sábado, 2 de junio de 2007

El ARREPENTIMIENT0 de Dios

El ARREPENTIMIENT0 de Dios

Introducción:
Hablar acerca de Dios es y será siempre una tarea que para la mente humana esta muy por encima de nuestra capacidad.
Hablamos de Dios en palabras humanas, imperfectas, lenguaje de hombre que no puede captar la magnitud de la grandeza de Dios.
Es como querer tomar una fotografía de las cataratas de Niágara con una cámara desechable; simplemente no podemos captar tanta grandeza con una visión limitada.
Con todo y lo que esta aventura implica, es nuestro deber moral y cristiano el de adorar a nuestro Señor tal como se nos ha revelado. Hemos de analizar la palabra de Dios; revelada para que le conozcamos y aceptar lo que ellas nos dicen acerca de nuestro Señor y la forma en que se relaciona con nosotros.
Y es en su palabra, donde a veces encontramos lo que para nosotros parecieran contradicciones, paradojas y, perdón por la expresión, enredos. Claro es que no se trata de nada de esto, sino que hay asuntos que son difíciles de entender. Tal es el caso del debatido “arrepentimiento de Dios”.
¿Se arrepiente Dios? ¿La mente de Dios cambia?
¿Que hacemos con esos pasajes de la Biblia donde claramente se enseña que Dios se arrepiente?
¿Alguna vez ha cambiado en respuesta a nuestras oraciones?
¿Como se relacionan las declaraciones de la Biblia que dicen que Dios ordena el futuro con aquellas que dicen que Dios altera sus planes?[1]
Pues de entrada diremos que Dios NO se arrepiente en el sentido de que Él esta más allá de todo, gobernando y controlando todo lo que existe, cumpliendo su propósito eterno inmutable.
Pero también, Dios SÍ se arrepiente en el sentido de que Él se relaciona con su creación, en especial con la humanidad, es Dios con nosotros, y la Biblia nos revela que si bien Dios es inmutable, también es “afectado” por la obediencia, el destino o el pecado de sus criaturas.
Así es como encontramos esa tensión entre la relación del Señor “por encima de nosotros” y la relación del Señor “con nosotros” y hemos de aceptarla pues así se nos presenta revelada en la Biblia; de eso tratará este ensayo.



1. ¿Por qué es importante esta cuestión?
¿Porque gastar tinta y papel en hablar sobre este asunto? ¿No es de por sí querer entrar en terreno de lo desconocido?
Pues sí, hemos de aceptar que es difícil hablar de un tema como este, pero es nuestra responsabilidad escudriñar las escrituras, la revelación escrita de Dios para conocerle más y conociéndole le amemos.
Hablar sobre este tema es importante, pues de lo que creamos tiene consecuencias para nuestra vida cristiana y la manera en la que entendemos a Dios. Nuestras conclusiones influirán en la manera en la que oramos, en la manera en la que reaccionamos ante las adversidades, en la manera en la que tratamos con el pecado, en la forma en la que tomamos decisiones, en cada aspecto de nuestra vida aplicaremos las implicaciones de creer que Dios se arrepiente o creer que sí se arrepiente.
Por ejemplo, si alguien cree que Dios no se arrepiente, que no cambia nada de lo que decreta ¿Qué razón encontrará para orar a Dios pidiéndole ayuda en medio de su aflicción? Luego, si alguien malinterpreta la Escritura y decide seguir en su pecado porque según esta persona – Ha sido salvo por Gracia, y Dios no cambia, así que no importa cuanto peque la persona, seguirá recibiendo su favor pues “ya es salva”- ¿Qué contestamos a alguien que piensa así?
Luego, si alguien piensa que Dios sí se arrepiente, ¿Cómo puede tener tranquilidad de que el pecado que comete no llegará a hartar a Dios hasta que se arrepienta de haberle salvado?
Aunque para nosotros, gracias a Dios, estos pensamientos no son un problema, para la gente de nuestras iglesias quizá sí lo sean, y es nuestra tarea pastoral brindarles una correcta explicación de asunto.



