¡Inscripciones Abiertas!
Para pecadores arrepentidos
Hay lugares donde ni en sueños puedo aspirar a estar inscrito:
La semana pasada hubo un anuncio en nuestra ciudad “Inscripciones abiertas” para LA ACADEMIA en Yucatán… miles de participantes se inscribieron, ingenuos los pobres creyeron que serían seleccionados, pero eso de “inscripciones abiertas” resultó tener requisitos muy estrictos.
Porque eso de “inscripciones abiertas” no quiere decir que cualquiera puede entrar; sólo cualquiera que cumpla con los requisitos.
Hay lugares donde no me aceptarían, por diversas razones.
No estoy inscrito en la lista de miembros del club campestre porque no tengo para pagar la membrecía;
No me aceptarían en la academia porque mi voz no tiene nada de especial
Y no me aceptarían en la Iniciativa México porque no tengo ideas revolucionarias…
Quizá túya has pasado por la frustración de haberte inscrito en algo y no ser aceptado, en un programa, en una institución, o en un proyecto, sólo para recibir una negativa como respuesta; o quizá ya ni caso haces a otras convocatorias y dices “No, eso no es para mí, nunca me elegirían…”
Pero hay alguien que hasta hoy mantiene las “inscripciones abiertas”, la buena noticia que estaremos estudiando durante éste mes es que Jesucristo hasta hoy mantiene las “Inscripciones abiertas” y que sus requisitos, aunque estrictos también, son claros y son ligeros.
La buena noticia es que Dios no mira lo que el ojo humano mira; los humanos hacemos distinción por la apariencia física, por el grado académico, por la solvencia económica, por el color de piel, por la popularidad; pero Jesucristo mantiene abiertas las inscripciones para un tipo de personas muy común y corriente; ante él todos somos iguales; pecadores necesitados de gracia y de arrepentimiento.
CUALQUIER PECADOR ARREPENTIDO está INVITADO a venir a Jesús.
Si eres pecador; estás invitado:
La buena noticia, la gran noticia es que la invitación de Jesucristo, está abierta a todo pecador.
Ahora bien; eso de todo pecador nos pone en un conflicto. Porque los seres humanos no estamos abiertos a reconocer nuestro pecado; al contrario; algo muy común, algo que hacemos por naturaleza es esconder nuestro pecado, disimularlo, excusarlo… lo que sea pero no RECONOCERLO.
· No hay justo
Romanos 3:10-12
10Como está escrito:
«No hay justo, ni aun uno;
11no hay quien entienda,
no hay quien busque a Dios.
12Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Lo que éste pasaje nos recuerda es que nadie, absolutamente nadie está exento de culpabilidad delante de Dios; y que no ha habido un solo día de nuestra vida en que hayamos cumplido perfectamente la ley de Dios.
· Aún nuestras justicias son trapos de inmundicia
Isaías 64:6
6Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
Proverbios 20:9
¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón,
Limpio estoy de mi pecado?
Así que; TODOS somos pecadores. Y precisamente, la invitación de Jesucristo, sus inscripciones, están abiertas para pecadores.
CUALQUIER PECADOR ARREPENTIDO está INVITADO a venir a Jesús.
Ahora bien, la invitación de Jesús incluye 3 aspectos que debemos tener bien en cuenta.
1. CUALQUIER PECADOR está invitado a arrepentirte
¿Qué es el arrepentimiento?
· Es vergüenza
Salmo 51:9
Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
· Es tristeza.
2 Corintios 7:10
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
· Es temor de Dios.
Isaías 6:5
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Es importante recalcar que el arrepentimiento es un regalo de Dios, es decir, la tendencia de la persona es negar su pecado, disimular su culpa, esconder sus faltas.
El arrepentimiento comienza con la gracia de Dios, él es quien concede el arrepentimiento.
A uno le nace arrepentirse porque Dios obra en nosotros el despertar.
