“PADRE NUESTRO”
“Topogigio” hizo muy famosa una canción que decía “Como mi papá, como mi papá, ¡Qué lindo sería parecerme a mi papá!” De alguna manera, éste debiera ser el anhelo de cada creyente para con Dios, parecernos a él, nuestro PADRE.
Pero para ser semejantes a él, para ser parecidos a él, es necesario ser hijos de él; es necesario tener comunión con él.
Jesús dijo una vez:
27Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Mateo 11:27
Nadie más conoce al padre sino sólo YO.
Esa es una declaración muy escandalosa ¿Cómo reaccionaríamos hoy si Jesús la pronunciara entre nosotros?
Lo que Jesús dijo implica que nadie sobre la faz entera de la tierra, no importa cuan religioso pretenda ser, o cuan moralista aparente ser; NADIE conoce a Dios, excepto el HIJO, y vino precisamente a revelarnos al Padre.
Si su declaración es verdadera (Y efectivamente lo es) haríamos muy bien en pedirle a Jesús que nos enseñe a dirigirnos al Padre tal como los discípulos lo hicieron con Jesús.
1Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Lucas 11:1- 4
Al pedirle – Enséñanos a orar, están diciendo “Preséntanos a tu Padre, ayúdanos a hablar con él”
Y Jesús responde con una oración como ejemplo.
Debo aclarar, que por sí sola ésta oración no es una receta mágica, ni un amuleto; sólo cuando sale de un corazón arrepentido y confiado en los méritos de Cristo es que tal oración tendrá sentido.
Y lo que haremos éstos siguientes domingos será analizar una a una las declaraciones de la oración que nos enseñó Jesús.
Propósito de ésta serie:
Conocer más y mejor el carácter del Dios al que adoramos.
Dios NO es una fuerza, sino una persona que quiere relacionarse con sus criaturas.
Adoramos a un Dios que quiso ser nuestro Padre.
3 Implicaciones de la declaración “PADRE NUESTRO”
1. Es un padre CELOSO que demanda EXCLUSIVIDAD
Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
Éxodo 34:14
Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.
Deuteronomio 4:24
14No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; 15porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.
Deuteronomio 6:14
¿El celo de Dios es malo?
¡NO! Es gracias a su celo que puede decir “mis ovejas son mías y nadie me las arrebata” es su celo el que nos protege y es su celo el que nos redimió:
6Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Isaías 9:6
En el corazón de los hijos de Dios debe haber amor y fidelidad para sólo un DIOS, y éste Dios celoso no permite la traición; demanda amor real, constante y dependiente.
2. DIOS es un padre CERCANO que desea INTIMIDAD
La religiosidad no provee verdadera intimidad; hoy está de moda la religiosidad; pero tal religiosidad que no se centre en Jesucristo y que no tenga como propósito darle gloria y honra a Dios tal como se ha revelado en la biblia; tal religión no es verdadera.
La única manera en que Dios se ha hecho cercano es por medio de la obra y persona de su HIJO Jesucristo, éste Dios sólo admite como hijos a quienes reciben a Jesucristo como el Rey de reyes, como el sacrificio perfecto, como el mediador del nuevo pacto; sin Jesús TODOS estamos alejados de DIOS el Padre.
7Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
Mateo 15:7
Desde la traición que cometimos en el huerto del Edén, nos hemos escondido y alejado de Dios tal como Adán y Eva lo hicieron; pero el Padre celestial ha seguido buscando a sus hijos, ofreciéndoles una nueva relación de perdón; no quiere hueca religiosidad, sino verdadera intimidad.
La crisis familiar que vivimos en nuestro mundo, es un reflejo de la crisis espiritual.
en casa no hay comunicación, muchos padres ignoran lo que hay detrás de la puerta de sus hijos; nos escondemos detrás de computadoras, detrás de celulares y detrás de vidrios polarizados; ya no hay relaciones profundas y duraderas; sino relaciones pasajeras, superficiales, y sin compromiso…
¿Pero qué queríamos si lo mismo hemos hecho con Dios? Nos escondemos de él, acallamos a nuestra conciencia viendo TV por horas y horas, trabajando desde que amanece hasta que anochece; y si lo buscamos, es solamente por unas pocas horas; bajo la sombra de la religiosidad. Dios siempre está ahí diciéndonos “Acércate a mí, si tan sólo me prestaras atención, si tan sólo me conocieras más sabrías que tu vida no es tan difícil y tus problemas no son tan graves; si tan sólo te acercara s a mí conocerías la dicha para la cual fuiste creado” (Salmo 16:11)
Cercano está Jehová a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras.