2. Enjuiciando a Dios
De ambas partes del debate surgen opiniones y argumentos. Y cuando abordamos el tema del arrepentimiento de Dios debemos de pedirle humildad y sabiduría para ser reverentes y prudentes. Si no; la cosa se pone como si el hombre, con su mente finita quisiera enjuiciar a Dios, exigiéndole que se presente y responda tal como queremos a nuestras preguntas.



a. Malentendiendo que Dios SÍ se arrepiente
Y entonces se levanta el abogado del diablo, aquel que interpreta pasajes de la Biblia donde se habla de Dios arrepintiéndose o cambiando lo que ya había dicho que haría, y dicen -¿ven? la Biblia esta llena de errores-
Llega a decir que hemos de elegir entre un Dios bueno pero no poderoso, o un Dios poderoso pero no buen; o Dios es fuerte o Dios es bueno, pero no ambas cosas a la vez. Si no puede arrepentirse, entonces es porque no puede, o porque no quiere…[2] y al encontrar esos pasajes de los que hablamos arriba, concluye diciendo que Dios no es poderoso.

Luego formula las llamadas “Teología del Proceso” y “Teología de apertura” y se aventura a decir que Dios no es perfecto, que no conoce el futuro con exactitud, sino solo con probabilidad, de manera que esta llegando a ser Dios con la ayuda de nosotros.
Así es que, de acuerdo a este análisis herético, es normal que Dios se arrepienta y que cambie de parecer, pues de hecho debe hacerlo conforme se va topando con asuntos que arreglar, cambiar, reparar, interrumpir etc.[3]
Tales argumentos van en contra de lo que dice la Biblia. Efectivamente, existen pasajes que hablan de Dios refiriéndose a Él como alguien que se arrepiente y que cambia sus planes, vemos a un Dios que se arrepiente de haber creado al hombre, que se arrepiente de castiga r a su pueblo, que perdona el castigo sobre Nínive, que le concede a su profeta unos años más de lo que había dicho, pero estos pasajes deben entenderse en su contexto y no ser utilizados para fundamentar posturas antibíblicas.
Más adelante analizaremos estos pasajes con más detalle, pero por ahora tomaremos como ejemplo el primer pasaje citado, y quizá el más debatido:
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Génesis 6:5-6

Esa frase “Y se arrepintió Jehová” es una de las que tanto problema han causado. De entrada hay que ver que si todos entendieran que lo que tenemos es una traducción del hebreo; el idioma original en que Dios se reveló en el AT, al español, no tendríamos tantos problemas.
El español es una lengua proveniente de otros y muchos idiomas. Cuando queremos interpretar traducciones de libros tan antiguos como la Biblia, es muy importante conocer y tener en cuenta significaciones originales. También es vital reconocer el estilo del texto, a quien está dirigido, la época en que fue traducido, en fin son muchas las cuestiones a tener en cuenta.
En el caso del pasaje de Génesis 6:5-6, su estilo es narrativo, con un poco de alegórico y poético. Vemos mucho este recurso: los antropomorfismos[4] y los antropopatismos[5].
Esta es la razón por la que cuando dice “y se arrepintió…” debemos mirar su contexto y además entender el trasfondo. Tengamos en cuenta que está escrito en el entorno cultural de un pueblo diferente a nosotros.
Por ejemplo, en el capítulo 8 de Génesis se dice “Y Dios se acordó de Noé…” ¿Esto implica que lo haya olvidado? ¿Debemos abrir otro debate que se titule “el olvido de Dios”? Por supuesto que no, es un recurso del estilo.
De todas maneras el término traducido antiguamente como “arrepentir” en el hebreo antiguo es ~x,N"å (n¹µam) y su significado sería entristecer, suspirar. Entonces, una traducción literal sería, “Y lo sintió Dios de haber hecho al hombre y le dolió en su corazón”.