Hechos 26:18
Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Hechos 16:14
14Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
Hay un punto en la vida en que estamos cómodos, sin Cristo, sin temor del juicio de Dios, sin vergüenza alguna por lo que hagamos, sin tristeza; es más nos consideramos sabios en nuestra propia opinión, nos consideramos justos a nuestro parecer…
Pero de pronto, Dios abre nuestros ojos; y descubrimos cuan pecadores somos, cuan insuficientes son nuestros méritos; y de pronto hay vergüenza, y temor y tristeza pues sabemos que merecemos la IRA de Dios,
Pero al mismo tiempo hay un deseo inmenso de pedir perdón y el anhelo de que de alguna manera Dios nos de una oportunidad más.
¡Y la buena noticia es que Dios nos brinda una oportunidad más en Cristo!
1 Juan 1:9-10
9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
¡Sí! Si Samuel Hernández confiesa sus pecados, Dios lo perdonará
Y también si un sicario confiesa sus pecados, Dios le perdonará.
Y si un ladrón o un borracho, o una prostituta; un adúltero o un drogadicto; sí, también un homosexual y sí, también un asesino: si vienen a Cristo, hartos de su vida, avergonzados de su pecado, temerosos de Dios, y con fe en aquel que murió en la cruz; entonces, ¡Alabado sea Dios! ¡Hay perdón!
¡Las Inscripciones están abiertas para todo pecador arrepentido!
Y el arrepentimiento ocurre en nosotros por iniciativa de Dios.
De manera que todo aquel que comienza a experimentar vergüenza, tristeza y temor a causa de su pecado, debería regocijarse al mismo tiempo, pues Dios le está concediendo el verse tal como es: un pecador necesitado de gracia; y un pecador al que Dios le ha extendido su invitación por medio de Jesús.
En el relato de Mateo 9, podemos ver que hay 2 grupos de pecadores: los publicanos y los fariseos
· Los pecadores deben arrepentirse de su pecado
· Los fariseos deben arrepentirse de su falsa seguridad
Mark Driscoll dice algo referente a éste asunto:
(Comentando sobre Mateo 23)
Al llamar a los religiosos a arrepentirse de su altiva, hipócrita, antibíblica, legalista y egocéntrica religiosidad, Jesús estaba demostrando el hecho de que Dios, tal como
Pablo lo dice en Hechos 17:30 “…manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”
Para que ocurra el arrepentimiento, los pecadores son llamados a dejar el pecado y los religiosos son llamados a dejar su religiosidad.
Los que se han acomodado a la religiosidad, aplauden a los pastores que sermonean a su gente hablando de lo vil e impía que es la gente de fuera de la iglesia y lo inflamadas que están las llamas del infierno por ellos.
Pero el verdadero evangelio cuando es predicado, no divide a la gente en justos y pecadores, sino en arrepentidos y no arrepentidos; y con ambos; pecadores no arrepentidos y cabritos vestidos de religiosidad, se debe seguir proclamando la verdad y cuidando del rebaño de arrepentidos.
Tristemente, la mayoría de los evangelistas hacen sólo la mitad de la tarea, pues sólo llaman a los “pecadores” a arrepentirse de su pecado. De manera que los fornicarios, los adúlteros, los perversos, los mentirosos, los ladrones y gente similar son llamados a arrepentirse de sus pecados. Esto es en verdad bueno, sin embargo lo que falta en la predicación del evangelio es un llamado igual de apasionado al arrepentimiento de aquella cómoda religiosidad que es simplemente otra forma de pecado.
De manera que, cuando digo “Cualquier pecador está invitado a arrepentirse” me refiero tanto a los pecadores de allá afuera , como a los que nos sentamos en éstas bancas.
Si llega el día en que digas “No tengo de qué arrepentirme” entonces, el motivo para arrepentirse es tu fariseísmo. (el publicano y el fariseo)
Lucas 18:9-14
9A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
2. CUALQUIER PECADOR está invitadoa convertirte
· SÍGUEME; y Leví dejó TODO…
· El arrepentimiento no es un evento, es un cambio diario, un diario huir de las tinieblas a la luz, una batalla diaria contra la carne en el poder del espíritu; un continuo abandono de la antigua vida sin Cristo hacia la nueva vida EN Cristo,
· Ocuparse de la salvación con temor y temblor tiene que ver con el CONVERTIRSE de la vida antigua a la nueva; tiene que ver con santificarse. (Filipenses 2:12)
Tiene que haber una conversión, un cambio de vida (éste ocurre muchas veces de manera radical al principio y luego paulatinamente)
Por ejemplo, una persona que vive en adulterio, que vive en el alcoholismo y se conduce de manera fraudulenta; al ser llamada al arrepentimiento, su vida cambia radicalmente en poco tiempo; dejará su vida adúltera, abandonará su alcoholismo y dejará de cometer fraudes…
Pero con el tiempo, comienza a batallar con los verdaderos pecados, los de raíz; con el orgullo, con la avaricia, con la envidia, con la lascivia, con el enojo, con el egoísmo…
Pero de alguna manera se debe notar.
