dios pueda hacer por nosotros aquí, sino en lo que hará cuando venga su reino.

No se fundamenta en una vida de prosperidad, de “pare de sufrir”, no es el anhelo de una “vida de princesas” con comodidades y lujos; sino el anhelo de estar presentes delante del Señor por la eternidad.

Eso ocurrirá cuando venga el Reino de Dios.

¿Es éste tu anhelo?

Me temo que aquellos que no anhelan esto (la venida del reino), sino que anhelan una vida bonita nadamás, no recibirán ni lo uno ni lo otro.


2 Corintios 4:16

16Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.


CONCLUYENDO:

La consumación del REINO
Es el broche de oro de la historia

Apocalipsis 21:5

5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.


Apocalipsis 22:20

20El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.

Nuestro Padre es un Dios que hasta hoy trabaja en una prioridad:

Establecer su REINO.

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