b. Malentendiendo que Dios NO se arrepiente
Luego, del otro lado se levanta el abogado de Dios, o al menos eso pretende ser, inventando teodiceas que buscan defender la causa divina para que no parezca que Dios es injusto o que se contradice.
De este lado están los que piensan de manera fatalista, aquí se agrupan aquellos que dicen – Pues si Dios no se arrepiente, de nada sirve que haga oraciones- con lo que muestran que, además de tener un concepto equivocado del propósito de la oración, no miran de una manera correcta a Dios.
Se vuelve peligroso al ignorar los pasajes que hablan de Dios relacionándose con nosotros, atendiendo a nuestro clamor, conmoviéndose con nuestro dolor, cediendo a nuestras peticiones.
Pues bien, estoy completamente de acuerdo en que Dios no cambia, y en un momento analizaremos en que sentido no cambia. También debemos aclarar que aunque Dios se relaciona con nosotros, y atiende a nuestro clamor, no por ello Dios se convierte en una marioneta a la que podamos manipular con oraciones como si fueran palabras mágicas para conseguir algo.
Pero no por eso es un Dios que se mantenga indiferente a nosotros sino todo lo contrario.




c. El veredicto
Gran parte de este debate de opiniones se soluciona aclarando los términos y el contexto en el que decimos si Dios se arrepiente o no.
Para decir que Dios no se arrepiente, el término inmutable es muy importante. Inmutable significa que no cambia. Dios no cambia en su ser, perfección, propósitos y promesas.
Si Dios fuera inconstante, nuestra voluntad desfallecería. Nuestra fe, esperanza y conocimiento descansan sobre el Dios en el cual se puede confiar. Todo en nuestro alrededor cambia; pero Dios permanece el mismo, porque El es eterno.
"Desde la antigüedad tú fundaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces; y todos ellos como una vestidura se desgastarán, como vestido los mudarás, y serán cambiados. Pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin." Salmos 102: 25-27

"Porque Yo, el Señor, no cambio..." Malaquías 3:6

Cuando decimos que Dios no cambia, no se refiere a que en no puede moverse. Dios está siempre en movimiento a medida que responde a las situaciones. Cuando la Escritura habla de Dios cambiando, lamentándose o, como es el caso que nos ocupa, arrepintiéndose, esta empleando términos humanos para explicar la relación de Dios con el hombre (ya mencionamos Génesis 6:6)

“…Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo…” Éxodo 32:9-14

“…Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo…” Jonás 3: 4-10

Parecería, al ver estos textos, como si Dios se hubiera arrepentido.
Pero el arrepentimiento de Dios es una expresión antropomórfica de dolor del divino amor ante el pecado del hombre, y significa que Dios es dolido.

"También la Gloria de Israel no mentirá ni cambiará su propósito, porque El no es hombre para que se arrepienta" 1Samuel 15:29

Este pasaje, por otra parte, dice tajantemente que Dios no se arrepiente, pero a pesar de esto, no esta contradiciendo a aquellos versículos en los que se menciona que Dios sí se arrepiente, sino que el enfoque en distinto.
Necesitamos entender que, si bien Dios es inmutable, también es cierto que Dios entra en relación con el hombre y de acuerdo a la situación, existe un cambio en la relación con los hombres, pero su ser no cambia. En la realidad, el cambio no es en Dios, sino en el hombre y su relación con Dios.
La Biblia nos revela que si bien Dios es inmutable, también es “afectado” por la obediencia, el destino o el pecado de sus criaturas.
Si de verdad existe la misericordia de Dios y la ira de Dios, entonces Dios también es “afectado” por lo que le acontece a sus criaturas.
Por ejemplo, Cuando Dios anuncia por medio de los profetas que enviará desastre por la maldad de su pueblo, entonces el cambio debe estar en el hombre. Si éste se arrepiente, Dios no traerá el desastre.
5Entonces el Señor me dijo: 6“¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro? Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo, el Señor, lo afirmo. 7En un momento dado decido arrancar, derribar y destruir una nación o un reino. 8Pero si esa nación se aparta del mal, entonces ya no le envío el castigo que le tenía preparado. 9En otra ocasión decido construir y hacer crecer una nación o un reino. 10Pero si esa nación hace lo malo y desatiende mis advertencias, entonces ya no le envío los beneficios que le tenía preparados. Jeremías 18:5-10

Muchas profecías de juicio y bendición son condicionales, Dios se reserva el derecho de cancelarlas o revertirlas. Y con todo, Dios sigue siendo inmutable en Su ser, en Su perfección absoluta y en Su propósito eterno.
Vemos hasta aquí, que hay pasajes de la Biblia que dicen que Dios SÍ se arrepiente y otros pasajes que dicen que NO se arrepiente.
A pesar de esto, no son contradicciones, sino diferentes enfoques. No tenemos aquí una lucha contradictoria entre la inmutabilidad de Dios y la responsabilidad humana. No son errores de la Biblia, sino absoluta verdad, que debe interpretarse a la luz del contexto y propósito de cada pasaje.