R.C. Sproul contrasta 2 tipos de personas en un libro llamado “Escogido por Dios” él habla de la persona que realmente es convertida a Cristo y la persona que dice ser “convertida” pero en realidad no lo es.
Él habla de la verdadera y la falsa seguridad de salvación.
Verdadera seguridad
Engendra una humildad genuina
Conduce a la diligencia en la santidad
Conduce a un autoexamen sincero
Conduce a desear una comunión más íntima con Dios
Falsa seguridad
Engendra orgullo espiritual
Conduce a una indulgencia indolente
Evita una evaluación exacta
Es fría en cuanto a lacomunión con Dios
Éstos son asuntos importantes; porque como hemos dicho, el pecado ya no es un problema, CRISTO tiene inscripciones abiertas para todo tipo de pecador.
Pero lo que Jesucristo demanda que hagamos con el pecado es que nos arrepintamos de el y que nos convirtamos; y de hecho, es ese cambio de vida que llamamos conversión el que manifiesta que el arrepentimiento es genuino.
No se trata sólo de experimentar arrepentimiento, se trata de obrar de acuerdo al arrepentimiento que decimos tener.
Es aquí donde la vida del cristiano se vuelve una lucha; un diario batallar contra los deseos que se rebelan.
No es que ya no pequemos; sino que ya no lo disfrutamos; cuando un creyente auténtico descubre pecado en su vida; experimentará vergüenza, y también tristeza, y también temor.
Y al mismo tiempo, correrá al trono de la gracia de Dios en arrepentimiento; pero tal arrepentimiento debe manifestarse en un cambio en su vida.
La conversión tiene que ver con un continuo autoanálisis a la luz de la palabra de Dios.
2 Corintios 13:5
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos.
1 Juan 2:1-3
1Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
Juan 8:11
Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
3. CUALQUIER PECADOR está invitado a gozarse
- Jesús no rechaza a los pecadores
- Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento.
Y ahí radica la grandeza del milagro de la salvación: que siendo pecadores, se nos extiende una invitación a ser salvos.
Que siendo injustos, se nos justifica; por los méritos de aquel que murió, que padeció la ira de Dios.
¡Hay gozo entre los cristianos pues la deuda ha sido cancelada, la culpa ha sido removida, el pecado es derrotado, la muerte ha sido vencida; la ira ha sido satisfecha!
¡Cristo vino a nosotros los pecadores, a llamarnos al arrepentimiento!
¿Cómo se habrá sentido Mateo al estar sentado a la mesa con Jesús?
Notemos que el diálogo entre Jesús y los fariseos parece desarrollarse ahí, en presencia de todos.
Así que Jesús llama a Mateo pecador, le dice a los fariseos; vine a los pecadores porque ellos necesitan un salvador.
Así que Mateo tiene 2 opciones: hacerse el ofendido.
O ver cuán afortunado es, a pesar de ser pecador.
Es que cuando Cristo viene a ti, no importa que nos muestre la gravedad de nuestra maldad; ¡Somos afortunados!
Mateo pudo haber omitido ésta parte del relato, pero no lo hizo, precisamente porque en ésta parte del relato se manifiesta la grandeza del amor de Jesucristo a pesar del pecado de la persona.
CONCLUYENDO
Si Cristo viene a ti y te llama al arrepentimiento ¡Gózate!
Y obedécelo; arrepiéntete y conviértete.
¿Qué tipo de personas se congregan en Príncipe de PAZ?
PECADORES ARREPENTIDOS
SANTOS QUE LUCHAN CONTRA EL PECADO
Las inscripciones están abiertas.
CUALQUIER PECADOR ARREPENTIDO está INVITADO a venir a Jesús.
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