Salmo 145:18
3. DIOS es un padre SUPREMO que merece ADORACIÓN
Puesto que nuestro padre es un Padre Celestial, deberíamos entender que no es igual a nosotros, no es “diosito”, no es “chuchito”, es el Dios cuyo nombre es Santo, es el Dios que habita en luz inaccesible, Pablo lo describe con palabras intensas:
…el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 16el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
1 Timoteo 6:15
¿Cómo deberíamos acercarnos a un padre tan especial?
La respuesta es: CON ASOMBRO y ese asombro se llama ADORACIÓN.
1Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. 2Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza. 3Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos. 4Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre.
Salmo 66:1-4
Job 9:4-8 (DHH)
4Dios es grande en poder y sabiduría, ¿quién podrá hacerle frente y salir bien librado? 5Dios, en su furor, remueve las montañas; las derrumba, y nadie se da cuenta. 6Él hace que la tierra se sacuda y que sus bases se estremezcan. 7Él ordena al sol que no salga, y a las estrellas, que no brillen. 8Sin ayuda de nadie extendió el cielo y aplastó al monstruo del mar.
(RV60) 9El hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, Y los lugares secretos del sur; 10El hace cosas grandes e incomprensibles, Y maravillosas, sin número.
Lo que Dios merece de sus hijos es el asombro de ellos; tal como para un pequeño es asombroso ver a su papá; de alguna manera, nuestro padre se vuelve nuestro héroe; cuando somos niños creemos que no hay nadie más fuerte que él, nadie más alto que él; que papá tiene la solución para todas las cosas… ese asombro obviamente se reduce conforme crecemos; pues nos damos cuenta de que papá, con todas sus cualidades también tiene límites y defectos; pero no debería ocurrir así con nuestro PADRE CELESTIAL, sino todo lo contrario; conforme más lo conocemos más patente se hace su grandeza y más manifiesto debería ser nuestro asombro; y la adoración de cada día debiera ser ¡No hay nadie como tu, Mi Dios! ¡Mi Padre!
CONCLUYENTO:
El Padre envió al HIJO para ser NUESTRO.
Nosotros no merecíamos llamarnos hijos de Dios, luego de que lo traicionamos y nos rebelamos contra él; pero él decidió persistir en su amor y misericordiosamente proveyó al SALVADOR Jesucristo, de manera que el DIOS que tiene todo el derecho a decirnos ¡Apártate de mí! Ahopra, por el sacrificio eficaz de Cristo, a todo aquel que se arrepiente y cree en Él, le dice ¡Ven a mí, hijo!
Por eso la roca de nuestra esperanza y la garantía de nuestra adopción es Jesús, el HIJO; que en una misión e rescate bajó a morir por pecadores como nosotros.
Éste Hijo es IGUAL al PADRE, como dice el dicho “de tal palo… tal astilla” Jesús es el vivo retrato de DIOS, no en el sentido de apariencia física (pues Dios es Espíritu) sino en su carácter y en su dignidad (EL HIJO y EL PADRE son iguales en Poder y Gloria)
Jesús es CELOSO como su Padre, por eso se enfureció al ver que en el templo no había adoración sino mercadería; por eso llamó hipócritas a quienes alababan de boca pero no de corazón; por eso demandó que se siguiera el camino angosto.
Jesús es CERCANO como su Padre, de hecho, Jesús hizo cercano al Padre. Nosotros estábamos lejos, pero él abrió camino hasta el trono de Dios, al cual ahora podemos acercarnos confiadamente para encontrar gracia para el oportuno socorro.
Jesús es DIVINO como su Padre. La consternación de la gente de su tiempo los hizo preguntarse ¿Quién es éste? ¿Quién es éste que puede resucitar muertos? ¿Quién es éste que puede multiplicar el pan? ¿Quién es éste que puede hacer que los cojos caminen, los ciegos vean, los mudos hablen y los pecados sean perdonados? ¿Quién es éste, que aún el mar y el viento le obedecen? La respuesta es: DIOS, él es DIOS hecho HOMBRE; y toda la adoración que Dios merece, debe ser dirigida al HIJO a quien Dios envió.
La razón por la cual podemos llamar a Dios “Padre Nuestro” es que JESUCRISTO, el HIJO de Dios nos ha hecho cercanos a él por su muerte y resurrección.
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