Decimos que Dios es inmutable y con ello queremos decir que Dios es inmutable en su perfección absoluta. Pero debido a que Dios es personal en su relación con los hombres y mujeres, varía en sus relaciones con el hombre.

Dios es inmutable en su carácter, en su ser, Él es eternamente el mismo, pero en su relación con las personas sí cambia.
Observemos que junto a la inmutabilidad e inviolabilidad de los decretos de Dios, la Escritura enseña claramente que el hombre es una criatura responsable de sus acciones, de las cuales debe rendir cuentas. Y si pretendemos ser fieles a la Palabra de Dios, la afirmación de una enseñanza de ella no nos llevará a la negación de la otra. Reconocemos que existe verdadera dificultad en definir dónde termina una y donde comienza la otra[6]. Esto ocurre cada vez que lo divino y lo humano se mezclan.
Para esto hay que entender dos términos: Trascendencia e Inmanencia.





3. Trascendencia e Inmanencia
Hay ciertos asuntos que el ser humano, con su mente finita, no será capaz de reconciliar entre sí. Es aquí donde entra el concepto de antinomia.[7]
En este sentido, en la Biblia encontramos ciertas antinomias, y como personas de fe, debemos estar dispuestos a aceptarlas. Hemos de ser capaces de decir – No puedo, es más, no pretendo se capaz de hacerlo, no lo se, solo creo lo que me dice la Biblia –
Santiago 1:17 nos dice que en Dios no hay variación ni cambio, eso es lo que llamamos la inmutabilidad de Dios. Pero también la Biblia nos dice que Dios se arrepintió de ciertas cosas, ya analizamos algunos pasajes que así lo dicen.
¿Hay manera de hablar al mismo tiempo de la inmutabilidad de Dios y aún así creer lo que la Biblia dice sobre el “arrepentimiento de Dios”? porque el arrepentimiento implica cambio de planes, y entonces parece que hay estamos frente a una gran contradicción.



a. Trascendencia
El término Trascendencia encierra la idea bíblica de la santidad y majestad de Dios. Es el control y autoridad del Dios del pacto. Dios SOBRE o POR ENCIMA de su creación. Muchas partes en la Biblia nos hablan de este tema:

Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria. Salmo 57:5

Porque tú, Jehová, eres excelso sobre toda la tierra; Eres muy exaltado sobre todos los dioses. Salmo 97:9

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. Eclesiastés 5:2

¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?... El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Isaías 40:12,22

«¡Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir!»… «Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas». Apocalipsis 4:8,11

Hablando en Su Trascendencia, el Señor NO se arrepiente.
Arrepentirse implica cambio, y Dios no cambia

➟ No cambia en sus atributos esenciales:

Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. 26Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán, como un vestido los mudarás y serán mudados; 27 pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán. Salmo 102:25-27

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación Santiago 1:17

➟ No cambia en su voluntad decretiva.

El plan de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón, por todas las generaciones. Salmo 33:11 RV95

➟ No cambia en su fidelidad al pacto

Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Malaquías 3:6

Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos. Miqueas 7:20

34 No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. 35Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David. 36 Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí. 37 Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. Salmo 89:34-37




b. Inmanencia
El término Inmanencia se refiere a la cercanía de Dios, su presencia en la tierra; especialmente con la gente. Enfatiza su actuación dentro de los asuntos humanos, es la presencia del Dios del pacto. También hay pasajes sobre esto:

…Yo haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro y pronunciaré el nombre de Jehová delante de ti, pues tengo misericordia del que quiero tener misericordia, y soy clemente con quien quiero ser clemente. Éxodo 33:19

Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro. Deuteronomio 4:39

Al oír esto ha desfallecido nuestro corazón, y no ha quedado hombre alguno con ánimo para resistiros, porque Jehová, vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Josué 2:11

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: «Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías 57:15

Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos. Efesios 4:4-6

Hablando de Su Inmanencia, el Señor puede arrepentirse y lo ha hecho:
…y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Génesis 6:6

…Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo habría de hacer a su pueblo. Éxodo 32:9-14

Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová, vuestro Dios; porque es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y se duele del castigo. ¡Quién sabe si volverá, se arrepentirá y dejará bendición tras sí… Joel 2:13-14

…2Y aconteció que cuando acabaron de comer la hierba de la tierra, yo dije: «Señor, Jehová, perdona ahora, pero ¿quién levantará a Jacob, que es tan pequeño?». Se arrepintió Jehová de esto: «No será», dijo Jehová.
…5Y dije: «Señor, Jehová, cesa ahora; pues ¿quién levantará a Jacob, que es tan pequeño?». 6Se arrepintió Jehová de esto: «No será esto tampoco», dijo Jehová, el Señor. Amós 7:1-6

Vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, y se arrepintió del mal que había anunciado hacerles, y no lo hizo. Jonás 3:10

1En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y el profeta Isaías hijo de Amoz, vino a él y le dijo: «Esto dice Jehová: “Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás”». 2Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared e hizo oración a Jehová…
….4Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 5«Ve y dile a Ezequías: “Jehová, Dios de tu padre David, dice así: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años. Isaías 38:1-5




c. La tensión entre Trascendencia e Inmanencia
Nos encontramos aquí con la tensión por un lado con Dios POR ENCIMA de nosotros, inmutable en su perfección absoluta. Y por otro lado, nuestro Dios CON nosotros, en relación personal con los hombres y mujeres, variando en sus relaciones con el hombre.
Por un lado, Dios es inmutable en Su carácter, en Su Ser, Él es eternamente el mismo, por otro lado, en Su relación con las personas sí cambia.
Hay dos cosas que están por encima de toda esta discusión; Dios esta POR ENCIMA de nosotros, Dios esta CON nosotros. La primera afirmación enfatiza la Trascendencia de Dios, la segunda enfatiza la Inmanencia de Dios.
Dentro de Su Pacto, Dios ejerce control y autoridad SOBRE NOSOTROS y presencia CON NOSOTROS para bendecir y juzgar a Sus criaturas de acuerdo con los términos de Su Pacto.

Así encontramos en la Escritura Control, Autoridad y Presencia de Dios. Estos atributos enfatizan tanto Su Trascendencia como Su Inmanencia.
La presencia de Dios CON nosotros, es consecuencia de Su control y autoridad POR ENCIMA de todas las cosas. Es decir, la Inmanencia de Dios es siempre consecuencia de Su Trascendencia y no viceversa.
Uno de los requisitos fundamentales de la exposición de la Palabra de Dios es la necesidad de preservar el equilibrio de la verdad. Y es lo que tratamos de hacer en este ensayo.

Existe un verdadero peligro tanto en ignorar lo primero como en sobre-enfatizar lo segundo. Hacer énfasis en la trascendencia de Dios sin tomar en cuenta su inmanencia, tiende al fatalismo.
Por otra parte, dar a la inmanencia tanta importancia que se pierda de vista su trascendencia, tiende a exaltar a la criatura y deshonrar al Creador.

El siguiente cuadro ayuda a entender mejor la tensión entre trascendencia e inmanencia de Dios.










De acuerdo a la Biblia; (como esta señalado del lado izquierdo del diagrama) Dios ejerce Control y Autoridad sobre todas las cosas, en especial dentro de su pacto y esto es lo referente a su trascendencia. En este aspecto, hay muchas cosas que no se nos han revelado.
Cuando cometemos el error de sobre-enfatizar este aspecto (señalado a la derecha), nos quedamos con un Dios tan por encima de nosotros que no podemos conocerle o identificarle en la historia, de manera que permanece indiferente a su creación, como si no hubiera nada que Dios haya revelado al hombre.

Por otra parte; la Biblia (como esta señalado del lado izquierdo) también enseña que Dios ejerce Su Presencia y en especial con los que están en relación de Pacto con Él, y esto se refiere a su inmanencia. Es en este lado donde encontramos que Dios se ha revelado a nosotros, parcial pero suficientemente.
Cuando enfatizamos este aspecto (señalado a la derecha) por encima de la trascendencia, se imponen la independencia y autonomía de las criaturas, y tal parece que se tuviera una revelación completa de Dios.
Es interesante también analizar la contradicción cruzada del concepto bíblico con el no bíblico:
Si Dios, en su trascendencia ejerce control y autoridad; una creación independiente de Dios es inconcebible.
Y si Dios, en su Inmanencia ejerce su presencia y se revela al hombre, entonces no hay lugar para creer que Dios permanece indiferente a su creación.

Luego, vemos que la tensión entre trascendencia e inmanencia es mucho menor (si no es que desaparece) cuando las apreciamos a la luz de la Escritura que cuando no lo hacemos. Pues hablando bíblicamente de la trascendencia, se implica ahí mismo la inmanencia y viceversa. Si Dios ejerce Control y autoridad, es porque Dios se relaciona con su creación. Y si Dios se relaciona con su creación, y en especial con sus hijos, es porque gobierna y controla todo. Vemos entonces que trascendencia e inmanencia son muy consistentes a la luz de la Escritura. A diferencia del concepto no bíblico, que presenta una gran tensión que hace imposible reconciliar ambas partes. Pues ¿Cómo es posible que Dios no se revele de ninguna manera y a la vez que Dios se revele totalmente? Esto es inconsistente.

Pero lo más estremecedor para el asunto que estamos tratando, es que nadie niega estos dos aspectos; sino que sobre enfatizamos uno u otro. La relación horizontal entre el concepto bíblico y el no-bíblico, indica que no tendemos anegar uno de los dos aspectos, sino a enfatizar demasiado uno de los dos. Y que la línea que divide la verdad de la mentira se puede volver frágil conforme nos esforzamos por resolver la tensión.
Debemos tener cuidado de esto, hemos de acercarnos al Señor con temor y temblor porque Él es Grande y Todopoderoso pero también podemos acercarnos con gozo y seguridad porque Él es Dios con nosotros y podemos decir Abba Padre. Hemos de vivir con esta tensión, no tratemos de solucionarla, pues en el intento acabaremos negando la verdad revelada en la Biblia: que Dios es trascendente e inmanente a la vez.

Mencionemos un ejemplo final: II Samuel 12 relata la historia de David y la muerte del hijo que había tenido con Betsabé luego de haber adulterado con ella. En el versículo 14, el profeta Natán anuncia a David que Dios ha decidido que el niño muera:
14Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. 15Y Natán se volvió a su casa…

Al venir el castigo de Dios, la reacción de David fue rogar, ¡rogar! Aún cuando Dios ya había emitido su juicio, David se atreve a rogar y pedir que Dios cambie de parecer, que Dios se arrepienta de permitir que el niño muera.
…Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. 16Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. 17Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan.

Pero el niño no se recuperó, y murió, Dios no cambió de parecer y permitió que muriera el niño. Los siervos de David temían darle la noticia, pues si ver a su hijo enfermo ya era un suplicio, sería desastroso para el padre el hecho de perder a su hijo.
18Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? 19

Sin embargo, al contrario de lo que esperaban, David aceptó la muerte de su hijo sin reproches, pues Dios había mostrado su voluntad, y había que aceptarla.
Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. 20Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. 21Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. 22Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? 23Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.


Mientras hubo oportunidad, apeló a la inmanencia de Dios y confió en que Dios atendía a sus ruegos, y cuando la voluntad de Dios se mostró en la muerte del niño, David se consoló en la trascendencia de Dios, que gobierna y controla todas las cosas según le place para su gloria.

¿No es finalmente lo que hacemos como cristianos? Sabemos que Dios es poderoso para socorrernos y por eso, por ejemplo, cuando el diagnostico médico es cáncer; rogamos al Padre para que envíe sanidad, claro esta que debemos pedir que se haga su voluntad finalmente, pero le rogamos y oramos según necesitamos que Él nos conteste, le mostramos nuestras peticiones y esperamos que Dios nos asista.

Y una vez que el cáncer ha cedido, que Dios ha enviado sanidad, le alabamos porque contestó a nuestra súplica. Y por otra parte, cuando el cáncer lleva a la muerte, cuando estamos frente al ataúd, cuando estamos junto a una lápida, nos consolamos y aceptamos la voluntad de Dios, -Así lo quiso Él-

Y los casos se repiten día a día, cuando llega la orden de embargo, cuando se recibe la solicitud de divorcio, cuando llega el citatorio del juez, cuando una llamada anónima pide el rescate, cuando las lágrimas abundan, cuando los planes se frustran, cuando las energías se agotan, sabemos que Dios es por nosotros, que Dios esta con nosotros, que es nuestro Padre y nos ayuda.

Y ante las tragedias, cuando llega la muerte, cuando llega la pérdida, cuando llega el castigo, cuando se firma el documento, cuando se procede al embargo, cuando se pierde algo o a alguien, cuando hay que ceder, cuando hay que resignarse, entendemos que Dios hace todas las cosas de acuerdo a su voluntad, no lo entendemos del todo, no nos gusta del todo, pero es Dios por encima de nosotros y así hemos de alabarle.



¿Se arrepiente Dios?
¡No!…y Sí. No cuandohablamos de la trascendencia del Señor.
¡Sí!... y No Si cuando hablamos desde la inmanencia de nuestro Señor

Con respecto a Su Trascendencia Él nunca cambia. Él es Dios SOBRE nosotros. Esto implica:
➟ Que los propósitos de Dios con respecto a Cristo no cambiarán. Él quiere glorificarlo Filipenses 2:9-11
➟ Que los propósitos de Dios para su pueblo redimido no cambiarán. Él desea hacernos a la imagen de Jesucristo y traernos sin peligro a su presencia final. Hebreos 6:13-19
➟ Que los propósitos de Dios para con los malvados no cambiarán. Finalmente Él va a juzgarlos Éxodo 34:7
➟ Que la verdad de Dios no cambiará, permanece para siempre. Isaías 40:6-8

Con respecto a Su Inmanencia, si bien Dios es inmutable, también es “afectado” por la obediencia, el destino o el pecado de sus criaturas. Si de verdad existe la misericordia de Dios y la ira de Dios, entonces Dios también es “afectado” por lo que le acontece a sus criaturas. Es Dios CON nosotros.


Entonces...
¿Se arrepiente Dios?










[1] An Openness Debate Christianity Today Mayo 2001 pp38-45
[2] Rabino Kushner ¿Por qué le suceden cosas malas a la gente buena? citado: www.informarte.com
[3] An Openness Debate Christianity Today Mayo 2001 pp38-45
[4] Donde se habla de Dios como quien tiene forma humana: rostro, manos, pies, boca etc…
[5] Donde se habla de Dios como quien experimenta emociones humanas, se enoja, se entristece, se arrepiente etc.
[6] Me refiero a la Inmutabilidad de Dios y la responsabilidad humana
[7] Antinomia: Contradicción entre dos principios. Es una proposición en la que se ofrecen dos verdades que no podemos reconciliar.






Libros consultados:
A.W. Pink
La Soberanía de Dios
La Soberanía de Dios en operación
La Soberanía de Dios y la voluntad del hombre
La Soberanía de Dios y la oración
pp. 94-164


A.W. Pink
Los Atributos de Dios
La supremacía,
Soberanía, Inmutabilidad,
Santidad, Poder, y Fidelidad de Dios
pp 32-70


Berkhof
Teología Sistemática
Sección 2 “La obra de Dios”
pp. 117-148


Charles Hodge
Teología sistemática
Cap. IX pp. 382-394


H.C.G. Moule
Bosquejos de Doctrina
Cristiana
pp 23-67


James Montgomery Boice
Los fundamentos de la
fe cristiana
Tomo I - Cap 14 “El Dios que no cambia” pp. 143-147



John M. Frame
The Doctrine of God
Cap 23 - God’s Power pp 513-525
Cap 16 – God’s Decrees pp 313-325
Cap 7 – Trascandence and Immanence pp 103-115


Martín Lloyd- Jones
Dios el Padre, Dios el Hijo
Cap. 6 Los atributos de Dios
Cap. 7 Los nombres de Dios
Cap. 8 Los decretos de Dios
pp 88-127


Sproul
Grandes doctrinas de la Biblia
pp 31-82





---------------------------------------------


Revistas:
Christianity Today. Marzo 5, 2001,
Vol. 45, No. 4, Pag. 56

Christianity Today Febrero 4, 2002,
Vol. 46, No. 2, Pag. 72

Christianity Today Febrero 2003,
Vol. 47, No. 2, Pag. 89